Poema del Viernes # 183
MIS PROTEÍNAS
Han descubierto, dicen,
la proteína del resentimiento—
péptido urético cerebral—.
Viaja por su propio sendero
a lo largo de mi columna vertebral,
como lo hacen el dolor, el placer y el sol.
El cuerpo es una autopista,
un cruce de autovías
bien trazado.
Parte de mí va hacia el norte,
parte hacia el sur.
El noventa por ciento de mis células, han descubierto,
no son parte de mí,
sino de otros seres que viven en mi interior.
Del mismo modo que el noventa y seis por ciento de mi vida no es mía.
Además, por lo que dicen, yo soy ellos,
mis bacterias y mis hongos,
mi padre y mi madre,
mis abuelos, mis amantes,
mis conductores hablando por el móvil,
mis metros y mis puentes,
mis ladrones, mi policía
que me persigue noche y día.
Mis proteínas
pliegan las camisas.
Encuentro en esta metrópolis abarrotada
un rincón tranquilo
en el que con piezas de Lego
construyo un banco,
palomas, un sandwich
de pan de centeno, queso y mostaza.
Esta hambre
soy yo y no soy yo.
Como el hambre, un sándwich puede ser un misterio
que ninguno de nosotros
puede doblar, desdoblar, consumir.
Jane Hirshfield