Pedro Arturo Estrada
Del libro inédito Canción Tardía
MEMENTO MORI
Qué muere en ti, silencioso, a esta hora imprecisa en que te es ajeno todo brillo, y la sola respiración es la atadura, la única conexión de aire a tierra. Hora en que no obstante, como un rumor de fondo, la voz antigua del amor que te llamó antes del tiempo, sigue nombrándote. Aliento que entonces supo triunfar del vacío y dispuso la sustancia necesaria de tus huesos, avecindó la luz suficiente, el magma de las cosas que hicieron un mundo a tu medida y moduló incluso, las sílabas exactas del nombre y el lugar que ahora ocupas sobre la tierra.
Mas acaso no eres tú el convocado ni la voz ni el rumor, o no alcanzó la luz, o fueron otras las palabras, otras las sìlabas ahora extraviadas sin remedio, como otros los días y otro el amor.
***
CALAMAR INSOMNE
Sin embargo, al fondo de todo está el aire, la tenue respiración de los mares que no viste pero sabes que aguardan, su infinito vaivén y el brillo de sus peces deslumbrando tus noches. Viene aún el deseo de asir lo imposible, vaciar de ti -calamar insomne- la tinta de tus dudas, como un gesto todavía inocente, como una ambición triste.
No hay más sueño ni ojos que lo agoten. Derivas solo en el secreto del agua, oscuro latido, ensoñación callada.
Ni el tiempo ni tu sombra alargándose en la arena abisal importan. Sólo vives y te mueves en la soledad de la página donde llamea la letra joven y se renueva -pese a todo- la antigua música de las profundidades.
***
PIEDRA SOLAR
Abandónate entonces al delirio solar, piedra desnuda bajo el cielo vibrante. Boca de soledad ábrete al aire, traga la luz toda, como si cantaras en el martirio, albergando a los ángeles. Elévate en la juntura de los elementos, sigue el trazo extático que señala el horizonte. Hoy, vuélvete espuma, nube o azufre en las vértebras de dios, ascensión del fuego, ceniza del miedo, pez de las profundidades perforando el centro de la memoria, el tegumento negro del corazón atascado en la espesa floración nocturna. A contracorriente escapa de ti, rompe la dulce urdimbre de tu amor, libera el peso, la gravedad del día y de la noche, planeta de sueño y sangre sin nombre, sin destino.
***
ARDEN LAS PÉRDIDAS*
Qué excava la mirada
en el vacío
y enciende al otro lado
un mundo
Qué brillo restaura
a qué lejanía echa redes
el deseo
Tras los párpados cerrados
arden las pérdidas
Giran rostros
mientras los pasos van y vienen
sobre un borde
-de espanto.
Homenaje a Antonio Gamoneda
***
CIEGOS
Atravesamos el día ciegos
y la noche nos toma
abiertos los ojos a la nada
a un vasto territorio en vela
de donde no vuelve nadie
pero sí el rumor de infinitos grillos
subatómicos enhebrando
la tiniebla
Merodeamos aún indecisos
ese vértigo íntimo
siempre abierto
ese pozo vacío del yo
del que tampoco regresa
ningún eco
y a la orilla del sueño
abandonamos las últimas
monedas de luz
mendigadas al amor
en la ya remota
mañana.
***
EL AMOR QUE PIDE TU CENIZA
Terminas de rodillas ante el amor
Paralizado frente a él
como un pequeño animal
al fondo del bosque incendiado
El amor que sabe de ti
sólo cuando ya no importa
El amor al que ofrendas tus huesos
como a un cielo vacío
El amor que pide tu ceniza
a cambio de su luz.
***
EL HERMOSO DELIRIO
Dónde entonces la fiesta
que no olvida la noche
del cuerpo
la promesa de la luz
el amor que no supo durar
hasta el alba
Dónde el abrazo cumplido
la boca al fin entregada
el hermoso delirio
la música abriéndonos
a un dulce morir
Dónde las manos
el trazo profundo de los dedos
queriendo asir el vuelo
de la dicha.
***
QUIEN JUNTÓ LA CENIZA
Quién aguardó hasta el alba
deshora por deshora
atizando la hoguera
del insomnio
y veló sin saberlo
su propio cadáver
quién musitó
la torva jaculatoria
del condenado
antes de desaparecer
borrado por la luz
junto a los vivos
quién juntó la ceniza
del que ahora regresa
y camina de nuevo
por las calles.
***
INTERSTICIOS
Entre palabra y palabra
cuánta muerte apretada
cuánto dolor callado
y no obstante también
cuánta luz y memoria
concentradas
cuánto deseo
a punto de estallar
a un mínimo roce
Entre palabra y palabra
cuánto amor perdido
cuánta belleza apenas dicha
sangrando bajo el puro
resplandor de la página.
***
ENVÍO
Después de todo, belleza,
agradezco tu cercanía
y tu fugacidad
el rayo que reveló
un fondo de eternidad
en mi nada
Un día fue mío tu resplandor
Dicha y dolor
al mismo tiempo
-Y eso basta.
***
Pedro Arturo Estrada
Colombia -1956. Ha publicado Poemas en blanco y negro (Editorial Universidad de Antioquia,1994); Fatum (Colección Autores Antioqueños 2000); Oscura edad y otros poemas (Universidad Nacional de Colombia, 2006); Suma del tiempo (Universidad Externado de Colombia, 2009); Des/historias (Cuadernos Negros Ed., 2012); Poemas de Otra/parte (Cuadernos Negros Ed., 2012); Locus Solus (Sílaba editores, 2013); Blanco y Negro, nueva selección de textos (NY, 2014); y Monodia (NY, 2015). Es premio nacional Ciro Mendía en 2004, Sueños de Luciano Pulgar en 2007, Beca de creación Alcaldía de Medellín, 2012 y Casa Silva, 2013, entre otros. También ha participado en distintos festivales y encuentros de poesía en Colombia y E.U. Sus textos se recogen en algunas antologías nacionales y del exterior, con traducciones al inglés, rumano, portugués y francés, entre otros.