Revista Latinoemerica de Poesía

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TESTIMONIO DIECIOCHO - El amor



En zona no ocupada por los nazis, el poeta Louis Aragon logró escribir su extenso libro "Los ojos de Elsa", dedicado a su compañera Elsa Triolet. Ambos, gregarios del Partido Comunista Francés, lograron hacerse un espacio en una pequeña villa escapando de la Segunda Guerra Mundial. Este libro es un doble homenaje al amor: al amor de su amada esposa y al amor de su amada Francia. Él mismo confesó: "solo el amor puede salvarnos. Estos brazos pueden salvarme".
Este poema no es solo un poema de amor. Aquí crece la resistencia, la libertad y la esperanza.

 

CÁNTICO A ELSA

Louis Aragon 

(Francia, 1897 - 1982)

 

Te toco y veo tu cuerpo y tú respiras,
ya no es el tiempo de vivir separados.
Eres tú, vas y vienes y yo sigo tu imperio
para lo bueno y para lo malo
y jamás te sentí tan lejana.

Juntos encontramos en el país de las maravillas
el placer de lo absoluto.
Pero al despertarme cuando vuelvo a nosotros 
si suspiro a tu oído
como una despedida tú no las oyes.

Ella duerme largamente y yo la escucho callar.
Ésta es ella presente en mis brazos, y, sin embargo,
más ausente de estar en ellos y yo más solitario 
de estar más cerca de su misterio,
como un jugador que lee en los dados
el punto que le hace perder.

El día que parece arrancarla a la ausencia
me la devuelve más conmovedora y más bella que él mismo.
De la sombra ella guarda su esencia.
Es como un sueño de los sentidos.
El día que la trae es todavía una noche.

Zarzales cotidianos en que nos desgarramos.
La vida habrá pasado como un aire obsesivo.
Jamás saciado de esos ojos que me dan hambre.
Mi cielo, mi desesperación de mujer,
trece años habré espiado tu silencio cantando.

Como los moluscos inscriben el mar,
embriagando mi corazón trece años, trece inviernos,
trece veranos;
habré temblado trece años sobre un suelo de quimeras,
trece años de un miedo amargo,
y conjurado peligros aumentados trece años.

¡Mi pequeña!, el tiempo no está a nuestra medida
que mil y una noche son poco para nosotros.
Trece años son como un día en un fuego de paja
que quema a nuestros punto a punto 
la alfombra mágica de nuestra soledad.

 

La pintura que acompaña este poema es "En la cama, el beso", de Toulouse - Lautrec.



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