Poema del Viernes # 94
TELÉFONOS, RELOJES, CALENDARIOS
Es así como escribía,
así como escuchaba: el viento
hacía lo suyo, la arena
trababa y destrababa mi lengua. Todo
ruido era silencio, y aun así lo merecía.
El amor era el amor. Yo retrasaba relojes,
hería teléfonos, incendiaba calendarios.
Todo huyó de mí, yo huí de todo.
La historia de siempre.
Cientos de páginas escritas, cientos
de páginas borradas.
Eduardo Chirinos