Revista Latinoemerica de Poesía

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Jueves de poesía en Trilce



La Fundación Trilce invita a la presentación de los poetas Amparo Osorio y Hernán Vargascarreño, el jueves 18 de septiembre en Librería Trilce, calle 65 10-20, Bogotá. Intervención de jazz a cargo del saxofonista Pedro Pablo Carreño.  

 

   AMPARO OSORIO   Poeta, narradora, ensayista y periodista. Ha publicado los libros: Huracanes de sueños (Poesía), Ediciones La Catedral, Bogotá, 1983-1984. Gota ebria (Poesía), Ediciones Embalaje, Museo Rayo Roldanillo (Valle) 1987. Territorio de máscaras (Poesía), Hojas Sueltas. Bogotá, 1990. La casa leída (Antología de autores universales sobre el tema de la casa), Común Presencia Editores, Bogotá, 1996. Migración de la ceniza (Poesía), Cooperativa Editorial Magisterio, Bogotá, 1998. Omar Rayo, Geometría iluminada (Entrevista), coautora, Ediciones Embalaje, Roldanillo (Valle), 2001. Antología esencial (Poesía), Colección Los Conjurados, Bogotá, 2001. Memoria absuelta (Poesía), Colección Viernes de poesía, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 2004. Estación profética (Antología personal), Caza de Libros (Ibagué), 2010. Oscura música (Antología, poesía), Colección Un Libro por Centavos, Universidad Externado de Colombia, Bogotá, 2013.   INVENTARIO Nada fue tuyo. Sólo imaginaste una casa y la luna. El fuego vacilante de la llama. La mensajera noche alta en la soledad de tus estrellas La sombra perfecta y fiel dictando el paso de las constelaciones. La música del agua... Ahora lo sabes. Palidecen las manos. Miras el tiempo de tu cuerpo, el tiempo de los ríos, el tiempo de las ruinas. Basta que quisieras dormir sin pronunciar la última palabra. Que sólo desearas ya no mirar y desatar los brazos. Sólo eso bastaría... Pero no sabes cómo.   INTEMPERIE Lluvia: unge mi piel lava mis ojos. Se abre mi noche para ti. Mi enrancia. Mi infinito extravío me persigue. ¿Qué voces de qué cielos me traes? ¿Qué dios llora y no escucho?   LUNA PARA UN NAUFRAGIO Desposaremos Mi corazón y yo Esta honda clepsidra. ¡Y ah de aquel que lo olvide! No veremos pasar sus funerales.     ***  

 

HERNÁN VARGASCARREÑO   (Zapatoca, Santander, 1960). Poeta, traductor y editor. Docente de literatura egresado de la Universidad Industrial de Santander. Dirige la revista de poesía Exilio. Libros publicados: País íntimo (2003), Piedra a piedra (2010), Antología El viaje (2012), Tempus (2014) y sus traducciones al español en ediciones bilingüe Almenas del tiempo, de Edgar Lee Masters y ¿Quién mora en estas oscuridades?, de Emily Dickinson. Entre otras, ha recibido las siguientes distinciones: Premio Nacional de Poesía Antonio Llanos (Cali, 2000); segundo finalista en el Premio Nacional de Poesía Ciudad de Bogotá IDCT (2002); Premio Nacional de poesía sin banderas de la Casa Silva (2003); Premio Nacional de Poesía José Manuel Arango (2010). En el 2012 fue uno de los cinco profesores ganadores del Concurso Nacional de Cuento RCN-Ministerio de Educación, con el cuento Morir un poco, en el que relata el suicidio de la poeta María Mercedes Carranza.   HAY PALABRAS que hacen sombra, como nube, árbol, casa… Otras hacen pena o destierro o desamparo. También hay las que guerrean, atacan y destrozan. O las que muerden, pujan, acarician… Solo hay que pronunciarlas. Nada más.   ESTANCIA Quien aprende a amar los altos muros de su casa, los lamentos que allí persisten, los perros ancianos y silenciosos que se niegan a morir, aquellos peldaños que ya nadie sube, los ruidos de la cocina y el espectro de la madre ofrendándonos el café y su bendición, le será fácil aceptar –mas no comprender- que esa, ya no es su casa, sino los altos muros de su tumba.   ÚLTIMO FUEGO El último fuego de la noche se está extinguiendo: es la muerte que llega. Acógela, poeta, así como hiciste tuyas las miradas y la voz que por momentos te hicieron feliz, o los cuerpos en que te deleitaste en la Belleza. Llévate el implacable recuerdo, el sabor del beso que diste sagradamente, el dolor de los que no pudiste recibir y solo en sueños se te revelaron. Levanta el alma y entra glorioso al reino donde acaba la tristeza, allí donde el rostro amado será tu eterna memoria. Goza íntegro ese precioso instante justo antes de entregar tu espíritu a los dioses. Nada te despertará. Nunca más.



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