Adiós a Fernando Soto Aparicio
Fotografía de David Campuzano – El Espectador
Lamentamos la partida del maestro Fernando Soto Aparicio (Santa Rosa de Viterbo, 1933 – 2016). Muchos crecimos leyendo novelas como La rebelión de las ratas, Mientras llueve, Los funerales de América, y muchas otras. Allí nos entregó otra manera de ver la sociedad colombiana, la crisis constante que nos rodea y las formas de la poesía para sobrevivir en ella.
Los despedimos con este bello poema:
DIOS METAFÍSICO
Vamos buscando a Dios.
Con una voz de angustia lo llamamos.
Y Dios se esconde siempre a nuestros ojos
detrás de su cansancio.
Navego por la vida
sin brújula ni faro.
Rompo el hondo silencio de la tierra.
El cósmico silencio de los astros.
Grito. Imploro. Maldigo.
Todo en vano.
Si llamo a Dios solo me responde
el eco de mi voz que está llamándolo.
Viajero de un camino sin retorno
voy mi vida enterrando.
Un nuevo día cae hacia la muerte
con cada uno de mis pasos.
Detrás de mí las huellas del sendero
que trazo al caminar, se van borrando.
Nada queda de mí sobre la tierra:
yo soy mi propio rastro.
En esta inmensa soledad, pregunto
por Dios. Gimiendo llamo.
Lo busco en mí, en los otros,
en lo bueno y en lo malo.
Y Dios no está. Dios huye temeroso
de todo lo que ha creado.
Vuelve la espalda al mundo y su destino
y regresa a su trono solitario.
El hombre entonces vuelve a su miseria:
su único patrimonio.
El sitio
de donde aún no ha sido desterrado.
Fernando Soto Aparicio