Revista Latinoemerica de Poesía

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2. Alto voltaje: poesía y música - Poemas a John Lennon



Selección de Henry Alexander Gómez

John Lennon (1940- 1980) y, desde luego, The Beatles, marcaron el nacimiento de una nueva temporada para la historia del rock and roll. “Más populares que Cristo”, su música arde, trepida. El cuarteto de Liverpool sembró sus fauces en la llamarada del siglo XX.

Compartimos tres poemas escritos a la emblemática figura de John Lennon y su muerte prematura. En esta ocasión, los poetas invitados son Gonzalo Rojas (Lebu, Chile, 1916 —2011), Óscar Hahn (Iquique, Chile, 1938) Enrique Sánchez Hernani (Lima, 1953) Juan Carlos Mestre (Villafranca del Bierzo, León, España, 1957), Eduardo Chirinos (Lima, 1960- 2016) y Jorge Ladino Gaitán (Sogamoso, Colombia, 1977).

 

 

 

Gonzalo Rojas

 

ADIÓS A JOHN LENNON

Acostúmbrame, John, a verlas por el periscopio
de mármol, a palparlas
desde ahí tan lejos en tu escafandra
de raso,
                                    ah y por liturgia
aunque sea sábado y sigas
teniendo 22 tocando
durmiendo toca hasta el fin,
estremecimiento de diamante,
                                                         no
huelas la locura der estas rosas.

 

 


Óscar Hahn

 

"JOHN LENNON (1940-1980)"

La vida comienza a los cuarenta
dijo John Lennon encendiendo las velas
en el comedor del edificio Dakota

La otra vida comienza ahora mismo
dijo la muerte apretando el gatillo
en la puerta del edificio Dakota

Porque después de esta muerte no hay otra
dijo la voz apagando las velas
y al que le venga el luto que se lo ponga

 

 

 

Enrique Sánchez Hernani

 

DESPEDIDA A JOHN LENNON EN RITMO BEAT

Oye papi Oye mami
mataron a John Lennon
vengan a ver esto
le abrieron el pecho con un abrelatas
Smith Wesson
tenía un gramófono en el corazón
les juro que lo he visto
quedó regado en el piso como un reloj descompuesto
no lo creo
es cierto viejo
los pushers entraron en huelga
subí a un bus y nadie fumaba yerba
estaban todos tranquilos
oyendo Strawberry Fields Forever
por el tocacintas
dicen que la sangre le detonó en las venas
vino el Sargento Pepper y tomó nota de los hechos
saldrá en los periódicos
llamen a George
llamen a Paul y Ringo
la música me duele

 

 


Juan Carlos Mestre

 

LET IT BE

John dice que probablemente los alemanes invadirán la urna griega. El sueño de la felicidad las botas militares la oda al ruiseñor de Polonia. Todo esto sucede por la tarde pero yo no recuerdo gran cosa. Cuando llegué el orfanato estaba repleto de vendedores de periódicos.

Algunos padres regresan en los barcos traen maletas llenas de nuevos rostros. El perro los reconoce porque se han pasado la vida hurgando en la basura. Esta no es mi vida ni mi amor ni mi casa dentistas no tenéis ni zorra idea. Y sé lo que es estar muerto cada vez que alguien abre la boca.

John dice que probablemente el paraíso no quede en las afueras de liverpool. En liverpool los cuervos adivinatorios picotean los botones caídos. Desde el primer rock and roll la reina madre y estaba borracha en prisión. Los marineros esperan a sus clientes como padres peinados el buen domingo.

Nadie es bueno ni es malo las chicas miran todo a la vez. Eligen el pequeño carruaje del corazón empujado por un cigarrillo. Las uñas los labios pintados del color lacre de los paquetes de correos. Las escuelas de arte son una ratonera mejor mantenerse en tus trece.

No permitir termómetros en el cerebro. Una novia un tubo de ensayo probablemente el piso de arriba de un sueño. John dice hasta pronto nada en la vida ha sido fácil ni fascinante. Las botas puntiagudas patean jeringuillas en el boletín oficial de la biblia.

A pocos pasos de la ciencia humana su otra mejilla sienta cabeza. Nunca he sabido por qué he pasado la vida yendo de un lado para otro. La última vez que tuve un hijo me apedrearon en el puerto de hamburgo. Es lo corriente cuando uno dice tacos y en los palcos la navidad agita sus joyas.

Soy a la vez romeo and juliet en la caravana de la conquista de américa John dice ha sido un día duro he estado trabajando como un perro En el monte de los olivos el ruiseñor es la gallina de los huevos de oro El gobierno laborista la princesa margarita el telegrama de buda estamos solos y vamos a ninguna parte pero mañana será otro día Eso fue lo que pasó haced lo que os dé la gana y se casaron en gibraltar Ahora estás triste como una bolsita de té en la taza que ha caído al suelo Adiós niños adiós no hagáis lo que yo hice todo lo hice mal cantemos juntos llegan tiempos difíciles la melancolía es inocente.

 

 

 

Eduardo Chirinos

 

UN CÍRCULO LLENO DE FLORES

Un día como hoy mataron a John Lennon.
Fue hace veintisiete años. Extraño número,
impar y terminado en siete. No es redondo, no
invita a celebrar aniversarios. A los veintisiete
estaba en el esplendor de su carrera (era la
morsa) y se daba el lujo de cantar algunas calles
que ahora nos pertenecen a todos. Juré visitar
algún día esas calles. Pero el destino, que no
sabe de juramentos, me llevó primero al Central
Park. Allí lo recuerda un círculo (siempre lleno
de flores) y en él una palabra: IMAGINE.
Comencé por el final. Siempre comencé por
el final. Escuché a los Beatles cuando se habían
disuelto, y por cobrarme diez años los vengo
escuchando casi treinta. Lo demás es historia.
George sobrevivió a las puñaladas de un loco
y dijo adiós. A Paul se le murió Linda y sobrevivió
a un divorcio. Ringo ha perdido algo de pelo,
no esa sonrisa bonachona de quien finge no
tomarse en serio. Hace veintisiete años mataron
a John Lennon. Yo tenía veinte, mi hermano
diecinueve. Los dos nos encerramos a escuchar
sus canciones y lloramos en silencio. Nunca
habíamos llorado juntos. Tal vez ni se acuerde.
Cuando lo vea voy a preguntarle.

 

 

 

Jorge Ladino Gaitán

 

I
(PRELUDIO)

Aquí el espanto apila sus relojes.
Hay paso que vuelven,
un cuerpo que el piano evoca,
mi Lennon cruzando estas páginas en vuelo inverso.
Todos los días son ocho de diciembre
y estás aquí,
con tus cuarenta años y cuatro balas adentro.
No culparás mi canto, querido John,
también la muerte es estación del deseo.
No elegimos el final,
las formas de la ausencia,
las palabras que nos nombran

 

***

 

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