María Negro
Presentamos un conjunto de poemas de María Negro (Buenos Aires, Argentina, 1977) Publicó Y sin embargo se mueve (2012) y Manifiesto de las Conchudas (2013), ambos por Editorial Textos Intrusos, con una reedición del Manifiesto por Editorial Prosa (2015) e IndieLibros (2018), El secreto de los insectos (2020) por Azul Francia Editorial y La sed de Doña Hilda (2021) por Editorial Omashu. Integrante del Colectivo Estrella del Oriente (Argentina), colaboradora de la revista Estrella del Oriente (Argentina) y parte del equipo editorial de la revista Mal de Ojo (Chile). Colaboradora de la revista Latitud Leteo (Argentina), Rock y Arte (Argentina). Organizadora del Encuentro Internacional de Narrativa Contemporánea (a través de Mal de Ojo). Integrante de la Editorial Conunhueno (Chile). Colaboradora del programa de radio Cubo Mágico (Radio Universidad de La Plata). Coordina talleres literarios para adolescentes y adultos desde 2015. Los siguientes poemas pertenecen a Las Pieles del Agua (2021 - inédito)
Alza la tristeza,
es esto,
la carne y el color.
Agradece,
que el polvo
su piedra,
el viento,
han caminado hasta tus pies
para enseñarte.
Encuentra.
Afuera de tu mano
escucha.
Escucha.
*
Barre los monstruos
contra la esquina, y se cierra.
El bosque tapa
el árbol
-dice-
El árbol tapa
el pájaro
-dice-
El pájaro,
qué miedo
le da el pájaro.
*
Sé piadoso
Con tu leve forma,
Acurrúcate en el pecho
Del volcán,
Deja caer la manta y la duda,
El bostezo, la entrega.
Date la luz,
No importa su breve respuesta.
Date la luz.
Después, hoy.
El revés del bosque
También es camino.
*
La mujer que fui
tiende la ropa
piensa la poesía
espanta un abejorro
espera
cuando el cielo cae
y es verano.
A veces quisiera
llamarla
hacer así con la mano
es verano y los pájaros
avisarle.
Ella
la mano la ropa
los ojos el cielo
espera.
No puede ser
un color
dice.
Calcula el arroz
que será cena
espera.
La vida abierta ahí,
ahí y ahí, sin donde
Respira hondo
el hocico del miedo
espanta un abejorro
hace así
la mano la ropa
los ojos el cielo
Desea
Desea
Desea de nuevo
Desea
Quisiera advertirle
Desea
¡Oh incrédula!
Desea
Calcula el arroz
Desea
Es verano y el cielo
Desea
Guarda los broches
Desea
Cierra la puerta
*
Tampoco ella no existe
¿Sabrá la parte por el todo,
el dolor,
la tarde?
Para mentir, debe la gracia
O el silencio,
puerta inútil,
vacua lengua
de impotencia.
Qué respira tu corazón
cuando otra vez.
Sí se cayera el tiempo,
tampoco ella
ni yo
el no posible de ver
que ahora tampoco
y después
pide y
disculpa,
corre
y lamenta.
Quiebra,
goza.
*
El corazón que se rompe en la noche
No hace ruido
Hace silencios.
*
Dame la mano, sueño,
También acá estamos solos.
Debajo de tu pan
crece la noche larga.
Dame la mano, sueño,
te reconozco,
para qué vamos a escondernos.
Llueve la luz fina y pareja
desde cada ojo,
sin saber, y eso la ayuda.
Este rincón del mundo
sembré, paciente.
Habrá el amor un día,
o no,
pero habrá día
y habrá esta mano, sueño,
acariciando al miedo,
esa voz que te ha dicho en alto
sin vergüenza de tu nombre.