Jean Alberto Rodríguez-Torres
Presentamos una selección de poemas de Jean Alberto Rodríguez-Torres (Bayamón, Puerto Rico, 1997) es poeta, traductor y editor puertorriqueño. Actualmente sus pronombres son él/elle. Es autor de Las dimensiones finitas (Ediciones Aguadulce, 2019) y co-fundador de la revista foto-literaria Demoliendo Hoteles. Algunos de sus poemas aparecen en diversos medios tanto físicos como digitales. Coordina el blog reappearing acts; y crea música bajo el proyecto Dogs In Old Movies. Además, la gente dice que da tremendos abrazos. El resto del mundo es lo que sigue, es su segundo libro.
LOVE IN THE RUINS
hablamos de las cosas que nos cargan
de canciones que ocultamos
en todas las libretas y paredes
la inocencia reposando en camisas de conciertos
que no asistimos y copias de cds quemados
repartidos entre amigos
todo sea por la época extrañada
tan fuera de mi alcance
escucho gente a través de la pantalla
y bocinas de mi cuarto
aún no me convence ese triste intento de presencia
si así perdurará cualquier insistencia
o inclusive el amor
entonces no debería preocuparme
por sus ruinas
sino por las veces que esté completamente
sumergido en él
INSTRUMENTARIO
en veinticuatro horas caben cuatro o cinco discos
sin perderles la atención
una llamada de mi hermana
una o dos noticias sobre alguna mujer desaparecida
seguida por la pausa y el nuevo ritmo del aliento
indicando otra vez el quebranto
una comunidad que se organiza para buscarla
brindarle apoyo a su familia
miles de lágrimas vertidas con rabia
mientras cantamos su nombre
y el de todas las que faltan
caben poemas para salir a flote
cartas a la capitana del puerto
nuevas formas de adaptar el vocabulario
un aterrizaje continuo—
la confusión que surge
cuando se le pierde la confianza al país
la vista de una ventana encendida desde afuera
y con suerte
tan solo un eslabón innombrado
que imagino como un puerto a la deriva
una carta contestada
una mujer que pudo regresar a su casa
sin las llaves marcadas entre los dedos
ON FRANK O’HARA’S BIRTHDAY #2
nos perdimos después de algún cruce el día que fuimos a buscar un monte que escalar en Villalba el director no quiso que cortáramos por caminos no-concurridos para no perder el día en otra toma paramos por gasolina y para darle unos minutos a la lluvia en la pausa hablamos como las parejas de años largos actuando sobre la confianza pero a nuestra manera todo tacto inicia como puede no somos excepción casi perdemos los zapatos y una cámara al golpe del río y como animales de costumbres dialogamos casi por instinto y sin intentarlo diciéndonos —de a poco— aquello que las parejas de años con el tiempo se prometen ese sábado en la tarde cenamos con tu familia y hablamos sobre los perseguidos en la época de mayor represión política en el país esto no es sujeto de poemas que cargamos siempre porque en ellos las personitas de papel se maravillan con el estallido de una risa la parálisis de un cubierto que cayó en el piso insisten en no fregar mientras que tus padres nos hablan de sus marcas el tatuaje que lleva tu papá junto a un amigo de la guerra la quemadura que tu madre carga en su pie cuando intentaron asaltarla en su propia casa cuando me acompañas a mi carro me entregas una nota doblada con mi nombre y lo que contiene es capaz de cambiar la conclusión de todos los poemas que encontremos por delante mas por ser sujeto de privacidad el director pide que quien narra haga silencio mientras la cámara se aleja y eso que tanto queremos saber va quedando en especulación en busca de otro río o lugar para cenar algo de qué hablar después que empiecen a correr los créditos
PLEASANT SCENES
yo contigo deseo derribarlo
todo y poblar cada
habitación con nuestra amabilidad.
tener la dicha de recrear el
mundo y nombrarlo
de nuevo—
asumir el papel de una
nueva especie, añadirle
sinónimos a las palabras
que nos unen,
crear un lenguaje a base del
orden de nuestras llegadas;
de quien esté dispuesto
a dirigirse hacia el otro
primero,
de quien se disponga en
acercarse a la puerta de cada cual
y esperar que le
den la bienvenida.
HACIENDO LO SUYO
en tu cuarto leyendo poemas
pensando en artistas,
en quien se va y quien canta
pero se ausenta
el libro de Bárbara dice que
es sobre lectores y gente escribiendo
qué linda imagen
te deja por acá a lo lejos
flotando
otra mañana llega y nadie canta
apenas contemplo las ramas
sus sombras y hojas secas
las colillas en el piso
y esa voz como la tuya
casi-igual de lejos
LO QUE NUNCA
hoy quiero encontrar mi lugar
sacudir los ciclos
envasar aquella música terrible
que me obliga a esteblecer un orden
de lo que puedo o no predecir
que extraño luce el camino que tomaba mi mamá
para cruzar a este punto de su vida—
de esto no hablo nunca
la suavidad de la puerta al ejercer su trabajo
el árbol de mangó abandonado
un sentarse a detallarlo y mencionar que fue increíble
el coincidir con lo que le urge hacer algún ruido
para decir que está frente a mí
aunque no pueda verlo
dado a la ceguera del hambre
la falta de harina en la lacena
una felicidad que se disfraza de insistencia
por querer creer en la enseñanza del cemento vertido
que insiste en llamarse hogar
para Mami
MÚSICA LEJANA
yo una vez retraté mis pies muy cerca del suelo
yo una vez intuí el comienzo de un poema para ti
de pronto comencé a anticiparme
detrás de todas tus canciones
anoté la totalidad de sus metáforas
para crear una leyenda de significados posibles
no he sabido qué hacer con lo demás
si apenas cantas en nuestra confiabilidad
y no logro hacer otra cosa que conectar
la melodía con el verso mientras noto
cómo afuera los árboles ensayan
su incierta coreografía
e insisto en que ningún instante
tiene por qué componerse
de algo diferente a esto