
El último canto ante el abismo
El último canto ante el abismo
Sobre Muerte de Dios y poesía moderna en Colombia en Rómulo Bustos Aguirre
Por Natalia Gutiérrez Ortiz
Al observar el horizonte de la poesía moderna, la pregunta por el sentido se vuelve cada vez más urgente y paradójica: ¿Cómo se puede pronunciar el mundo cuando los antiguos nombres han perdido su fuerza? ¿Cómo escribir poesía cuando los dioses han enmudecido? Estos cuestionamientos surgen al asomarse al vacío limitante de nombrar a un “Dios muerto”. En su ensayo Muerte de Dios y poesía moderna en Colombia (2017), el escritor Rómulo Bustos Aguirre aborda precisamente esta tensión. Bustos articula una reflexión lúcida sobre el lugar del poeta en una época marcada por la pérdida de lo trascendente.
La obra en su introducción se inaugura con la siguiente cita:
El sentimiento sobre el que se basa la religión de la época moderna,
el sentimiento de que Dios ha muerto.
F. W. Hegel
La célebre frase de Nietzsche Dios ha muerto no solo anuncia una crisis metafísica, sino también un giro en la función del arte y la poesía: el poeta moderno ya no interpreta un sentido divino, sino que crea el rostro de Dios desde su imaginación y sensibilidad. La imagen de Dios se presenta como un enigma, que invita al poeta a descender en la exploración de nuevos recursos de la creación, sin certezas ni dogmas, solo preguntas y reflexiones.
La transformación en la función de la poesía implica también una transformación en sus recursos literarios. El lenguaje se vuelve más figurado tras la pérdida de la certeza; el símbolo deja de ser traducción de lo sagrado y se convierte en evocación de lo inefable; el humor metafísico irrumpe como gesto de lucidez, y el poeta asume el rol de demiurgo, no de profeta. La poesía moderna, así, deja de ser eco de lo divino para convertirse en un espacio de creación desde sí mismo, como Rómulo Bustos lo muestra:
Pero esto no significa que tras la pérdida de la certeza en un más allá se le ofreciera al hombre un más acá diverso, sino que más bien fue lanzado del más allá y del más acá a sí mismo.
El texto invita a imaginar que la humanidad es lanzada hacia un abismo con otros recursos; en el ensayo, estos recursos adquieren funciones específicas y profundas. La metáfora, el oxímoron, la sinestesia y el juego intertextual no solo adornan el poema, sino que construyen una experiencia que interpela al lector y lo invita a habitar la ausencia de mito, no a explicarlo. Esto se revela en los distintos autores que Bustos menciona; por ejemplo, las consideraciones acerca de William Blake hechas por George Bataille:
aunque aparentemente sea creadora de mito, no es en última instancia más que la ausencia de mito. De hecho, el mundo en que nosotros vivimos no engendra ya nuevos mitos, y los mitos que la poesía parece fundar (...) solo muestran al final el vacío (...).
Este vacío percibido justo antes del abismo no solo expande el imaginario poético, sino que sugiere la fragilidad y la invención del sentido en ausencia de lo trascendente. Situar los recursos de la poesía moderna permite entender su diálogo con la contemporaneidad y su respuesta a la crisis de sentido tras la muerte de Dios. El poeta moderno, lejos de buscar certezas, explora la hibridez del tono, la ironía y la invención lingüística como formas de resistencia frente al desencantamiento del mundo, o tal vez como un acompañamiento de este.
Cada recurso se vincula con la idea de la poesía moderna; la estructura argumentativa del texto sigue un hilo conductor claro, donde la función de cada figura literaria se articula con la tesis sobre el papel del poeta y la invención del discurso poético. Así se dialoga en la introducción:
La poesía moderna es así, dicho de modo general, esencialmente, impotencia mitopoiética, deseo espectral de religación. Sin embargo, es religión en la medida en que es el nuevo lugar donde se ponen otra vez en escena los elementos sobre los que se fundó la religiosidad cristiana: el problema del mal y la salvación, ya no dentro de un dualismo reductor, sino en el ámbito signado por el espíritu abierto de una paradójica o una ‘paralógica’ propia del discurso poético.
En definitiva, la obra de Rómulo Bustos Aguirre y, en particular, su reflexión sobre la muerte de Dios, enfrenta a la poesía moderna con la experimentación de crear sentido desde el vacío. Los recursos literarios, la metáfora, el símbolo, el oxímoron, la ironía, no son solo formas, sino modos de habitar la ausencia y de abrirse a lo inefable. Así, en el abismo dejado por la muerte de Dios, la palabra poética se convierte en el último canto: una letanía de dudas, imágenes y transformaciones que invitan a aceptar la fragilidad del sentido y a celebrar el misterio intacto del mundo.
Rómulo Bustos Aguirre (Santa Catalina de Alejandría, Bolívar, 1954) es uno de los poetas y ensayistas más destacados de la literatura colombiana contemporánea. Actualmente es profesor de literatura en la Universidad de Cartagena y continúa publicando obras reconocidas, como Casa en el aire (2017) y las antologías De moscas y de ángeles (2018) y Monólogo de Jonás (2019). Ha recibido el Premio Nacional de Poesía en dos ocasiones (1993 y 2019), y su obra, centrada en la trascendencia y la exploración del sentido en el mundo moderno, ha sido traducida y antologada en numerosos países.
Natalia Gutiérrez Ortiz (Arauca, 2004) Escritora y estudiante del Pregrado en Creación Literaria de la Universidad Central.
Fuentes consultadas:
- Enciclopedia Banrepcultural
https://enciclopedia.banrepcultural.org/index.php?title=R%C3%B3mulo_Bustos&utm_so
- Poéticas de la Modernidad UCM
https://www.ucm.es/poeticasdelamodernidaducm/romulo-bustos-aguirre
- Wikipedia
https://es.m.wikipedia.org/wiki/R%C3%B3mulo_Bustos
- Tragaluz Editores
https://casatragaluz.com/autor/romulo-bustos-aguirre
- org
https://www.otraparte.org/agenda-cultural/literatura/romulo-bustos-aguirre-2020/