Revista Latinoemerica de Poesía

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Jueves de poesía en Trilce



La Fundación Trilce y el 7 Festival de literatura Las líneas de su mano, invitan a la presentación de los poetas Gabriel Chávez Casazola (Bolivia) y Xavier Oquendo Troncoso (Ecuador), el jueves 4 de septiembre en Librería Trilce, calle 65 10-20, Bogotá.      

 

GABRIEL CHÁVEZ CASAZOLA   1972. Una voz imprescindible de la poesía boliviana actual, publicó, entre otros títulos, los libros de poesía Lugar Común (1999), Escalera de Mano (2003), El agua iluminada (2010), La mañana se llenará de jardineros (Ecuador, 2013; Bolivia, 2014) y la antología Cámara de niebla (Argentina, 2014), a los que seguirán dos antologías de su obra en Colombia y Ecuador. Ha sido traducido al portugués, italiano, inglés y rumano. Poemas suyos se encuentran incluidos en antologías internacionales y nacionales. Ha participado en festivales, encuentros y lecturas de poesía en varias naciones de América y España. Imparte talleres de poesía; es columnista en periódicos bolivianos y colaborador de revistas internacionales de poesía. También tiene libros publicados de ensayo y crónica, y editó una vasta Historia de la cultura boliviana del siglo XX, en dos volúmenes, premiada como Libro Mejor Editado del año en 2009. Entre otros premios, ha recibido la Medalla al Mérito Cultural del Estado boliviano. En 2013 fue finalista del Premio Mundial de Poesía Mística Fernando Rielo.     LOS PATIOS SON PARA LA LLUVIA   Cuando ella cae despiertan sus baldosas, abren los ojos del tiempo sus aljibes. Y entonces los patios cantan. Un canto hondo, en un idioma arcano que hemos olvidado pero que comprendemos cuando cae la lluvia sobre los patios y volvemos a ser niños que oyen llover. Bajo la lluvia todas las cosas son renovadas en los patios y cuando escampa el mundo huele a recién hecho, a sábado de Dios, a primavera. El canto de los patios en la lluvia borra el dolor del universo y susurra el dolor del universo por las lluvias perdidas, por los patios perdidos, por los cantos perdidos, por ti y por mi que bailamos bajo la lluvia de Bizancio arcanas danzas con movimientos hondos e indescifrables en los patios de la memoria. Por ti y por mi que bailamos que llovemos que despertamos las estaciones mientras el patio canta porque la lluvia es para los patios, esos indescifrables.     VUELO NOCTURNO / ARTE POÉTICA   El eje del mundo se ha movido hoy diez centímetros a la izquierda o a la derecha quién lo sabe pero los poetas esta noche andan revueltos y se descalzan y entran al río y se ponen a atrapar el resplandor de las estrellas a atraparlas con las manos en el agua.     DONDE EL POETA, INVESTIDO COMO UN PERSONAJE DE KOZINSKI, CONVERSA CON SU HIJA

Para Clara

Y si de pronto un rayo o un camión se abaten sobre la palma erguida, sobre su razón llena de pájaros y mediodías si la malaventura hiere su frente de luz y la desguaza y convierte en escombros su razón y su alegría que era también la nuestra no te dejes llevar por la tristeza, hija, recuerda que detrás de los escombros siempre quedan semillas y que algún día, pronto, después del rayo y la malaventura se abrirá la luz cantarán los pájaros y nuestra calle y todas las calles del mundo donde alguna vez hubo palmeras abatidas se llenarán de felices jardineros que peinarán los nuevos brotes y regarán los mediodías. Te lo prometo, hija: la mañana se llenará de jardineros.     ***   XAVIER OQUENDO TRONCOSO   (Ambato-Ecuador, 1972). Periodista y Doctor en Letras y Literatura. Ha publicado los libros de poesía: Guionizando poematográficamente (1993); Detrás de la vereda de los autos (1994); Calendariamente poesía (1995); El (An)verso de las esquinas (1996); Después de la caza (1998); La Conquista del Agua (2001), Esto fuimos en la felicidad (2009. Mención de Honor, Premio Jorge Carrera Andrade, al mejor libro de poesía publicada en el año, Municipio de Quito), Solos (2011), Lo que aire es (Bogotá, Buenos Aires, y Granada -España-, 2014) y los libros recopilatorios de su obra poética: Salvados del naufragio (poesía 1990-2005), Alforja de caza (México, 2012) y Piel de náufrago (Bogota, 2012); un libro de cuentos: Desterrado de palabra (2000); una novela infantil: El mar se llama Julia (2002), así como las antologías: Ciudad en Verso (Antología de nuevos poetas ecuatorianos, Quito, 2002); Antología de la poesía ecuatoriana contemporánea –De César Dávila Andrade a nuestros días- (México, 2011), Poetas ecuatorianos -20 del XX- (México, 2012). Organizador de los Encuentros de poetas jóvenes en su país y del Encuentro internacional de poetas “Poesía en paralelo cero”. Ha merecido diversos premios nacionales de poesía como el “Pablo Palacio” en cuento y el Premio Nacional de poesía, en 1993. Integra antologías españolas, norteamericanas e hispanoamericanas. Ha participado en las más importantes revistas literarias de nuestra lengua. El Municipio de su ciudad, en 1999, le concede la condecoración Juan León Mera por toda su obra literaria y de difusión. Es director y editor de la firma editorial ELANGEL Editor. Catedrático, editorialista de diversos medios de comunicación escrita de su país, y de periódicos virtuales. Parte de su poesía ha sido traducida al italiano, francés, inglés y portugués.     LA PLAYA   Por las arenas pasan las muchachas que han decidido poblar el planeta con sus formas y sus dioses. Por las arenas pasan los muchachos que complacen los deseos femeninos con una inocente sonrisa que juega. El mar, por esta vez, es solo anécdota.     LAS MONEDAS   El dinero brillaba como petróleo. Con él nos pusimos a vivir. Construimos una casa enorme que nos cayó encima. Hacia él volvimos, pero nos dio duro. Nos rompió la cara con sus monedas prietas. Nos quedamos los de siempre, solos, pero firmes. Robles tiernos que no quieren hacer de la leña carbón de parrilla. Quisimos visitar a la madre del dinero y pedir la mano de su vástago. Luego acostarnos con él y hacerle un hijo que grite en oro. Pero siempre pudo más que nosotros. Un día se fue y nos dejó unos cigarrillos para que los fumemos en las penas.     )3(   Los solos comen la tristeza y ahuyentan a la gente con el olor de su potaje. Están siempre esperando que los acompañe esa mísera persona que los habita, mientras el tren pasa.



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