Pablo Queralt
Publicamos una selección del médico y poeta argentino Pablo Queralt. Entre otros, ha publicado los libros “Cansancio de lo escrito”, “La flecha de Agustín”, “Primer paso”.
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Mi abuela murió en el cine
después de tomar su copa de anís 8 hermanos
viendo los paraguas de Cherburgo maldito funeral
todavía siento su respiración sus pisadas el arco de claridad
que recibía mientras se movía por el pasillo su silueta
proyectada en la pared antes había dejado limpia la cocina
todo lavado para el día siguiente pasando por esa sumisión
cartílago de pájaro de entregarlo todo sin el miedo a perder nada
con o sin su llovizna de puntos azules en el talón del otoño
nunca pude devolverle todo lo que me dio
el esqueleto encaminado los pantalones recosidos
pero el día señalado desandé cayendo sin creer que existía
toda la cinemateca de esta ciudad de vidrio aullando buscando
ese sánscrito que traduce la verdad
buscándote en cada curva
en un mundo que chilla y cruje en su réquiem
*
Cuando el día se retira
cuando olvidamos nuestro nombre aquello que sigue siendo yo
aquello que ahora viene cuando todo se derrumba en mi hora verdadera
y que seguirá siendo lo mismo cuando haya pasado
espejea su instante dibuja la dimensión
de lo desconocido más allá de su cristal mental
nos mancha con su azul con su insensata coherencia
con su luz en que confío cada vez que despierto
sacude el sueño en que estamos acostumbrados a vivir
la caja cerrada donde está la respuesta.
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Juntamos moneditas para ir a ver a los artistas con sus cuerpos
que al terminar de usarse se dejan en su otra luz en otra
resurrección estoque
de donde todo surge y el cielo y el infierno desaparecen y es un
momento deslizándose en este planeta con sus viejas fotos que
adoramos en blanco y negro y las palabras que no se pueden
olvidar dejadas en los oídos como sueños abandonados en el
fondo del placard cambiando de ropas encontrando su lugar al
salir somos otros distintos
a los que éramos
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Yo me senté en el sillón en la casa de Monet y bebí de su vino, sus flores las peonías las hortensias era allí en Giverny o no sé qué lugar pero era mi lugar en el mundo yo que nunca pinté un cuadro pero sí pinté poemas donde estaba ella pero quién era ella un amor contrariado que tuve o un amor que nunca tuve y me dijo pero eras vos
el que me escribías las cartas y yo le dije si, era yo y seguí mirando las estrellas.
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En el living de casa tengo un caballo
de calesita que me hace acordar
cuando de niño iba al parque Lezama
y daba vueltas para sacar la sortija
en la calesita y siempre estaba el señor
que iba con su gato que se creía perro a tomar un café
después mi padre me llevaba al bar El Británico
a tomar un chocolate caliente con churros
en esa atmósfera de magia y misterio
de los Domingos por la mañana crecí era
como un libro para niños una novela de las abuelas
o una canción que no aprendí.
*
Me levanto en una casa adormecida y los colores son suaves
en las ondulaciones leves del sol invadiendo la habitación son
un momento todavía.
El domingo es mi ventana favorita soy una casa un sueño un libro
veo el tiempo en que me detengo cuando nadie puede encontrarme
y ellos menos.
Yo te dije lo que no me animaba, estuve casado, ella se suicidó y a veces la extraño mucho, vos me dijiste que robabas helados y a veces ni los comías solo era por el reto de robarlos y que a veces se los dabas a los indigentes o simplemente los devolvías, y que te podía contar cualquier cosa, me levanté de la silla y te dí un fuerte beso en la boca, para mí eso es amor.
Vine a sentarme aquí a tu lado avanzando entre las sombras cuantas veces habrá bañado de luz el sol todos esos días que sobreviven unos sobre otros acá y que son algo vago como un recuerdo al que no se le da importancia como lo que queda al costado del camino cuando vas con el auto por la ruta y solo ves el cielo y la tierra delante de vos.
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Ahora que la escena se retira
vas a ver por donde viene la marea
posiblemente escuchés otra historia
pero soy el que ama todo lo que no pudo amar fui criado
en esa tristeza retenida y mi alma decidió
en el momento equivocado con aquello que pasó y no fue
el timbre todavía sonaba
en el cerebro donde vivía
y donde terminamos queriendo estar.
*
Ya viví una parte de mi vida como un funeral supe que para amar hay que estar maduro sino es otra trompada más
en el ángulo
ya sabes que todo es transitorio por eso no querés ser infeliz ahora se
que soy el que no tiene imagen ni finisterre el que sigue cuando
le entregan estas palabras en la mañana y todo se derrumba todo lo otro es lo mínimo
de mí el mitema el fabulema lo que no termine
de escribir y mi cuerpo pensó.
*
Quien vivirá ahora en la casa que viví que pensaba sentía
donde habrá quedado todo eso en cual pared en que escalón de la escalera
cuantos silencios entran en ese compás ahora
que voy andando en bici sin manos.
Pablo Queralt. Es médico y poeta nacido en Buenos aires donde reside. Es curador de poesía y organizador del Ciclo de Poesía en la Biblioteca en San isidro y creador y curador del Festival de Poesía de San isidro, fue colaborador del suplemento cultural del diario El pregón de Jujuy y diario punto uno de Salta, en el diario digital Jujuy al momento, en la revista digital merece una reseña y administra yvespoetryclub.blogspot.com Publicó los libros de poesía: en España: Coca (Zaragoza, España), La piscina(Palma de Mallorca), Biósfera del amateur (Oviedo); y en Buenos Aires: Cansancio de lo escrito, Un seductor mañana, La flecha de Agustín, Primer paso, Reescritos infinitos, Pueblo de agua, Crack, Escribí mi nombre, Late, 89Golpes y un whisky, El Padre, Pájaros en palabras, Pavarotti, Laleblan, aves del paraíso (Toulouse, Francia), Poema de la nieve, Jazz, Perfume animal, Cocineros, Ser y ser visto, Nací en el cine, Ópera, Partes de la escena. Raros sentidos, su Obra Reunida 2001/21 y Mi casa siempre fue la poesía. Sus poemas integran la antología Federal de poetas de la provincia de Buenos aires. Tradujó a Yves Bonnefoy, a Alice Oswald, a Thomas Hardy, a D.H.Lawrence, a Amy Lowell, Christophe Mannon, Charles Reznikoff y a Thom Gunn.