80. Andrea Juliana Enciso
La bogotana Andrea Juliana Enciso dejó su ciudad hace ya algunos años para franquear nuevos movimientos. Cambio, tránsito, memoria. Su poesía regresa al origen, a la observación del camino cruzado y a sus saltos.
JELLYFISHES
Quiero escribir,
mientras la lluvia pasa como un toro de corraleja,
un poema sobre las aguamalas:
sobre ese momento feliz
de suspensión
al verlas levitar
como corazones refundidos
en el National Aquarium de Baltimore
Quisiera
perhaps
escribir un poema
no sobre las aguamalas
pero sí sobre el cuerpo
vaporoso
de la nostalgia por la mar de mi madre:
hermosa
just when I lost my language
again
and the Hispanic tropics
are memories that levitate
como bolsas plásticas
en un poema modernista.
Quiero escribir
un poema sobre
el deseo de contemplar
detrás del vidrio espeso
de la extranjería
el cuerpo tóxico y leve del Caribe
mientras el aguacero
se lleva
la mierda de las iguanas
y las horas
de quienes vivimos
de espaldas al océano
cada jornada.
SOBRE LO QUE CALLA EL YARUMO
Su espina dorsal
elevada sobre el alto follaje
es atalaya de los pericos.
Su cabeza, seducida por el viento,
es sonora como la risa de las niñas
en otras latitudes.
Sus brazos
puentes colgantes
son un reto al timón de la ciudad.
Sus manos callosas
sus dedos
sostienen las nubes
del bosque de montaña.
Este joven centenario
ha visto
caer, rodar y morir
a otros hombres
sobre la palma
de la cordillera
Los tucanes huyen
los monos aulladores
no se atreven a decir
lo que el Yarumo ha visto.
El brillo de sus hojas
es el testimonio de lo perecedero.
MERIENDA DE EXPATRIADOS
En un día fiesta
todos gozamos del carisma
de la caraota
sobre la loza blanca,
de la amplitud
de la panza del
plátano sobre el limpión naranja.
Sin embargo,
las moscas tienden a merodear
alrededor de las alegrías ajenas:
Alguien habla con la boca llena
sobre la fortuna de haber abandonado
la tierra donde celebró
su primer odio
y su penúltimo amor.
De estar lejos del patio
donde aspiró
los primeros signos
de la pimienta de olor
en el corazón liquido de la olla.
En el exilio nadie debería agriar
la única memoria que no nos puede quitar
la distancia y que está en la lengua.
Ahora
las caraotas se nos hacen rancias
y las moscas se coronan reinas
de esta tarde que ya no es nuestra.
A MI BORDE DEL PACÍFICO SUR
No es la seda de la estola de vino
deshebrándose
sobre los escalones de asfalto
en otoño.
Ni la sangre del arce adolescente
al frente del zaguán en primavera.
No son las campanas de metal
despertando al bote de bambú
mientras el agua corre
O
el olor del jengibre hirviendo
para aligerar la tristeza nuestros cuerpos.
Mi amor por ti
viene de algo
más tibio e imperfecto:
de la piel inescrutable de la pera pálida
caminando por la acera
de la sonrisa fugaz
de un hombre
ofreciéndome una toronja abierta.
Mi amor por ti
como mi distancia
viene muy tercamente
de mi recuerdo:
del olor de la brisa salada
del arroz tibio
y el aroma de los mangos
que hoy se pudren
y se transforman en árboles.
Mi amor por ti
proviene de todo aquello
que no puedo poseer
y desde esta orilla del mundo
he de-ja-do ir
MILAGROS DE NAOMI CAMPBELL Rd 1236
1.
La menta y los lirios
crecen como mala hierba
en la soledad del vecino.
La voz del viento
nos habla sobre la correspondencia
que no será abierta por nadie.
2.
Mundo vegetal
de soledades industriales.
La tristeza es un bien acumulado
útil para rellenar neveras
y vaciarlas como las tinajas de pellejo crudo
después de la fiesta.
3.
Cleaning locker
Sacred car
en la nocturna y ríspida
soledad de los parqueaderos
alguien limpiará su propia basura
y explotará como una supernova.
Por 5 minutos
brillará
En las estadísticas del Estado.
4.
Dos o tres colillas de cigarrillos
chispas cósmicas
son las palabras de los sobrevivientes
a la implosión del compañero estrella
en el lote del Olive Garden
5.
Tres o cuatro lágrimas
la mesera,
el cocinero
la acomodadora
el gerente
la amante ocasional de viernes
reconocen fragmentos de la materia
implosiva de esa existencia
en sus vidas.
6.
Al quitarse el delantal
sienten
como un brote de hiedra
como un sarpullido de aluminio
algo que se cuela por sus gargantas
hasta exprimirles lágrimas.
No hay mal que no pueda repararse
con dos jarras de cerveza
una hora de pornhub
o un par de píldoras
antes del juego de la temporada.
7.
La menta y el lirio,
MILAGROS
Siguen creciendo
Como mala hierba contra la pared del vecino.
Pequeños insurgentes
sonríen a quien descubre su olorosa presencia.
Final del verano
noche
hay esperanza
para quienes sentimos el afuera.
Andrea Juliana Enciso. (Bogotá, 1979) PhD. en Lenguas y Literatura Hispánica de la Universidad de Pittsburgh. Poeta, critica, ensayista e investigadora. Ha publicado los poemarios Laberíntica (2000) y Panóptico: Pabellón para tercos y fantasmas (2005). Su trabajo hace parte de las antologías Conjuro capital poetas bogotanos (2008), Yo soy escritora: 24 mujeres, 24 relatos (2008) y Todo boca abajo antología Latinale 2018 (2019). Algunos de sus poemas, ensayos y artículos de investigación han sido publicados en prensa, revistas culturales y publicaciones académicas nacionales e internacionales. Actualmente enseña literatura en la Universidad del Norte en Barranquilla, Colombia.