Revista Latinoemerica de Poesía

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Jean-Baptiste Tati Loutard: el gran Baobab



Nota y traducción hecha por Laura Mora.

Jean-Baptiste Tati Loutard (1938-2009) fue un político y poeta congoleño. Destacado no solo por su labor como ministro de educación, arte y cultura, sino también por ser uno de los poetas más destacados de su generación, ganando numerosos premios con su obra poética y narrativa centrada esencialmente en su país y costumbres.

 

La face de Dieu

24 avril 1965

Je cherche ton visage
au travers des bruines de soleil
parmi les averses d’ombres
je cherche ton visage.

L’Afrique pieuse dit que tu es
loin ; loin du sol qui prolonge
la plante de nos pieds
jusqu’au fond des tombes.

De toi ma mère m’a dit jadis
que tu passes sur le pont bleu des génies
qui retiennent par la crinière
la foudre aux fureurs félines.

Je ne trouve point ton visage ;
les masques blancs jaunes et noirs
de la terre unique des hommes
ne reflètent point ton image.

 

El rostro de Dios


24 de abril de 1965

Busco tu rostro a través de las lloviznas de sol
entre la lluvia de sombras
busco tu rostro.

África piadosa dice que tú estás
lejos; lejos del sol que extiende
la planta de nuestros pies
hasta el fondo de las tumbas.

De ti mi madre una vez me dijo
que pasaste por el puente azul de los genios
que retienen con sus melenas
relámpagos con furia felina.

No puedo encontrar tu rostro;
las máscaras blancas, amarillas y negras
de la tierra única de los hombres
no reflejan tu imagen.

 

 

Retour au Congo


Baobab

Baobab! Je suis venu replanter mon être près de toi
et mêler mes racines à tes racines d’ancêtre ;
je me donne en rêve tes bras noueux
et je me sens raffermi quand ton sang fort
passe dans mon sang.

Baobab! «l’homme vaut ce que valent ses armes».
C’est l’ecriteau qui se balance à toute porte de ce
monde.
Où vais-je puiser tant de forces pour tant de luttes
si à ton pied je ne m’arc-boute?

Baobab! Quand je serai tout triste
ayant perdu l’air de toute chanson ;
agite pour moi les gosiers de tes oiseaux
afin qu’à vivre ils m’exhortent.
Et quand faiblira le sol sous mes pas
laisse-moi remuer la terre à ton pied :
que doucement sur moi elle se retourne !

 

Volver al Congo

Baobab*

¡Baobab! He venido a replantar mi ser cerca a ti
y mezclar mis raíces a tus raíces de ancestro;
me entrego en sueño a tus brazos desnudos
y me siento fortalecido cuando tu sangre fuerte
pasa en mi sangre.

¡Baobab! “El hombre vale lo que valen sus armas”.
Ese es el letrero que se balancea en cada puerta
de este mundo.
¿De dónde voy a sacar fuerzas para tantas luchas
si a tus pies no me postro?

¡Baobab! Cuando esté triste
por haber perdido la melodía de cualquier canción,
agita por mí las gargantas de tus pájaros
para que al vivir me motiven.
Y cuando el sol se debilite bajo mis pasos
déjame remover la tierra de tus pies
¡que suavemente sobre mí vuelve!

 

*Árbol nativo de gran tamaño ubicado en Madagascar, África continental y Australia.

 

L’ombre paternelle

Tu es mort dans le tronc de l’arbre
qui t’a donné naissance
et dans le jaune profond de la terre
tu navigues sur un fond de larmes.

Les vents ont beau souffler
sur ton mât qui penche
jamais tu n’atteindras l’Océan
les pleurs ne font pas un bras de mer.

Tu es passé dans l’ombre d’un nuage
le soleil est le Saint-Patron des artistes
la clarté peut mordre cent fois la pierre
elle ne saisira ta face de gisant.

J’aborde à ton âge qui ne fut gran
mais le ciel est déjà plein de ruines
d’où le temps pleut.

Quand donc tomberon
ces lambeaux de tentures bleues?
tu m’as laissé corps de moineau
pendu à la mamelle du soleil
le vent de jeunesse ne fraîchit plus dans mes veines
le temps passé arrive à son point de chute.

 

La sombra paternal

Moriste en el tronco del árbol
que te dio a luz
y en el amarillo profundo de la tierra
navegas en un camino de lágrimas.

Los vientos pueden soplar
sobre tu mástil inclinado pero
jamás llegarás al océano
llorar no hace un brazo de mar.

Has pasado en la sombra de una nube
el sol es el Santo Patrono de los artistas
la claridad puede morder cien veces la piedra
pero no se apoderará de tu rostro mientras yaces.

Me estoy acercando a tu edad que no era mucha
pero el cielo ya está lleno de ruinas
donde llueve a cántaros.

¿Cuándo caerán
estos pedazos de cortinas azules?
Me has dejado el cuerpo de un gorrión
prendido a la ubre del sol
el viento de juventud no refresca más mis venas
el tiempo ha llegado a su fin.

 

 



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