Poema del Viernes # 36
Por Hellman Pardo
Evocación de lo perdido y lo restaurado. Un hálito de estupor ronda cada libro de Ida Vitale, máxima representante de la poesía uruguaya actual. Con Reducción de lo infinito, publicado en 2002, alcanza su más alto grado de extrañamiento de lo irremediable, diciéndonos que es en la memoria donde residen todos los miedos, todos los espejismos, todas las esperanzas. DE UN FULGOR A OTRO Quizás no se deba ir más lejos. Aventurarse quizás apenas sea desventurarse más, alejarse un atroz infinito del sueño al que accedemos para irisar la vida, como el juego de luces que encendía, en la infancia, el prisma de cristal, el lago de tristeza, ciertas islas. Sí, entre biseles citados los colores, un fulgor anidaba sobre otro -seda y deslumbramiento el margen del espejo- y aquello también era un espectro, sabido, exacto. Centelleos ajenos en un mundo apagado. Como un canto sin un cuerpo visible, un reflejo del sol creaba una cascada un río una floresta entre paredes áridas. Sí, no vayamos más lejos, quedemos junto al pájaro humilde que tiene nido entre la buganvilia y de cerca vigila. Más allá sé que empieza lo sórdido, la codicia, el estrago.Ida Vitale