Revista Latinoemerica de Poesía

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TESTIMONIO TRECE: La solidaridad



La solidaridad entre comunidades ha sido una constante en diferentes momentos de la historia como una égida ante la crisis, se despierta la vocación de unidad presente en la condición humana. América Latina ha sido golpeada intensamente por conflictos sociales, económicos, políticos, en los que la secuela se retrata en el hambre, la miseria, la falta de oportunidades pero también en actos de solidaridad que se extienden también como un virus de ayuda y apoyo entre una y otra comunidad donde la necesidad convoca y desata nuevas instancias de intercambio.

Este poema de Antonio Cisneros es el último poema del libro Crónica del Niño Jesús de Chilca, publicado en 1981. La comunidad de la salina de Chilca, en Perú, tenía un acuerdo con otra comunidad de las alturas en Huarochirí: sal a cambio de agua dulce de los canales. Pero un día una tempestad inunda la salina y el mar ya no se retira. El acuerdo se corta, los canales se secan. La comunidad intenta adaptarse, se traslada un poco tierra adentro, construye un caserío llamado Villa El Salvador. Los acontecimientos narrados en este poema se basan en un suceso periodístico. Antonio Cisneros declara en una entrevista: ¨La ballena no es más que la versión poética de un suceso periodístico. En el año 76 apareció en Conchán una ballena muerta, y nadie sabía qué hacer con la ballena muerta. Un buen día desapareció la ballena, la gente de los alrededores se la había comido porque simplemente necesitaba comérsela. Se la repartieron debidamente.¨

 

 

ENTONCES EN LAS AGUAS DE CONCHÁN

 

Antonio Cisneros

(Perú, 1942 - 2012)​ 

 

(Verano 1978)

 

Entonces en las aguas de Conchán ancló una gran ballena.

Era azul cuando el cielo azulaba y negra con la niebla.

Y era azul.

Hay quien la vio venida desde el Norte (donde dicen que hay muchas).

Hay quien la vio venida desde el Sur (donde hiela y habitan los leones).

Otros dicen que solita brotó como los hongos o las hojas de ruda.

Quienes esto repiten son las gentes de Villa El Salvador,

pobres entre los pobres.

Creciendo todos tras las blancas colinas y en la arena:

Gentes como arenales en arenal.

(Sólo saben el mar cuando está bravo y se huele en el viento).

El viento que revuelve el lomo azul de la ballena muerta.

Islote de aluminio bajo el sol.

La que vino del Norte y del Sur

y solita brotó de las corrientes.

La gran ballena muerta.

Las autoridades temen por las aguas:

la peste azul entre las playas de Conchán.

La gran ballena muerta.

(Las autoridades protegen la salud del veraneante).

Muy pronto la ballena ha de podrirse como un higo maduro en el verano.

La peste es, por decir,

40 reses pudriéndose en el mar

(ó 200 ovejas ó 1000 perros).

Las autoridades no saben cómo huir de tanta carne muerta.

Los veraneantes se guardan de la peste que empieza en las malaguas de la arena mojada.

En los arenales de Villa El Salvador las gentes no reposan.

Sabido es por los pobres de los pobres

que atrás de las colinas flota una isla de carne aún sin dueño.

Y llegado el crepúsculo

no del océano sino del arenal

se afilan los mejores cuchillos de cocina y el hacha del maestro carnicero.

Así fueron armados los pocos nadadores de Villa El Salvador.

Y a medianoche luchaban con los pozos donde espuman las olas.

La gran ballena flotaba hermosa aún entre los tumbos helados.

Hermosa todavía.

 

Sea su carne destinada a 10000 bocas.

Sea techo su piel de 100 moradas.

Sea su aceite luz para las noches

y todas las frituras del verano.

 

***

 

Pintura: Vuel Villa. (Detalle). Autor: Xul Solar. Cronología: 1936 (Siglo XX). Estilo: Realismo mágico. Técnica: Acuarela sobre papel. Ubicación: Museo Xul Solar, Buenos Aires, Argentina



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