Ciudades Invisibles, novena mesa
SI FUESE LA JUDÍA - Damsi Figueroa (Chi)
Si fuese la judía
Abriría las puertas de la ciudad
de un soplo
Soportaría la injuria del cautiverio
Viuda y virgen sería
A la vez
Devoradora de ejércitos
Y le bastaría ser hombre
para caminar erguida sobre sus muertos
Pero a la judía
le bastó ser mujer
para beber en exceso
para comer en exceso
y pasear por los sueños desnudos
de los asirios
Inventiva solitaria
Amamantadora universal
Razón del tiempo y de la historia
Si fuese la judía
Levantaría con su belleza
Los templos caídos de la Tierra
Cortaría la cabeza de Holofernes
para saltar a la luz
desde su cueva
Pero es Judith la que espera
por el espejo encorvado de su destino
Nuestra Judith aún no está bendita
y envejece a la par
de los cortejos de Eleofonte
El tejedor de cantos opacos
como el aura
de su propio culo reseco.
Felipe García Quintero (Col)
MI CASA, como el desierto, no tiene techo ni puerta, sólo boca.
Mi casa, como la piedra, no posee vigas ni cimientos, sólo una mano empuñada la sostiene.
Esta casa la he construido quitando ladrillos y entregando mis huesos al vacío que resta.
La casa es oscura como mi voz en sus corredores.
Vivo en la casa que camino. La que acecho y me persigue como el gusano tras la carne enferma.
A cada grito se levanta; con cada silencio la destruyo.
DEMOCRACIA MEXICANA - Alí Calderón (Méx)
otro cadáver encontrado en una bolsa negra
cerca de ahí un cuerpo el viento un puente
a dos cuadras: una cabeza hirsuta ojos abiertos
entre otras noticias: treinta ejecutados el fin de semana tiro de gracia algunos con marcas de tortura el rescate fallido de un secuestro un dedo un anillo un hato de periódico
entre otras noticias: terminaron e iniciaron las campañas hay buena voluntad en Washington la reforma migratoria este bimestre se abate en un punto la pobreza el bienestar la dicha
a lo lejos el escape de un camión
y después el silencio
abren la bolsa negra
el hedor el moho en la carne:
una recién nacida
EL ACETATO SUELE SER UNA INTERROGACIÓN CON FILOS TRISTES - Ana Cecilia Blum (Ecu)
Qué será de aquel cronógrafo erguido
en la vitrina de la escuela,
la radio de Edison, la Smith Corona.
Y los pedazos de ciudad que miraron
a los seres pequeños hacerla
con la obra de la ronda y la rayuela.
Alguna vez volví; en su lugar residía
la trompa sucia de los shoppings
que se van tragando el testimonio
de las calles viejas.
Hoy, en qué estancia mi cuerpo, tu cuerpo,
cuánto hicimos de bueno, confiesa,
acaso hubo siembra, acaso hubo huella.
El pasado, un puñado de polvo
sobre una estampa frágil,
un muerto deshecho entre los dedos.