Escritura del precipicio
Escritura del precipicio
Por Cristina Duncan Salazar
Escritura del precipicio, es el número 180 de la Colección Un libro por centavos. Esta es una antología personal de poemas escritos en voz de mujer tan cruda como hermosa. En cada poema libre hurga, encuentra muerte y vida en las sombras, en la noche, en la tierra de donde salimos y a la que volvemos.
El libro abre con un embarazo y parto, y cierra en un funeral inocente. En el centro, la herida de su vientre o de su tierra, un grito, un hijo, un filo que la hiende.
Escritura del precipicio es un hilo color rojo sangre que atraviesa una garganta, una matriz, los silencios que la contienen, los pasillos de hospital. Entrelaza recámaras, domingos, enfermos, enfermeras indolentes. Se convierte en hilo de pastillas, en hebra de cabello, línea roja de cesárea, cuerda de ahorcado, cinta para enlazar luciérnagas. El hilo reposa un momento en la ternura de una abuela y en el niño que “trae entre sus manos un relámpago / para estallármelo en el pecho” (pg. 66). Se detiene ante el precipicio al que no se lanza, una voz infantil la requiere.
Las metáforas crudas o valientes dan vida a una voz ferozmente femenina que también advierte: “Por eso yo te digo”, “Créeme”, “Te diré”, “Tienes que entenderlo”, “Te lo advierto”. Es una maestra, una mujer sabia o es una madre que intenta evitarle sufrimientos al lector o a un hijo. Insta a cualquiera de los dos a la observancia de la luz que luego refleja en el poema: ser luz, dar a luz, dar luz, salir a la luz.
Esta reciente antología de Fadir Delgado Acosta confirma algunas de las grandes virtudes y peculiaridades que se han podido reconocer en sus publicaciones anteriores: una voz profunda, inteligente y poética, a corazón abierto, escrita bajo palabra.
LA TRAMPA
La madre ve que en sus manos explota el cuerpo de un insecto
La madre atrapa el insecto
Lo atrapa con un pañuelo blanco
Los zumbidos le huelen a pólvora
Se pone en cuclillas sobre la silla como una bestia a punto de atacar
Los insectos no tienen dientes
pero la madre los acusa de masticar la cara de su hijo
La madre cierra la puerta
.
Ahora la habitación es una tumba de insectos
El niño grita
El grito huele a sudor
La habitación es un funeral
Hay un niño que llora a los insectos
La madre llora también
Los insectos no tienen dientes
Los insectos no tienen dientes
¿Alguien se lo puede decir a la madre?
¿Alguien puede tocar la puerta de la habitación?
Miren que ya comienza a crecer maleza alrededor de la cuna
Miren que una selva le ha entrado a esta noche
La madre enciende la luz
La luz es la trampa de los insectos
La luz es el niño
La trampa es el niño.
AMENAZA DE ABORTO
Esta sangre que baja por mis piernas
no pueden ser tus manos
Esta sangre que baja por mis piernas
no puede ser tu cabeza
Esta sangre que baja por mis piernas
no puede ser tu boca
Espera que abran la puerta del hospital
Agárrate fuerte
Espera que me salga algún dios de las palabras
que la luz del quirófano incendie los ojos
Dime que hay una cuerda
Dime que la ves
Dime que ya la encontraste
No es hora de salir
muchacho
Esta sangre no es tu cuerpo
Tienes que entenderlo
Es imposible
Las manos de tu madre no lograrán sostenerte
porque es imposible arrullar la sangre
Tienes que entenderlo
Si bajas te secarás como el musgo en las piedras
y mis manos no son piedras
Tienes que saberlo
Este no eres tú
No bajes
No golpees la puerta
Detente
Dejas algo importante
Olvidas
tu propio cuerpo.
ESTERILIZACIÓN
El niño busca la cicatriz por donde sacaron su cabeza
Cuando la encuentra
dibuja la cicatriz con un lapicero rojo en la pared
La madre
más tarde
sin saberlo
tendrá que limpiar su propia herida.
LA OSCURIDAD ES UN PUÑADO DE LENTEJAS
El enfermo ha cortado la cabeza del hambre
Se limpia el frío de los dientes para tragársela
El hambre sabe a oscuridad
-dice
No le creo
Nadie le cree
Entonces mastica la oscuridad
la saca de su boca y me la muestra
La oscuridad es un puñado de lentejas
Debo comer la oscuridad sin sal –advierte-
Qué hiciste
para venir aquí a congelarte los huesos
Qué hiciste
para venir aquí a esperar la madrugada
Qué hiciste
para venir aquí con el estómago ahogado en hielo
El enfermo se dice:
La comida en el hospital es un juguete de plástico que busca la sed en la boca
Un juguete de plástico que hierven en las aguas del vértigo
El enfermo no lo sabe
El hospital es un depósito donde se amontonan pedazos de carne
Entiende
Entiende
La gente espera que alguien ponga cajas de pastillas en sus mesas de noche
En estos corredores no solo la enfermedad apunta a la cabeza
El frío en los hospitales es una lata reventándose debajo del cuerpo
El enfermo me enseña su frío
Su frío corta demasiado
Tiene un óxido que se derrama por la herida
El temblor de sus manos acaba de incrustarle un tenedor a la cabeza del hambre
Ahora veo que la oscuridad escapa de su boca
Los pies del enfermo sobresalen de la cama
Se ven como dos flechas que apuntan al cielorraso donde caen los muertos
Ahora apuntan hacia mí
Me ofrecen su oscuridad
Y en la oscuridad podemos ver el porvenir
Y el porvenir es un animal de nieve
que los enfermos sacan del fondo de un espejo.
SANGRE EN EL VIENTRE
La piel se abre como tierra
como la cabeza deforme de un dios
y su tristeza
No tengo auxilio
No puedo encender
el fuego porque
este incendio no es mío
No son mías
las palabras
No son mías
las espinas
ni las piedras
ni las larvas del jardín
No son mías las ventanas
Ni siquiera es mío el salto
Ni siquiera es mía
la herida
tampoco la sangre que limpio de este vientre
No son míos
los muertos de esta casa.
Fadir Delgado Acosta (Barranquilla, 1982) Premio Internacional de poesía Tiflos de España 2021. Premio de poesía Universidad Nacional de Costa Rica 2020. Premio de poesía del Portafolio de Estimulo de Barranquilla (2017). Premio Distrital de Cuento de Barranquilla (2018). Ganadora de la Beca de Circulación Internacional para creadores (2019) que otorga el Ministerio de Cultura de Colombia. Mención especial del Premio Internacional de poesía de Puerto Rico, 2020. Mención del Premio Nacional de poesía Tomás Vargas Osorio, 2020, Finalista del VII Premio Internacional de Poesía Jovellanos de España, 2020. Premio en Poesía del Concurso Internacional de literatura de la Universidad de Buenaventura (Colombia). 2014. Ganadora de la Residencia Artística en Montreal por parte del Ministerio de Cultura de Colombia y el Consejo de Artes y Letras de Quebec, en el área de literatura. 2013, entre otros reconocimientos. Magister en creación literaria. Autora de libros como: La Casa de Hierro, El último gesto del pez, No es agua que hierve, Escritura del precipicio (Colombia), Lo que diga está lleno de polvo (Ecuador), Sangre seca en el espejo (Costa Rica), La tierra que se tragó el cuerpo y La temperatura exacta del miedo (España). Su libro El Último gesto del pez fue traducido y publicado al francés por la editorial Encre Vive de Paris en el 2015. Sus textos han sido publicados en diferentes revistas literarias nacionales e internacionales. Invitada a distintos festivales y encuentros culturales en Europa, Latinoamérica, Canadá y Egipto. Sus textos han sido traducidos parcialmente al inglés, al árabe, al francés, al italiano y portugués. Se desempeña como tallerista literaria y es coordinadora de la Fundación Artística Casa de Hierro de Barranquilla.