Revista Latinoemerica de Poesía

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329. Zulay Pinto



Compartimos una selección de poemas de la poeta y minicuetista bogotana Zulay Pinto. Estos textos pertenecen a los libros De corderos, gallinas y brujas (Quillango-Mr Jones, 2023) e Ignominia de próxima publicación.


“Edades, vivencias, introspecciones. De corderos, gallinas y brujas es una obra que franquea el tiempo desde la fuerza interior de la mujer. Cada capítulo anuncia una época, un mismo rostro que, sin embargo, evoluciona para ajustarse a su propia intuición. Con ímpetu narrativo, Zulay Pinto agudiza los sentidos y observa, en el corazón de la vida, la feminidad que indaga la memoria”.

Hellman Pardo

 

 

 

Del poemario Ignominia (próximo a publicarse)

 


De ángeles y cigotos

1943

Gretel y Ester
se tomaron de las famélicas manos
como querubines enjutos
que por primera vez
intentan volar

La gemela
            cinco minutos mayor
fue inyectada
con hidrocarburo líquido

La gemela
             cinco minutos menor
con tricloruro de metilo

Mientras
              convulsionaban
Mengele
acarició
CON DESQUICIADA TERNURA
sus
pequeñas
cabezas

MURMURÓ:

«Hijas suculentas
del carnero perdido
no tienen culpa
de balar en tinieblas
buscando al padre

Nacieron de un vientre
que teme a los cerdos

No sufran
              no imploren
LA CIENCIA ES DIOS JUSTO

Depositen sangre en probeta

Dancen desnudas
bajo el microscopio

SU IMPUREZA QUEDARÁ RESARCIDA»

Después del colapso
los órganos de las niñas
fueron
MILIMÉTRICAMENTE
medidos
          pesados
                     COM PA RADOS

El monstruo de Auschwitz
no registró ningún hallazgo
significativo.

 

 

 

 

La siembra de champiñón

1945

De acuerdo con los libros de historia
Hiroshima fue destruida
por Little Boy

Más de cien mil cuerpos
hechos polvo
por aquel pequeño niño

Así mismo
los historiadores registran
que Fat Man
fue sembrado en Nagasaki
tres días después

El insaciable hombre gordo
evaporó
otras setenta mil almas

De tal manera
hongos luminosos
bautizados
                 CON GRACIA
sometieron al enemigo

Aunque los textos
omiten imágenes
nunca fotografiadas:

La de otro chiquillo
              UN LITTLE BOY REAL
que jugaba con su cachorro
cuando el pérfido infante
lo besó en la frente

La piel se le desprendió
en limadura de estrellas

SE VACIARON SUS ENTRAÑAS

El dolor de la expiación ajena
no le impidió observar
los ojos del perro
que explotaron
como canicas de agua

O la de otro hombre rollizo
            UN FAT MAN REAL
            maestro de escuela
que se dirigía a sacudir el borra pizarra
cuando fue alcanzado
por la barriga de fuego

El dolor de la expiación ajena
no le impidió fantasear con regresar
             PROTEGER A LOS NIÑOS

Entre el patio y el salón de clases
dejó un breve camino
con sus migajas

Los atomizados
que lograron narrar estas
u otras infamias
tampoco SO BRE VI VIE RON
al apocalipsis.

 

 

 

Del poemario De corderos, gallinas y brujas (1923)

 

Retrato post mortem

Tía Elena
posa en una foto
como eterna bebé
con su vestidito
de bautizo
              BLANCO
y rodeada de azucenas

La conservamos así
perpetuamente inmaculada
               LEVE

No supo de corrupciones
de la carne
aunque su cuerpo diminuto
se pudriera como todos

Abuela nos gritaba
«Los ángeles siempre huelen a rosas»

Pero los piececitos gordos
de la tía
hace tiempo estallaron de gas
y sus ojos se escurrieron
dentro del cráneo blando
de coronilla jamás cerrada

Los huesos debieron crecerle
algunos milímetros aún
igual que el cabello y las uñas

Y sus delicados líquidos
              con seguridad
alimentaron
la santa tierra
sembrada con ese ataúd
               tan ÍNFIMO
                        tan BLANCO
                                tan LIVIANO
como tía Elena.

 

 

 


La negación del no

Hasta que no hayas amado a un animal,
una parte de tu alma permanecerá dormida.
Anatole France

Siempre he sido
un animal DOMESTICADO

No sé decir no
                me duele el cuerpo

La primera vez
que tuve conciencia
al respecto
llevaba el cadáver
de mi hijo
gato
en los brazos

—Tenemos que sacrificarlo
—Sí
—Tenemos que inyectarlo
—Sí

Las preguntas
                  las ganas de salir corriendo
se quedaron suspendidas
en el hielo de sus ojos

Luego
                  con él cargado
se me entregó aquella revelación
aunque la olvidé
en el siguiente
movimiento
VERTICAL
del cuello.

 

 

 

 

El lago

A veces
vienen las ganas
de escurrirse
como el cisne
que sumerge la cabeza
para dejarse ir

Náusea permanente
                dolor quedo donde no conoces
                       hastío repleto de hambre

He aquí una confesión

No siempre soy buena
me ahogo a propósito

Cuento hasta cinco
y respiro húmedo

Toso
una vez
dos

Vuelvo a sumergirme
                    entre agua densa

Pero en mi estanque
todos observan
NO está permitido ahogarse

Entonces
soy otra vez buena
sacudo las plumas

Nado.

 

 

 


Las tejedoras

Me clavé las agujas de Madre en la mano

NO ME DOLIÓ

Sólo observé el tejido en punto de cruz
de mi palma ensangrentada
y esperé a que ella me notara
                        por primera vez.

 

 

 

Otra niña

Padre
FRUNCE el ceño

Madre
LLORA.

 

 

 

Zulay Pinto (Bogotá-Colombia). Publicista e ilustradora. Apasionada de la narrativa y la poesía, textos suyos hacen parte de antologías y revistas literarias. Actualmente, dirige el sello editorial y de diseño Mr. Jones Estudio Creativo y el club literario Madame Bovary, que sesiona en la ciudad de Bogotá. Del mismo modo se desempeña como coeditora de Editorial Avatares y pertenece al Colectivo Internacional de Minificción, donde comparte con especialistas del género a nivel global. Es autora del libro de epitafios minificcionales Más allá del punto final (Editorial Avatares, Colombia, noviembre de 2021) y del poemario De corderos, gallinas y brujas (Quillango Editores - Mr Jones, Colombia, abril de 2023; 2.ª. Edición, Mr. Jones Estudio Creativo, Colombia, enero de 2024).

 



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