Julián Chica Cardona
Presentamos un conjunto de poemas de Juliàn Chica Cardona (Filadelfia, Caldas). Premio Nacional de Novela Aniversario Ciudad de Pereira, 2011; Consejero Nacional de Literatura, 2011, Miembro de Honor con Medalla de Oro de la Casa del Poeta Peruano, CADELPO, 2012; Alfombra Roja Sesquicentenario de Pereira, 2013. Orden del Tornillo en San Lorenzo, Argentina, 2017. Miembro de Número de las Academias Pereirana y Caldense de Historia (secretario de esta última). Premio “Comparte lo que somos”, MinCultura, 2020. Incluido en la colección: “Libros al aire”, y reconocido con el Premio “Vida y Obra” en el Área de Literatura del departamento de Caldas, 2021. Coordinador del Encuentro Internacional Poetas en el Equinoccio, EIPE Dosquebradas. Libros publicados en los géneros de: poesía, novela, ensayo “De inexorabili morte” (antropología de la muerte) y “Filadelfia y el filósofo” en los cien años del natalicio de Danilo Cruz Vélez, Manizales, 2021; historia regional; crónica y cuento Quimbaya ilustrado. Es coautor de varios textos de consulta. Poeta incluido en antologías Internacionales en Lima, Perú, 2012; México D.F., 2013. Universidad de Bucarest, Rumania, 2014, San Lorenzo, Argentina, 2017, y Poesía sin fronteras, Bogotá, 2023. Ponente invitado al Parlamento de Escritores, Cartagena, 2015, Feria del Libro FILBO, Jardín Botánico, Casa de Poesía Silva, de Bogotá, y Congreso Mundial de la Paz Iflac World, Sao Paulo, 2023, entre otros.
AQUARIMÁNTIMA
En el país de barro de mis huesos
una aldea silenciosa se recorta entre la niebla
y en su totalidad me habita.
La arrulla un río de alfabetos
que frecuenta mis oídos.
En el remanso de los ecos
danzan con gracia los nenúfares
en su viaje a morir en el océano
y desde el alero veo caer la lluvia.
Hay una puerta.
Un balcón florido.
Y en la otra orilla están tus ojos.
PREVIO AVISO
De la abundancia de las cosas
sabe la naturaleza.
La diversidad de seres que celebran
su designio,
y la suficiente integridad para recuperar
los espacios que la habitan.
En todos los lugares es arcilla
que remoja los labios de la piedra
y revive los nombres que ya no
se pronuncian.
Los talladores se apresuran
a llenar de luz sus manos para revivir los dioses
en el corazón de los oráculos,
pero ellos mismos son los dioses,
y sucede la sanación de los objetos
cuando las flores se arriesgan a volar.
GRITO
Existe también el árbol de los frutos de la sangre
que hunde sus raíces
en la materia elemental
cuyo resplandor desconocemos.
Se yergue bajo el viento oscuro de las aberraciones
y desde su brazo cuelga
el columpio de las almas que se precipitan al vacío.
Entonces, queda el silencio del absurdo.
INVERTEBRADO
La sabiduría de la lombriz es el sigilo.
Sus sentidos puestos en la oscuridad
del lodo.
Arrastrarse esquivando el punzón
de las raíces.
La paciencia de mirar a todos lados
antes de dar el primer paso.
Deslumbrarse ante la claridad
y al final poder volar hasta lo alto
de algún nido.
La lombriz viaja a la luz
mientras el Hombre es alimento
para los gusanos,
y de la luz va a la oscuridad.
FLORESTA
El bosque primigenio
está lleno de voces
y de gritos.
El aroma del polen destilado
en el cuenco de la miel.
El veneno y el antídoto.
Y toda esa exuberancia junta
no se basta así misma
para redimirnos.
PALOSANTO
El designio de ser árbol
solitario.
Lomo rugoso donde se refugia el viento,
intriga en mí como la voz
del que recién visita el mundo.
Pero he decidido ser aldea.
Semilla del agua cayendo en las vasijas.
Perfume de la leña que se esparce en la cocina.
Tapete de pequeñas flores amarillas
para que sean el suelo de tus pies.
YODO
Los objetos se reducen a las palabras
que los nombran.
Al llamarlos cobran vida
y se vuelven útiles.
Digo “cama”, y me lleva al abandono,
al territorio de otro cuerpo
que tiene el poder de completarme.
Digo “piedra”, y escucho su canción
de océano.
El deseo de ser yodo en movimiento
que se hunde en las turgencias
del abismo.