
Yessica Chiquillo Vilardi
Yessica Chiquillo Vilardi
La poesía de Yessica llega para acompañarnos a ver otras maneras de nombrar la piedra y su relación con los sentidos. Un montón de piedras (Ed. Voraz, 2025) es su primer poemario, los invitamos a encontrar la experiencia poética en las palabras de esta escritora barranqueña.
Las mujeres de piedra
Las mujeres en mi familia
tienen carácter de piedra
endurecen sus palabras
como el jabón de loza
endurece la piel de sus manos
como la artrosis endurece
los dedos agarrotados de mi abuela
nunca dicen te amo, pero aman
nunca dicen te extraño
pero saben extrañar
y a veces lloran en la cocina
por un hermano muerto
las mujeres de mi familia
han criado muchos hijos
propios y ajenos
despercudieron a orillas del río
y más tarde en el patio
un arrume de camisas blancas
han preparado comida
para llenar platos
café con leche
para llenar pocillos
han lavado
los platos sucios
los pocillos sucios
los cubiertos
el cansancio
las ollas grasosas
los cucharones de palo
el resentimiento
y sus palabras bien lavadas
con mucha agua y jabón
para lanzarlas limpias
a ese hijo que no mueve un dedo
a ese marido
que no mueve un dedo
que se va a otra casa
para que sea otra
la mujer que le cocine
se llevan las manos a la cara
con manchas de sol en los pómulos
y van derecho al cuarto
porque les parece el colmo
que todo lo consideran suyo
que quiebran y arrancan
que ni siquiera agradecen el aire
se persignan mientras lo dicen
le rezan a la Virgen o a Santa Rita de Cascia
para que les dé la fortaleza de una roca
tienen el carácter de una piedra
pero en el fondo
están hechas de una materia arcillosa
que antes era suave y húmeda
cuando el jabón aún no les había
curtido las manos
y su carácter era barro
que se amasaba
con los dedos
luego se quemaron
se hicieron duras
rígidas
y a diferencia de las piedras
si se caen
pueden romperse
los huesos
la espalda
la cadera
durar muchos días en cama
y la gente no entiende
por qué sufren
si son de piedra.
Autorretrato
Amor de madre
llanura ininterrumpida a 75 metros de altura
aceite de linaza
pinceles sucios
olor a trementina
inscripción de materias
primera mudanza a 2625 metros de altura
pensión estudiantil
donde no podía ir al baño de noche
porque mis pasos hacían crujir el pido de madera
segunda mudanza a un apartaestudio en un séptimo piso
compartido con mi mejor amiga
lecturas placenteras y versos deshechos
amor de pareja
llamada telefónica: muerte de mi tío materno
desamor
tercera mudanza: regreso a la casa materna
ceremonia de grado-desempleo
descenso a 75 metros de altura
caja de acuarelas
pinceles remojados
primer empleo en una sala atestada de comején
soledad y escritura de un diario
extracción de las cuatro cordales
ascenso de un valle
amor de pareja
dos años de docencia (hora cátedra)
cuarta mudanza a 2625 metros de altura
pensión estudiantil
con baño compartido y un perrito viejo
dos años con una beca renovable por cuatroperiodosconsecutivos
lectura de Hebe Uhart
contagio de su pesimismo
desamor-ruptura
quinta mudanza a una habitación fría
con pastor alemán incluido
primer año de pandemia
primera ruta de senderismo
ceremonia virtual de grado
muerte de mi abuela paterna
segundo año de pandemia
llamada telefónica: muerte de mi abuelo materno
videollamada grupal: muerte de mi tío paterno
año y medio de docencia frente a una pantalla
primera cumbre por encima
de 4000 metros sobre el nivel del mar
primer lugar donde duermo sola sin conocer a nadie
crisis de vértigo
su contrato por prestación de servicios no cubre la incapacidad
primera carta de renuncia laboral
devolución de la carta por una imprecisión de términos
tramo de llanura ininterrumpida
cursos de corta duración para camuflar el desempleo
sexta mudanza a una cabaña helada con chimenea
nueva amistad
día oscuro nometoques
terreno inestable
peligro
descenso empinado
bajar despacio
rutas de 20 kilómetros a pie
rutas de 30 kilómetros a pie
primera cumbre por encima
de 5000 metros sobre el nivel del mar
desempleo
amor de madre
escala de doce horas en Lima
por reajuste operacional en su trayecto aéreo
quince días en México:
(gorditas tacos garañona nevado Xinantécatl esquites
churros como Tepoznieves pedos de monja
llamada telefónica: muerte de mi abuelo paterno
pozole hecho en casa condolencias por WhatsApp
mezcal joven salsa picante de cacahuate)
tercer año de pandemia
tres volcanes en tres días: Galeras Cumbal Chiles
ascenso de cumbres con el ánimo deprimido
segunda cumbre por encima
de 5000 metros sobre el nivel del mar
búsqueda exhaustiva de ofertas laborales
viaje hermosísimo lleno de olas de mar
robo de pertenencias
a partir de hoy declaro que Colombia tiene un municipio
menos: Palomino
deslizamiento de piedras
descenso abrupto por la montaña
fin de idilio (¿?)
viaje a Cuzco con escala de doce horas en Lima
ruta a pie de 80 kilómetros en cuatro días
(sánguches de pavito chicharrón choclos gallinas
atrevidas vista al Humantay nuevo amigo del país
Vasco chicha morada crujido del glaciar Salkantay
causas peruanas anticuchos picarones comida chifa
de despedida)
Volveraempezarestavezsí
amor de pareja
bienvenida al mundo laboral
estado anímico en ascenso
una semana en Bolivia sin cambios operacionales de vuelo
tercera cumbre por encima
de 5000 metros sobre el nivel del mar
primera cumbre por encima
de 6000 metros sobre el nivel del mar
(pollos Copacabana líneas de teleférico La Paz El Alto La
Paz casitas de pesebre sembradas al borde del precipicio
Jawitas de primavera Pico Austria Huayna Potosí
desmachificación masiva ya! chicharrón de llama)
un mes entero debajo del nivel del mar: Mompox
séptima mudanza
vivir en pareja en un apartamento alquilado
con vista a los cerros
tendinitis
espasmo lumbar
colon irritable
fractura de peroné
desempleo
fractura de tibia y peroné
nuevo placer: fisioterapia con electroestimulación
Un paisaje
intento dibujar un pájaro
que tenga winku
en el secreto de sus trazos
dibujo una dos tres aves
estoy a punto de lograrlo
lo que me impulsa
es la convicción
puede que me tome más tiempo
hay una idea que persigo
trato de encontrarme
en los trazos
que deja mi mano
pinto por cuarta vez
bosquejo a lápiz
un estornino
luego aparece otro
bajo mi mano
con el pico abierto
en el aire
un quejido o un canto
que implora la belleza
antes de alzar el vuelo
y perderse.
Nevado Huayna Potosí
Si trepo la roca, el cuerpo resuella. Aprieto el paso amontono tiempo entre las piedras.
Luego blanco.
Cruje la masa compacta de hielo como si se resquebrajara bajo nuestras pisadas, pero este manto sólido aún resiste el rasguño de los crampones. En la madrugada una calma aparente envuelve el paisaje glaciar. El mundo es estático y dócil bajo la luz de la luna. Atrás dejamos los bofedales y los animales andinos que merodean aquellas manchas superficiales de agua. Siento que navego en un mar blanco y que por una de sus grietas asomarán las garras de una criatura prehistórica. Pero aquí no hay nada.
Parece que el mundo se hubiera dormido, todo lo que se mueve sobre la tierra entró en una profunda hibernación y nosotros, por algún error de cálculo, vagamos despiertos. Hace mucho dejamos el mundo vegetal. Ningún ave surca los aires. Solo estamos nosotros y el frío, solo nosotros y los espíritus.
He aquí el reino de las piedras.
El día se asoma por el horizonte, pero no mejora el pronóstico del tiempo. El viento se hace denso y nos golpea con fuerza.
Voy atada a dos compañeros, somos una sola cordada, lo que le pasa a uno, lo siente el otro; si uno resbala por una grieta, el otro lo jala en dirección opuesta (o nos caemos todos hasta sumirnos en el estómago negro del glaciar). El frío recrudece. No dejo de repetir en mi mente:
No soy un cuerpo para andar por estas tierras.
Estamos a 6000 metros de altura. Ni siquiera los que están más arriba han podido ver con claridad. Regreso sobre mis pasos. Todo se mueve muy rápido, menos el cuerpo. Pienso en la casa que me resguardará del frío. Pienso en mis pies, apenas me deshaga de estas botas rígidas.
Me aferro al calor de la carne. Baja la frecuencia cardíaca. Todo se apacigua.
No soy un cuerpo para andar por estas tierras.
Hemos profanado este templo con cada paso. No sé a qué dios rezarle para que se apiade de nosotros.
Yessica Chiquillo Vilardi. Nació en Barrancabermeja en 1993. Es escritora, docente, tallerista y promotora de lectura. Es literata y tiene una maestría en estudios literarios. Obras publicadas: Libro de hallazgos (Animal Extinto, 2019) y Escarbar la herida [cartas sobre el amor] (Laguna Libros, 2024), en coautoría con Laura Acero, y Un montón de piedras (Voraz editorial, 2025).
Foto: Javier Chiquillo