186. Fabián Rodríguez
Versos en un cuadrilatero nombran la ciudad y sus urgencias. Los minuteros agobiados y tenebrosos en el laberinto alado de su poesía. Presentamos en esta versión de la sección Suenan Timbres, a Fabián Rodríguez, poeta bogotano, profesor y gestor cultural. Integrante del Comité Editorial de le Revista Ulrika y del Festival Internacional de Poesía de Bogotá. Aquí sus poemas:
MI NOCHE ES UN BARRIO PELIGROSO
Aquí
en mi barrio
el tiempo viene de lejos
las calles no nos recuerdan
y no se sabe
no se ha sabido nunca
de la luz del día
o de la infancia.
—¡No, no vengas a esta hora!
Mi noche es un barrio peligroso
y a quien transite por estas calles
le robarán
la última sombra
la última migaja de pan
la otra mitad de sí mismo.
—¡Vete!
Tal vez la noche esté cerca.
RUINAS
Permanecí ileso en las trincheras
en aquella época
de los días migratorios.
—¿Recuerdas?
Dejaban sobre las calles
la sombra muda del sueño
la lluvia atornillada en la memoria.
Para entonces
yo tan sólo era
una catedral de piedra
una catedral herida en mi pecho
una catedral
asida por la muerte
el tiempo
y la tarde.
Ustedes saben:
una ausencia.
LA NOCHE DE LOS CUCHILLOS LARGOS
Aprendí de la ciudad
el frío
Y yo la recorro así
con la memoria de sus casas rotas
de sus largos andenes de puertos invisibles.
Inventario de antiguos moradores.
Recuerdo. Llegué a esta ciudad para comprobar si era cierto lo que decían:
que a sus calles le crecen ramas de color gris
pequeños gajos de cáscara de invierno.
Llegué tarde a esta ciudad y descubrí que la noche nos confundía
nos llamaba por el mismo nombre
nos arrancaba las esquinas del rostro.
Aquí me encontré con una ciudad sin estaciones
Una ciudad olvidada por las tardes de ventanas abiertas
Llegué y desde entonces me van poblando uno a uno los caminos
Y las ramas grises en la sien
Y el frío de los ascensores
Del centro comercial
De los semáforos…
Y me hice más lluvioso
Y las calles se incrustaron en mi piel
La trituraron con disimulo
Hasta un “y no tengo ganas de vivir”
Y todo
todo se fue qué se yo
Aquella noche de los cuchillos largos
(a la ciudad envuelta en ruinas)
COSTURERA
Mi abuela remendaba los ojos de mi madre
—Casi nada.
Era ella quien cosía el techo del mundo
cuando la lluvia perforaba
las tejas de la casa.
AVISTAMIENTO
Ayer dejaron de migrar
Están cansadas de los aforismos del aire
No quieren saber del viento allá arriba
Ni de las estaciones de los caminos lejanos
Tampoco de los pináculos de las grandes ciudades
De sus atlántidas estatuas
Míralas
Picotear su sombra
El litoral del tiempo
Hartas de sí mismas
Ya no las asustan
Los abrigos
o el griterío de los niños que corren tras de ellas
para verlas extender sus alas
al vértigo
o al vacío
No
no quieres más poemas sobre los pájaros
ni que los enjaulen en robustos álbumes de Ornitología
Se niegan rotundamente a ser ave
a ser parte del paisaje del turista
a recibir migajas
Un día
abandonarán la plaza pública
los árboles
el cuadrilátero en el cielo
Los cuadros de costumbres
Las orillas
Un día
nos negarán el vuelo
y la poesía.
REPROCHES
Por ejemplo
el poema que nunca te escribí
se fue tejiendo solo
en los muros de la casa
entre el moho y los retratos de familia
Por ejemplo
se volvió agua el viento en la paredes
y fue el testimonio de
la paradoja cíclica del tiempo
Ya No hay nada que nos ampare
de las grietas que llevan por nombre los fantasmas
de esta casa
que ya no es mía ni tuya ni nuestra
Por ejemplo
***
FABIÁN ANDRÉS RODRÍGUEZ GONZÁLEZ (Bogotá) Colaborador del Festival Internacional de Poesía de Bogotá, de las Jornadas Universitarias de poesía de la misma ciudad y de la revista de poesía Ulrika. Fue integrante del Taller Local de Escritura Creativa de Barrios Unidos - IDARTES (2018). Ha publicado en diferentes antologías, revistas y suplementos literarios. Actualmente se desempeña como docente de literatura.