Revista Latinoemerica de Poesía

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Diego Román Konrad



 

Publicamos una serie de poemas de Diego Román Konrad, poeta payanés, autor de los libros Del Triángulo a la Noche (2010), Poemas Uránicos (2015-2019), El Rezo que Anochece (2022), entre otros.

 

 

 

 


KATMANDÚ

     Una semilla caída del templo,
     que es el árbol, que son tus manos,
     un viaje inaudible para la sombra,
pero revelado en el corazón
de los que nunca mueren
porque siempre callan,
de los regidos por una estrella,
de los abandonados,
de los que cantan a la noche del día,
en el laberinto de hojas secas,
en contra del viento y su lealtad.
     Fue todo un baile secreto,
     donde los latidos ofrecían armonía
     a la espera de Ser,
     donde esa pequeña semilla
nos abría hacia la luz
que se puede ver aún con los ojos cerrados.

 

 

 

 

 

SUKAMULYA

Adán sabe
Que en el desierto
La sed no es necesaria,

Que los árboles y las piedras
Vienen de la misma
Semilla,

La soledad era una tentación
Donde la arena grita
Muchos rostros,

Toda mi vida llovió dentro,
solía respirar la calma de la tempestad…

Aunque no busco nada,
Me dirijo a un lugar
Muy lejano,

Mi hogar, mi despertar,
El camino que elegí.

Pero ¿me llevaré el amor?
¿Dé que sirvió el viajar,
el ayuno y la danza?

Se sabe tan poco
lo que sigue, sin embargo,
Ulises volvió,
Espero no tardar tanto…

 

 

 

 

VIAJE A RUNGAN SARI

“Tal vez no vuelva nunca...”
Gastón Leroux

Un barquero se cansa
y deja el timón al viento,
Una voz le dice
que debe borrar las aguas
del horizonte, del atardecer,
que ese más allá no existe,
ni la llegada ni los puertos,
que debe quemar las anclas
y morir en la piel del barco
en su navegar lento.

Cierra los párpados para poder ver
muy muy adentro del mar viejo,
Sentir que ha sido su creación
sin arcilla ni tiempo,
Y lograr lo que nadie ha hecho,
Seguir su cántico interior
y Ser uno solo,
un camino guiado, un esplendor,
esa música que viene de lejos…

 

 

 

 

 

LIBARICIA

No sé el nombre del viaje.
Y nos deslizamos en la arena roja
Los caballos nos esperaban
Y los granos de café
Hacían un sonido cálido entre las manos
Mi abuela caminaba con el alimento
Entre el campo, y mi abuelo hilaba la hamaca.

Jamás he podido
Deslizarme de nuevo en la arena
Con mis hermanos.

Los caballos desaparecieron
En las zanjas abismales de la tierra.

El aroma del café molido
Es solo un sonido en las manos temblorosas.

La abuela camina
No abandona la casa
Para abrazarse junto al abuelo.
No sé el nombre del viaje
Y sin embargo,
Todo se mueve, todo es una danza
Todo esto es lo que siempre
He llevado conmigo.

 

 

 

 

 

HAY ALGO…

Hay algo que no se quiere ir,
Un vino anidado entre los labios,
El águila dándole la espalda
A las altas montañas,
Un astro que parece seguirnos
Hasta crear un lenguaje,
Una calle y su derrota,
Un chamán que deja de cuidarnos,
O el gigante dormido
Que protege la tumba de Adán.

Algo, hay algo que no nos quiere dejar,
Un círculo de piedra
Donde tres amigos se aman,
Y prometen jamás volverse a ver,
El miedo a que se repita esa música
De un último latido en las manos,
Una gitana que llega a tu puerta
Y en siete noches te quita la vida,
Y debes luchar sin párpados
Para descifrar el fuego del camino…

Hay algo, sé que no es ilusión,
Algo que nunca se olvida,
Quizás una ventana
Donde descansen mis ojos.

 

 

 

 


LA MIRADA

Todo tuvo un origen,
Una revelación,
Un gran salto,
Una explosión,
Menos la caricia del agua,
Tus ojos evitando
Que el agua fluya
Y se derrame…

La piedad,
El canto suave,
el rezo que anochece…
Esa mañana miraste
Sin saber del tiempo,
Ni siquiera el palpitar en los ríos,
Sólo un segundo,
Mi caída,
Mi templo,
Cuando la vida se queda detenida para siempre.

 

 

 

 

LO QUE NOS FUE DADO

Tejíamos las miradas
como aquellos que piden
poder ver a Dios.

Deseo intentarlo,
sin sonidos, ni labios,
No es necesario llegar,
solo contemplar.

Algo, algo me abraza
y mis ojos no lo ven,
Quizá en mí sintió
ese Rezo que anochece,
esa imagen,
esa fuerza,
esa Luz que todos creen…

¡Música, es hora de callar internamente!

¿No escuchas, acaso,
lo que nos fue dado
y se ha perdido?

Aquello que nos fue dado
y se ha perdido.

 

 

 

 

 

Diego Román Konrad. Escritor y poeta payanés. Ha publicado Del Triángulo a la Noche (2010), Poemas Uránicos (2015-2019), We Humans: An international Anthology y of Poetry (2018), El Rezo que Anochece (2022). Director Académico y Cultural Feria Popayán Ciudad Libro 2021 Y 2022. Coordinador del Club de Lectura Matilde Espinosa de Unicomfacauca. Director del Concurso Departamental de Poesía Matilde Espinosa de Unicomfacauca. Reconocimiento especial por el Honorable Concejo Municipal de la ciudad de Popayán 2019. Ha realizado recitales poéticos en Santiago de Chile, Yakarta - Indonesia, Caracas -Venezuela, Puebla - México, Friburgo - Alemania, Madrid - España, Nueva York - EEUU, Barcelona -Cataluña, París - Francia, entre otros. Jurado en el Concurso Departamental de Cuento 2019 de la Gobernación del Cauca. Jurado en el Concurso de Creación Literaria (2017 a 2022) de la Biblioteca Pública Departamental Rafael Maya. Jurado en el Concurso Departamental de Cuento Pluma Mágica (2014 a 2022) del Plan Nacional de Lectura J.E.C. Miembro de la Asociación Caucana de Escritores.

 



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