Revista Latinoemerica de Poesía

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63. Yelitza Ruíz



Nota y selección por Manuel Iris

 

Yelitza Ruíz (Guerrero, México, 1986) pertenece a una generación de poetas nacidos en los ochenta que poco a poco viene tomando su lugar dentro de la literatura mexicana actual. Ha sido incluida en las antologías Reunión de nuevas voces guerrerenses (2012) y Antología de Jóvenes Creadores del FONCA (2014).  Es autora de los poemarios Abril en Casa (Tarántula Dormida, 2011) y Cartografía del tren (Coedición, Praxis-SECUG, 2013). Ha merecido diversos premios como el Premio Estatal de Poesía en Morelos (2012), Premio Estatal de Literatura Joven en la categoría de Ensayo Literario (2012), Premio Estatal de Poesía María Luisa Ocampo (2012) convocado por la Secretaría de Cultura a través del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, y del Premio Estatal al Mérito Juvenil en la categoría de actividades artísticas 2013. Fue beneficiaria del Programa Jóvenes Creadores del FONCA en el área de Poesía 2013-2014 y es directora General del Encuentro Nacional de Jóvenes Escritores Acapulco barco de libros. Actualmente estudia la Maestría en Estudios de Arte y Literatura. A continuación, algunos poemas.

Presentamos para La Raíz Invertida, poemas inéditos de esta autora mexicana, y algunos poemas de su libro Cartografía del tren.

 

 

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Lleva bajo su brazo izquierdo un nuevo itinerario, bajo el derecho un pedazo de pan que con el tiempo será una piedra en el zapato. Él sabe que no es Moisés repitiendo el éxodo, que los papeles que se anidan bajo su músculo no son las doce tablas. Pero confía en la transmutación del siervo que pastorea los campos del rebaño.

 

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Se asoman los nuevos años, nadie recuerda la consola, la aguja del tocadiscos, al locutor anunciando las once y sereno. El ritmo es una trampa que descubres con la edad. Algo rueda en mis mejillas, son un par de lágrimas que reposan en el tendedero del patio. Pienso en el hombre detrás de la consola, en su voz ronca anunciando la radionovela de la XEQ, ignoro la melancólica tonada de los radioescuchas que inundan la merienda de murria, bienaventurado ritual.

 

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Escapó de la vieja península la voluntad que sostenía una flota. Contemplaron una América callada, en espera de redención, otro vacío para nombrar al vértigo, una cavidad por donde pasa el saludo, hombres se recuestan sobre el horizonte antes de que caiga la jornada y marchite la primera semilla del latifundio.

 

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[De Cartografía del tren]

 

 

Antigua estación

 

 

II

En el tiempo de aguas

los impermeables entumen

la húmeda sombra.

La ciudad es una estación

que descubre su edad en los primeros rieles;

cuando el tren llega,

nuestros pies se mecen;

se presiente el abandono ciudadano

en los primeros vagones.

 

 

 

IV

 

Advierto la ciudad en un hilo.

Cuelgan los días en el filo de la noche,

sobra una estación

y un soplo de sol

para quemarla.

 

 

V

 

La ciudad vacía sus pozos;

escucho cómo escurren

por el cuello de un habitante

gotas extraviadas.

¿Dónde guardaré el lagrimear de los muertos?

 

VI

 

Frena la ciudad sobre las vías de un tren;

se instalan un par de vagones para adivinar

el eco de su prisa.

Desfilan feligreses, crisantemos y cirios

para ser consumidos por la lumbre.

Una cortina de humo lo disimula:

todo parece un viernes santo.

 

VII

 

Sin la venia del viento la ciudad no camina,

hace falta la señal de la cruz en el filo de las frentes;

la fumarola del tren se confunde con un canto religioso.

Se hace la paz,

los ciudadanos cantan encima del silencio.

 

VIII

 

En aquella ciudad, el sol me reconoce enseguida:

parecen una fisura de la infancia

los adormecidos trenes

que simulan el camino.

Me detengo a la orilla de los ojos:

la ciudad tiene un par de pupilas

gastadas por el aire.

 

 

IX

 

Los puentes forman un abismo,

una distancia paliativa,

una caída libre;

el vacío de una estación en hora pico,

un remolino que nos aparta

para hacer añicos nuestro bultos

en espera de un abrazo.

Desapercibida estancia,

tus pasos son una música opaca,

una omisión,

oscuridad de la ausencia.

 

 

 

 

 



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