260. Douglas Andrés Gómez Latorre
Este es el camino del poemario, con círculos que llegan al origen de nuestro ser, con sensaciones que se sostienen de pie, mientras permanezcan en nuestras retinas, apuntando el silencio del paraíso, voceando el dolor, al coro de carnes, tejiendo del yo al nosotros porque el autor nos dice:
el olor de la muerte/persigue el ojo húmedo/como lumbre/enciende la hoja seca.
Valeria Sandi
(Fragmento del prólogo de Brisa del río Upía)
Hojas al viento
Las palabras vuelan solas,
sonidos esparcidos por el aire,
como polen que viaja kilómetros
para llegar a la nariz de un lector descuidado.
Se deja seducir por un fonema atractivo,
elevan las hojas con el viento,
las palabras vuelan con ellas.
Se atan como agujetas contrarias,
solo tienen sentido
cuando se anudan.
Caen de los árboles,
cuentan historias sobre
sequías, lluvias,
bosques, humedales,
azulejos y palomas
se precipitan de los árboles,
cuando las hojas
revelan al viento
los secretos de su idilio.
Mar de Estaciones
“... Allá a lo lejos…
puedes escuchar…
a un amor de primavera…
que anda dando vueltas…”
Tanguito
El verano,
observa el mar,
camina calles angostas,
húmeda llovizna
refresca el malecón.
El otoño,
mira en su ventana,
hojas de color naranja
inundan el suelo del jardín.
Un ocaso luminoso
sonríe,
le recuerda una larga caminata
septembrina en París.
El invierno,
una bruma grisácea
prohíbe la unión
del mar y el aire,
las botas de piel gruesa
alientan una senda solitaria.
La primavera
en aleteos marrón
sube y baja
sobre alfombras
violetas
al horizonte.
Cardúmenes de pájaros
danzan las ondas del ocaso,
cómo si el sol
marcara el final del sueño.
Poética
Chía
persigue mis palabras,
su figura quiebra
amarillo
azul
rojo.
Me arrulla bajo su pecho,
me corta la respiración,
atrapa mi voz
como una cárcel
en el fondo del mar.
El oráculo
predice mi destino,
escribe en el retablo
mi ascenso hacia el alba.
Camino por el vecindario
de los sueños,
como un nómada
un héroe griego
que busca ser inmortal.
Calais
Hoy,
disparo contra
un enemigo
que no conozco,
mato corazones
que son piedra
se funden en la playa.
Cada tanto,
cuento mis pasos,
te hago participe
de mis batallas,
hago dibujos de ti
sobre los paisajes
que visito.
La cascada roja
mana
en el pecho
merma mi fuerza.
No puedo
contar los pasos,
mi corazón
es arena
se confunde
en la playa.
Blanco & Negro
Tromba de hormigas
unidas
tejen un camino
hacia el cielo.
La nieve,
refleja el albedo ciego,
cada cristal
unido con el otro,
teje un copo
desafía existir.
Se abren caminos,
a través de gritos
que humillan
las estatuas del pedestal.
El grito de libertad,
el olor de la muerte
persigue el ojo húmedo
como lumbre
enciende la hoja seca.
La oscuridad arriba,
la luna hoy no asoma
estamos a merced
de las estatuas.
Douglas Andrés Gómez Latorre. Bogotá, Colombia (1983). Ingeniero Catastral y Geodesta (Universidad Distrital), Máster en Meteorología (Universidad Nacional de Colombia) e investigador del sector agropecuario. Participó de los talleres “La Nocturna Danza” (2020) y “Ciudad de Bogotá” (2021), con Los Impresentables en la ciudad de Bogotá. Además, participa de talleres de creación poética con la escritora boliviana Valeria Sandi.