Revista Latinoemerica de Poesía

Revista Latinoemerica de Poesía

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Pablo Estrada



Publicamos una selección de poemas del libro El fuego en la herida, del poeta e investigador bogotano Pablo Estrada. Su poesía es una constante pregunta metafísica que se asienta en la ciudad y su mirada, bajo los libros y la música que acompañan, como banda sonora, el ejercicio de reflexión y la materialización del lenguaje poético.

 

 

 


APARIENCIA FICTICIA

Flor que lento te marchitas:
dame una última esperanza
para guardarla en mi bolsillo.
Huevo que frágil te quiebras:
dame un íntimo sueño
para compartir con alguien.
Hombre que inclinado
en un rincón desnudo
de un oscuro cuarto vacío
aguardas por la muerte:
no me digas que eres
mi reflejo en el espejo.

 

 

 

 

NEEDY TO TRANSLATION

I
Hay una escalera al cielo
y está siendo comprada
por una dama que está segura
que todo lo que brilla es oro.
Page y Plant le ofrecen
un precio razonable.
Ellos están cansados
de escuchar siempre
la misma canción.
No soportan a los Beatles
ni a los Rolling Stones.
A veces piden a los Yardbirds
un viejo bar de la isla de Man.
Beben unas copas
y se acarician el silencio.

 

II
Me acerco a la dama
—que no lo es tanto—,
me muestra la entrepierna.
Le ofrezco unos billetes
—no, no es lo que parece—,
es el pago por mi entrada:
al fin y al cabo estoy muerto
y quisiera entrar al cielo.
No sé si clasificarlo
como ridículo o trágico: fue un suicidio accidental
—sólo jugaba un poco—,
trataba de divertirme
con unos colegas.
(No sabía que el arma estaba cargada).

 

III
Estoy golpeando las puertas del cielo.
Nadie responde, nadie las abre,
a mi lado Axl Rose desespera,
Bob Dylan trata de calmarlo,
Eric Clapton sonríe callado.
Les invito una cerveza
en un bar cercano.
Cuando llegamos
encontramos el lugar cerrado.
Un viejo con calvicie de marinero
nos dice que han quebrado
y se trasladaron allá abajo.
“Una temporada en el infierno
no les hará mal”, dice.
Nos vende, sin embargo,
una Heineken para mí,
Budweiser para los otros.

 

IV
Regresamos, está abierto de par en par
“¿Esto es el cielo?”,
pregunta desconcertado Dylan.
“Es mejor Ciudad Paraíso”,
afirma Rose sin entusiasmo
(Se refiere a la ciudad de los ángeles
la ciudad de Los Ángeles
—la ciudad del pecado
como la llaman en la radio—).
“No se parece nada
a lo que uno espera”,
corrobora Clapton.
“¿Qué diría el pobre Dante?”
“¿Quién demonios dijo eso?”
Nos percatamos luego
de un escueto letrero
que indica: SE VENDE.

 

 

 

 

OBITUARIO

En el petrificante instante
de mi trágica muerte,
embalsamado con papel en blanco,
me entierro en un ilegible verso
camino a un poema incomprensible,
esculpido sobre el rastro del dolor
con mi sangre transparente
y el vacío que siempre hubo
dentro de mi angustiado pecho.
Mi tumba es una palabra
sin significado alguno…

 

 

 

 


IT’S OVER

(Homenaje a Edward Hopper)

Es tarde
para prolongar los aplausos.
La sala está casi vacía
y el escenario desnudo...
Es tarde
para anhelar más caricias.
El cuarto está casi vacío
y recién hecha la cama...
En la radio
suena suave una canción.
“Se ha acabado”
es la primera frase...
Apago las luces
y cierro la puerta.
Entonces nos vamos
sin tomarnos de la mano...

 

 

 

 


DIÁLOGOS DRAMÁTICOS
(Único acto)

Escena 1

—¿Quiénes son los esqueletos tiritantes?
—Tus parientes más cercanos.
—¿Y qué quieren tan insistentemente?
—Que te calles, que te calles.

 

Escena 2

—Tengo ganas de orinar.
—El baño está al final del pasillo,
detrás de aquel laberinto.
No olvide llevar un cordelillo.
Intermedio
Punto y coma; raya — espacio.
Hablar se escribe con H
pero no suena.

 

Escena 3

—Mami, ¿hay comida chatarra en la nevera?
—No, mijito, sólo hay lágrimas heladas.
—¿Y de tomar?
—Agüita de mala yerba.
—¿Mariguana, madreselva?

 

Escena final (monólogo)

Tengo sueños recurrentes
rodeados por rosas blancas
donde apareces siempre
envuelta en margaritas,
ahuyentando mi soledad
y la trémula debilidad
que me pone de rodillas,
mirando impávido hacia el cielo,
esperando que algún íntimo testigo
me envíe ángeles desnudas
que me abracen mientras vuelo.

 

 

 

 


POEMA DE VANGUARDIA

¡Duro con la pintura
llamada abstracta!
Dámaso Alonso
Los consejos del tío Dámaso a Luis Cristóbal

1
¡Disparadles a los payasos!
Fusiladlos a todos
y luego reíros de ellos.
No os compadezcáis de ninguno
ni de Garrick siquiera.
Brincad sobre el sonriente
cadáver de Penny Wise.
Dejadlos bien muertos
para que se burlen al verlos.

 

2
Pintadle bigotes a la Gioconda
y mead en el mingitorio de Duchamp.
Haced bigotes de Salvador
en los cuadros de Dalí.
Paradle bolas a Picasso.
Falsificad obras de Miró
con las de un niño mongoloide.
Eyaculad incesantemente
sobre la creación de Pollock.
Trazad una pendiente
sobre un lienzo de Kandinsky.

 

3
Decapitad alguna estatua,
la de la Libertad, por ejemplo.
Castrad algún obelisco.
Levantadle el busto
a alguna bella modelo.
Enderezad la torre de Pisa
y haced una torre de pizza.
Construid la otra mitad
de algún anfiteatro
con barroca arquitectura.

 

4
Asesinad al Papa, si podéis,
descuartizadlo y metedlo en una maleta,
enviadlo al campeón del Tour de France.
Bebed babas de bebé y dad dadá al dad.
Buscadle una Isolda de madera
al triste tigre Tristán Tzara.
Insultad insolente a Artaud
hasta que llore —mencionadle a Breton—.
Despertad de una vez a Buñuel
y filmadle en tanto bostece.

 

5
“Hazme un favor, camarada:
a nadie digas nada.
¡Que nunca nos recuerden!”,
me decía algún artista…
“¿Artista de Vanguardia?”
“No, un artista retirado”.
“¿Artista de retaguardia?”
“No, nunca se comprobó su pederastia…
sólo uno de tantos
que ya nadie recuerda”.

 

 

 

 

EL PRECURSOR
Los espectadores piden a gritos mi cabeza.
¿Vas a dársela, mi amantísima Salomé?

 

 

 

 

EXCELSITUD PRÍAPICA

Cuando los sátiros y los rinocerontes
no persiguen a las ninfas ni a las hembras,
sino que huyen de ellas despavoridamente…
cuando los ancianos se asfixian
en su propia retórica muda
derramando cataratas de saliva…
cuando los amigos no desean nuestras hijas
y los vecinos no castran nuestras verjas
ni mencionan nuestros íntimos secretos…
yo camino pausado, paso a paso
rumbo al centro, entre cruces
y estrangulo mis flácidas mejillas,
lleno mis bolsillos de monedas
y acomodo bien mi bragueta.

 

 

 

 

PARÁBOLA DE LA VIDA

Piedra sobre piedra, construyo mi propia tumba, tratando
de hacer cómodo mi lecho de muerte; me aferro al llanto
antes de que las tinieblas me conviertan en pasado. En
interminable marcha, camino por este desolado sendero
en medio de la oscuridad envolvente. Siempre llego a
ningún lugar; estoy donde nadie quiere estar: no hay nada
alrededor, sólo el vértigo y el vacío; quizá un abismo
interminable y acogedor. Sigo mi viaje que no tiene
destino sin poder parar, sin volver atrás. Estoy atrapado en
la más absurda oquedad. He perdido el rumbo, he perdido
el sentido. De pronto veo una luz al final del túnel, una
tenue iluminación que cada vez se hace mayor. Pienso que
es el amor, y lo compruebo cuando comienza a menguar
y se convierte en un leve centelleo, un débil parpadeo y
finalmente desaparece. Inclino mi cabeza y continúo a
paso lento… Sé que debería detenerme, pero es que, igual,
esta vía no conduce a ninguna parte.

 

 

 


¿PARA QUÉ POETAS?

A Juan Gustavo Cobo Borda

¿Para qué poetas,
si hay médicos, ingenieros y abogados;
ejecutivos, secretarías y empleados?
¿Para qué poetas,
si hay día del amor y la amistad
y nochebuena durante navidad?
¿Para qué poetas,
si no han declarado
otra guerra mundial
ni han iniciado
una dictadura militar?
¿Para qué poetas,
si hay cáncer y sida
y cómo clonar la vida?
¿Para qué, si
hay toda clase de drogas
nirvana, karma y yoga?
¿Para qué, si hay donde sea dementes
depravados, neonazis e indigentes?
¿Para qué poetas, si hay putas?
¿Para qué poetas, para qué,
si hay tantos canales de t.v.,
realities e internet?
¿Para qué poetas?
¡Para qué!
¿Para qué diablos?
¡Ah, ya sé!
Para que los pobres críticos
tengan de qué vivir
y no se vean raquíticos
cuando vayan a morir

 

 

 


PABLO ESTRADA (Bogotá, Colombia). Es profesional en Estudios Literarios de la Universidad Nacional de Colombia y Magíster en Estudios Editoriales del Instituto Caro y Cuervo. Egresado de los talleres distritales de cuento, crónica y novela Ciudad de Bogotá. Fue gestor editorial de revistas científicas durante 7 años y editor y coordinador de proyectos y colecciones de Favila Editorial entre 2021 y 2023. Actualmente es investigador del Observatorio Editorial Colombiano. Su interés por ciertos autores y temas literarios como Charles Bukowski, Jim Morrison y la Generación Beat los ha plasmado en conferencias, seminarios, reseñas, ensayos y artículos dedicados a estos. Ha sido creador e integrante de proyectos y grupos culturales como Superficies —propuesta artística que integra literatura, música, video y fotografía—, el negacionismo poético y el grupo literario Caterva. Ha participado en festivales y eventos literarios en Bogotá y otras ciudades colombianas. Es cofundador y miembro del comité editorial de la revista de cuento Aceitedeperro. Textos suyos se encuentran en revistas, periódicos y antologías. Se han publicado los libros de poesía El fuego en la herida (Caracas, Venezuela: Fundación Editorial El perro y la rana, 2012) y Entre esto y aquello (Bogotá: Senderos Editores, 2015), y la novela Los miércoles también llueve vol. 1 (Bogotá: Favila, 2020). Está incluido en Poetas que hay que morir, antes de leer (Monterrey, México: Universidad Autónoma de Nuevo León y Grupo Editorial Con las Uñas, 2013).

 



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