Revista Latinoemerica de Poesía

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Berta Lucía Estrada



Publicamos una selección de Berta Lucía Estrada (Colombia-1955) poeta ganadora del Premio Nacional Ediciones Embalaje-Museo Rayo, 2021.

 

Todo lo demás lo barrió el viento es un poemario sobre la guerra fratricida en Colombia. Publicado en la Colección Libros Imposibles de EntreTmas (Juana M. Ramos) y Agulha Revista de Cultura, (Floriano Martins y Elys Regina Silz), 2024.

Descarga en versión integral y gratuita: https://www.calameo.com/read/007409375dde6ae68ae43

 

 


CUERVOS

A Carlota Isabel Salinas Pérez, asesinada el 24 de marzo de 2020.
Ella era una de las integrantes de la Organización Femenina Popular -OFP-, que trabaja desde hace cerca de cincuenta años por la defensa de los derechos de las mujeres en el Magdalena Medio.

Un cuervo me sirve de sombrero,
me recuerda a cada instante
la fragilidad de la existencia

Sus patas, garfios afilados,
desgarran mi frente
Su pico, dispuesto a darse un permanente festín,
espera devorar mi tercer ojo,
los otros dos se los engulló hace tiempo

Su aleteo, oda a la muerte,
letanía de responsos,
réquiem que atraviesa centurias,
música de un desafinado órgano,
sus notas caen lentamente
en el jaraíz del tiempo

Su graznido, antesala del penúltimo sueño,
mensajero que vuela de la estación de la aurora
a la estación donde se oculta la luna
                -a veces hace una larga escala en la aurora boreal-

 

 

 

MUJERES DE NEGRO I

A las mujeres colombianas que han soportado
más de sesenta años de guerra fratricida

Las mujeres de negro,
            marionetas de la historia,
                         caminantes de humo,
buscan sus vástagos extraviados en la neblina
            -no saben descender al reino de las sombras-

En su largo trasegar
el viento borra sus huellas
los guijarros, restos de fósiles de antiguos océanos,
hoy lamas finas,
penetran en las plantas de sus pies desnudos
alimañas vuelan sobre sus cabezas

Las mujeres de negro, disfrazadas de plañideras,
susurran eternas letanías
sus responsos petrificados agobian al aire
             -eco que atraviesa universos-
resuenan en las cumbres
chocan contra las rocas
recorren praderas
navegan en la cresta de rápidos
imaginados por un mítico jaguar
errante eterno de las entrañas de la tierra
la lava surge
                  borra pueblos
                             siembra cementerios
-desiertos callan para siempre el canto de los pájaros-

 

 



MUJERES DE NEGRO II

A las madres de Soacha

Las mujeres respiran la noche
van tras el paraíso perdido de Milton,
el paraíso judeocristiano les dio la espalda,
aunque lo buscaron con mil linternas de aceite
en las desoladas noches
de los cuadros de Van Gogh

Sus atajos, vericuetos de desamparo,
                       -en los que se tropieza el futuro-
las devoran a dentelladas

 

 



La ruta del espejo es un poemario sobre El mal de Alzheimer. (Éditions du Cygne, Paris, 2011, édition bilingue). Mención de Honor de Ediciones Embalaje-Museo Rayo (2012), Segundo puesto Encuentro de la Palabra-Riosucio (2012).

Descarga gratuita en versión integral: https://issuu.com/leeresunderecho-/docs/la_ruta_del_espejo

 

 


EL QUITÓN DE EURÍDICE

1
Creí llegar a la cima
               -era sólo el comienzo del abismo-
quise disipar las tinieblas que surgían a mi paso
invocando los pasos de la danza,
ningún movimiento obedeció a mi deseo

había iniciado el aprendizaje del olvido
había iniciado el aprendizaje de la muerte
había iniciado el viaje a la nada
-somos llamas que se alumbran y se apagan-
                aprendí que todo comienzo tiene un fin
así nos cosamos los párpados para no verlo
Condenada a la mudez
emprendí el descenso a los infiernos
Envuelta en el quitón de Eurídice
me convertí en prisionera de mí misma

Exilio, tumba ignorada,
su pájaro protector devorado por un halcón
Soy sombra errante en la estación del hielo,
los dedos de la muerte tocaron mis mejillas
detrás de mí había una ruta
delante, el desierto blanco
No dudé de las ilusiones,
dancé detrás de la gloria,
sólo me interné en el camino de la sombra,
las horas pasadas no tienen retorno
aunque las busqué debajo de las rocas

 

 


GÉRANOS, DANZA DEL LABERINTO

1
La danza
             -creada un minuto antes que la mujer-
lengua primigenia
archivo de la memoria
             -sus gestos cincelan mis pensamientos-
bailo bajo la luz del plenilunio

2
Lejos del recinto de los espejos
mi rostro se libera a sí mismo,
se vuelve hacia dentro,
mis brazos reencuentran gestos olvidados

 

 

Naufragios es un poemario sobre Alejandría e Hipatía. Premio Nacional Ediciones Embalaje-Museo Rayo, 2021

 

CLEOPATRA VII THEA FILOPÁTOR 

 

12 de agosto del año 30 a.C.

Soy Cleopatra VII Thea Filopátor,

-la “diosa que ama a su padre”-

 

Hablo koiné[1] y egipcio,

-entre otras lenguas-

Con ellas atravieso umbrales desconocidos

 

Fui coronada por el gran sacerdote Ptha en Menfis

y habito en la ciudad que fundó Alejandro

 

Filóstrato

me mostró los meandros de la filosofía griega

 

El conocimiento y la ciencia esculpieron mi carácter

-Escribí tratados de medicina-

 

Soy discípula del Museion

 

Su biblioteca

laberinto

que invita a perderse en él

 

De manos de Marco Antonio

recibí doscientos mil papiros

de Pérgamo

 

Ahora reposan en los anaqueles de Alejandría[2]

 

Mi imperio abarca todo El Nilo

 

Soy la reina del pueblo que erigió las pirámides

y sus sacerdotes conocen

el arte de conservar a los muertos

 

De niña conocí el exilio

 

En Éfeso

la diosa Artemisa me alojó en su templo

-Una forma de honrar mi ascendencia-

 

Cuando decidí retornar a Alejandría,

Artemisa exclamó:

- ¡Qué los vientos te sean propicios!

 

-Al llegar a la cima recibí una ráfaga de huracanes-

 

Para escapar al temporal

invité a un áspid a mi lecho

-Esta noche nos fundiremos en un único abrazo-

 

SINESIO DE CIRENE

 

 

(Sinesio le escribe a Hipatia pidiéndole que le fabrique un hidroscopio (instrumento para medir el peso de los líquidos): -“Mi situación es tan mala que necesito un hidroscopio” . Carta #15 (Hypatie d’Alexandrie, de Maria Dzielska. Des femmes – Antoinette Fouque, Paris 2010. Pág 119). También se lamentaba que tenía “tantos infortunios como es capaz de sufrir un hombre”. (Wikipedia).

 

Año 413

 

Mis funciones eclesiásticas me roen, la política me ahoga y el peso de la muerte de mis hijos curva mi espalda. Los pasos son lentos y las noches largas. Una misiva tuya reemplazaría la lámpara de aceite que me acompaña en las noches de insomnio; sin embargo, ningún papiro con tu sello llega al umbral de mi silencio. En la madrugada pienso: -Hoy leeré una de las cartas de mi Maestra. En la mañana estoy ansioso, luego, a la hora en que el sol reverbera las arenas del desierto, la decepción me hace su rehén; y cuando los largos dedos del crepúsculo se ocultan detrás del horizonte, mi espalda se curva aun más.

 

¿Recuerdas Hipatia el año 405? Fue cuando te obsequié un ejemplar de mi libro Tratado de los sueños. En él exploro el alma humana y demuestro que puedo conocerla a través de las artes adivinatorias. He seguido esta senda, no la abandono. Por eso te pido que me fabriques un hidroscopio. Debo interrogar a las divinidades del agua pasa saber que me depara el destino. Hefestos de Tebas afirma que este instrumento es de gran ayuda para elaborar el horóscopo. Una forma segura de romper las barricadas de mi propia existencia.

 

Intuyo que pronto descansaré bajo una lápida. ¿Vendrás a visitarme Hipatia? ¿No naufragarás en la puerta imaginaria? No olvides, Buscadora de estrellas, llevar contigo un astrolabio. Y si logras atravesar la entrada que conduce a mi tumba te saludaré con los parpados; ya que el sonido de mi voz no alcanzará tus oídos.

¿Escribirás un epitafio? De no ser así puedes ordenar que graben estas palabras: -Aquí yace Sinesio de Cirene, discípulo de Hipatia de Alejandría; su recuerdo, cincelado en mármol, atravesará los siglos y permanecerá intacto.

 

HIPATIA, EL FARO DE ALEJANDRÍA

 

 

Alejandría, la del Faro. Alejandría, la del Museion que alberga la Biblioteca, la Universidad, el Jardín Botánico, el Observatorio Astronómico y una Sala de Anatomía. Alejandría, la ciudad de los catorce mil estudiantes que vienen del mundo helénico y más allá.

 

Yo, Hipatia de Alejandría, astrónoma,

vi la luz

en esta polis del Delta del Nilo imaginada por Alejandro

 

Yo, Hipatia de Alejandría,

Hija de Teón, el filósofo,

discípula de Teano,

-la gran matemática que sobrevivió a Pitágoras-

Soy maestra de Sinesio

y amiga de Orestes

 

Yo, Hipatia de Alejandría,

hice de mi casa un ágora;

y desde mi terraza

desentraño los secretos del universo

Observo el sol y su elipse,

mejoré el astrolabio

 

Me casé con Isidoro

y soy virgen;

solo abrazo al conocimiento

 

Yo, Hipatia de Alejandría,

sé que Cirilo lanzará su horda de monjes

y seré su antorcha

 

Sé que husmean alrededor del Museion

Jamás el miedo habitó mis lares

No huiré

 

Los espero sentada al lado del crepúsculo y a la hora del alba que me sorprende estudiando antiguos papiros

 

Esta tarde

vagaré por los muros

de Alejandría

 

 

Berta Lucía Estrada (Colombia-1955) es escritora, ensayista, poeta, dramaturga, antologadora, crítica literaria y de arte. Es librepensadora, feminista, atea y defensora de la otredad. Ha publicado diez y seis libros, cuatro de ellos son obras de teatro y una novela corta escritas al alimón con Floriano Martins. Ha recibido seis premios de poesía, tres de los cuales han sido con obra publicada.

Algunos de sus artículos y poemas han sido difundidos en las revistas Altazor (Chile), Triplov (Portugal), Agulha Revista de Cultura (Brasil) y en publicaciones de la Universidade Estadual do Oeste do Paraná – UNIOESTE, Revista Acróbata (Brasil), Esteros (Uruguay), Revista Crear en Salamanca (España), Blanco Móvil (México), Nueva York Poetry, La otra (México), AErea (Chile y España) y Aleph (Colombia).  Es colaboradora del espacio Palabra de Poeta y también tiene el espacio Poliedros dedicado a entrevistas y a la presentación de libros en el programa de radio Pegando la Hebra, dirigido por María Vicenta Porcar Pedro (Valencia-España). Ha sido traducida al francés, portugués, rumano, griego e inglés.

 

 ***

[1] Koiné: Lengua común adoptada por los griegos en la época alejandrina, que se formó a partir de los dialectos griegos más extendidos y que dio lugar al griego moderno. (Diccionario RAE)

[2] Plutarco narra esta anécdota en su libro Vida de Marco Antonio. Los doscientos mil volúmenes provendrían de la Biblioteca de Pérgamo y nos dice incluso que Marco Antonio lo habría hecho no sólo como una forma de resarcir a la Biblioteca de Alejandría por el incendio provocado accidentalmente por Julio César quince años antes, sino también por motivos políticos; o sea, para demostrar su lealtad a los egipcios. No obstante, Plutarco tiene la sensatez de escribir que podría tratarse solo de una leyenda; ya que la fuente no es del todo fiable. (Fuente: Wikipedia)



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