36. Poetas salvadoreños del nuevo milenio
Poetas salvadoreños del nuevo milenio
Selección y nota Luis Alvarenga*
Coordinación proyecto Fredy Yezzed
La aceptación de la obra de algunos narradores salvadoreños de posguerra de parte de la industria editorial transnacional, sin negar su carácter positivo, ha puesto a la producción poética de ese país en un sitio un tanto relegado. En el mundo de la crítica literaria, los estudios sobre la obra poética de autores contemporáneos es comparativamente menor que los estudios, seminarios y publicaciones dedicados a la narrativa de la violencia en El Salvador.
Sin embargo, la poesía ha sido el género literario que tiene una tradición más sólida. Respecto de la poesía del siglo anterior, Roque Dalton (1935-1975) consiste una renovación radical con respecto a la poética tradicional. Sin embargo, Dalton no se puede entender al margen de su contexto cultural, literario y político. La obra de sus coetáneos, agrupados en la Generación Comprometida (Ítalo López Vallecillos, Álvaro Menen Desleal, etc., 1950) y el Círculo Literario Universitario (Roberto Armijo, Roberto Cea, Manlio Argueta, entre otros, 1956) abrió nuevas posibilidades a los creadores posteriores. En continuidad con algunos aspectos, en discrepancias con otros muchos de la estética de los “comprometidos”, surgieron nuevas promociones de poetas que vivieron la difícil década de 1970 (Ricardo Castrorrivas, Alfonso Kijadurías, Lil Milagro Ramírez, Julio Iraheta Santos, Salvador Juárez, Rafael Mendoza, etc.) y la guerra de los años 80 del siglo XX (Carmen González Huguet, Otoniel Guevara, Amílcar Colocho, Edgar Alfaro, Eva Ortiz, Silvia Elena Regalado, por mencionar tan sólo algunos) y siguen, muchos de ellos en la actualidad, produciendo una obra interesante.
Desconfiemos de las generalizaciones y neguémonos a postular “generaciones” ante el vértigo de lo inclasificable. Es cierto que en una época determinada hay concepciones estéticas, temáticas, etc., que resultan ser más frecuentes que otras, pero eso no niega el hecho de que haya diferencias entre autores de la misma edad, que no se puede afirmar que “todos” los creadores de un tiempo determinado tengan una misma concepción estética, etc.
Así, es tan falso afirmar que los llamados “poetas de la guerra” (denominación imprecisa y que puede abarcar a cualquier poeta, nacido en cualquier año, que haya escrito y/o publicado durante los años 80 escriben una poesía coloquialista y adhieren a una estética de denuncia, como el afirmar que los poetas que comienzan a escribir y a publicar desde los noventa no tienen inquietudes políticas, que han “redescubierto” la zona íntima y subjetiva de la poesía y que todos se expresan mediante las formas métricas. Esto distorsiona la complejidad de la creación literaria.
En los poetas incluidos en esta selección encontramos una riqueza temática y estilística que habla de la diversidad de la poesía contemporánea. Lejos de querer encontrar un elemento distintivo que pueda reducir, clasificándola, a estar multiplicidad de expresiones literarias, es mejor apreciar su diversidad y sus confluencias.
El hecho de ser autores nacidos a partir de 1970, con la excepción de Amada Libertad (1970-1991), les da a estos poetas una serie de vivencias distintas a las de los autores cuya obra —ya sean los inicios de esta obra, o una parte de la misma— se escribió y publicó durante la guerra. Los cambios políticos del país, para bien o para mal, también fueron cambios culturales y cambios estéticos —en el sentido profundo de lo estético: cambios de sensibilidad. Quizás una de las cosas más bellas, en términos existenciales, que hay en los poetas reunidos aquí —y en otros muchos, contemporáneos y coetáneos suyos— es la variedad de caminos elegidos para buscar la poesía. Hay quienes crearon talleres o círculos literarios, los animaron con sus voces y les sirvieron para poner la palabra al alcance de otras manos. También hay los que iniciaron en solitario esta vocación de la palabra que se destina para la comunión y la comunicación. Entre estos autores, hay quienes se distanciaron de la estética del compromiso y hay también, y muchos, los que ven en Roque Dalton y en lo estético-político-ético de su obra, no una, sino muchas iluminaciones poéticas. Hay quienes escriben sonetos. Hay quienes no lo hacen. Lo importante es que en estas palabras brilla, como la luz del sol filtrándose entre las copas de los árboles, la poesía, las poesías.
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Amada Libertad (Nacida en Santa Tecla en 1970 y muerta en combate en 1991). Nombre literario de Leyla Quintana. Entre sus premios destaca la Mención Honorífica en el Certamen Wang Interdata 1990 con el poemario Vertiendo en papel guerra un poco de mala ortografía. En 1991 se le otorga el primer lugar compartido por Locuras y garabatos en el Certamen Femenino “Dra. Matilde Elena López”, promovido por el colectivo feminista ORMUSA. El 28 de septiembre de 2000 recibe un reconocimiento póstumo como mujer destacada del siglo XX por parte de organizaciones feministas. Sus poemarios se encuentran recopilados en el libro Larga trenza de amor, publicado en 1994 por Editorial Sombrero Azul. Su obra aparece seleccionada en los volúmenes Antología de una década, publicada por la Casa de la Cultura de Zacatecoluca; Mujeres en la literatura salvadoreña, publicado por la Red de Mujeres Escritoras salvadoreñas; Poésie salvadoriénne du XXme. siécle, compilada por Maria Poumier y en la antología de mujeres poetas hispanoamericanas Pícaras, místicas y rebeldes, compilada por las escritoras mexicanas Aurora Marya Saavedra, Maricruz Patiño y Leticia Luna.
MIS DÍAS
Habito en el corazón de la chiltota,
las mañanas rocían las sonrisas del viento,
un desdentado balbucea maldiciones
a la aurora porque le ha comido el sol.
Camino por los rincones más dolorosos de la humanidad.
La serpiente mutila sol a sol el canto del gorrión.
Almuerzo soledades.
Ahogo mi sed en el silencio del llanto maternal
Miseria en el vientre del pueblo encuentro.
Y finalmente me desnudo el alma
Para dormir en estrepitosos sustos
De bombas y metrallas,
Donde la noche se llena de lobos
Y mitos de hombre, matan esperanzas.
De Larga trenza de amor
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Lya Ayala (San Salvador, 1973). Poeta y periodista. Ganó el premio de poesía Alfonso Hernández (1997). Aparece en las antologías Alba de otro milenio (DPI, 2000), de Ricardo Lindo, Otras voces (DPI, 2011), El libro del voyeur (Ediciones del viento, 2010), Lunáticos, poetas noventeros de la posguerra (Índole Editores, 2012), Ventanas (Ediciones La Fragua, 2012). Ha escrito Verde, Arrecife, Rojo, Piel del mar, Memorial del árbol.
SOPLO
invoco tu nombre en las noches de aguacero
invoco tu nombre en la tarde de silencio
tú sabes escuchar mis palabras torpes y pequeñas
sabes lo que siento
escuchas rodar las gotas por el suelo
escuchas quebrarse a la hierba
veo veo cosas hermosas
en la soledad de largos paseos
veo veo un sueño en las hojas secas
invoco tu nombre cuando la mañana
aparece interminable en la puerta
entra en mi cuerpo brevemente el tiempo
tú entras en mi cuerpo sereno
habitas en mis ojos y en mis dedos
tú conoces mi debilidad más honda
cuando la brisa pasa en medio del silencio
y las imágenes escuchan y los sentidos se agotan
tengo un romance en el alma con el viento
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William Alfaro (San Salvador, 1973). Escritor y periodista. Integró el desaparecido Taller Literario El Cuervo, miembro de la Fundación Cultural Alkimia y del Proyecto Poético Multimedia El Verbo en la Ventana. Además de crear los Miércoles de Poesía de la Peña Cultural Los Tacos de Paco, fue jurado de distintos certámenes poéticos e impartió talleres literarios a niños, jóvenes y personas con discapacidades auditivas y visuales. En 2012, junto a un grupo multidisciplinario de artistas fundó el Movimiento de Artistas Independientes de El Salvador (MAI). Autor del libro de poemas Proclive, de varios poemarios inéditos y de las plaquettes Déjà vu y Ciudad amenazada, parte de su poesía ha sido musicalizada y publicada en antologías de varios países de Latinoamérica y Europa.
A MANERA DE DESPEDIDA
Y llegaste a la muerte a la hora que decidiste,
sin mayores contratiempos que las contradicciones.
Llegaste al final de tu poema suicida
con el punto final de tu sangre,
sin mayor desafío te entregaste al sueño
del que jamás se resucita.
Hoy no hay tiempo que te acompañe,
porque el tiempo se ha volcado sobre tu boca
y ahora es la boca del tiempo.
Tú duerme ese sueño inmortal,
alcanzado con tu mano, mano de niño,
de pequeño dios y poeta.
1.1.11 A Francisco Ruiz Udiel, in memoriam, el día de su muerte.
De Poética imperfecta
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Marco Pernavarre (San Salvador, 1976).Nombre literario de Marcos Pérez Navarrete. Poeta, psicólogo, traductor y activista. Miembro de Fundación Metáfora, ha trabajado en diferentes áreas en El Salvador y en Estados Unidos, especialmente en actividades para la defensa de los derechos humanos y la protección de la ecología. Ha escrito los poemarios: Poemas de amor, odio y otros cuentos, Seres Sobrenaturales, Último poema del fútbol y Último poema del fútbol, segundo tiempo, entre otros. Ha participado en diferentes recitales en El Salvador, Estados Unidos y Costa Rica. Algunos de sus poemas han sido publicados en medios alternativos, incluyendo periódicos, revistas culturales impresas y digitales.
TIERRA DEL FUEGO
A Roque Dalton, algunas revelaciones de un deseo purificador.
Volverán otros volcanes
Sirviéndose de la fisura almidonada de la historia
Y evocarán al dios de la loza perdida, errante entre las cenizas
Se codearán con caballos a galope, fusionados con la luna
Y despertarán a la sabiduría de su letargo desnudo
La oscuridad tendrá un festín nocturno
Con las sobras que la golondrina trajo de otros mundos
Pesadas rocas, rocas parlantes, darán a luz el mestizaje de los sentidos mas humanos
Provocarán, emanciparán, revolucionarán
Esos volcanes que hierven sueños y que provocan espanto
Esos mismos que colocan cruces al borde del abismo
Esos, que con su cono besan cielo y se nutren de infiernos
Con fuego, rodearán las esquinas terrestres
Y purgarán a la blasfemia que destroza los milagros del corazón en coma
Fuego conquistador, bendito fuego, que nos hará despertar en un segundo
La identidad perdida, en los bosques de la locura
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Mauricio Vallejo Márquez (San Salvador, 1979). Es el coordinador del Suplemento Cultural Tres Mil y Aula Abierta, del mismo periódico. Fue director de las revistas Huella y MeSCenas de El Salvador. Libros publicados: Tiempo en la marea (poesía, 1999, Ediciones La Fragua), Cantar bajo el vidrio (poesía, 2000, Ediciones La Fragua), La casa (poesía collage, 2001, Ediciones La Fragua), El último salmo (poesía, 2007, Ediciones La Fragua), De Vallejo a Vallejo (poesía, 2007, Ediciones La Fragua), Cuentos de ocio (microcuento, 2006, Ediciones La Fragua), La decisión, la venganza y otros cuentos (cuento, 2011, Ediciones La Fragua) y Bitácora (poesía, 2012, Ediciones La Fragua).
CANTAR BAJO EL VIDRIO
I
No hay más que buen fuego
en el centro de espadas
mordiendo la escena naciente.
El invierno en un puño
florece en los ojos vendados
del ser que se anida
en la mar de su entorno.
Golpea y se alza tocando el retoño que es él,
suspira y desciende
conociendo en ceguera toda espera del mundo.
Diciembre cosecha en vientres marrones
empuñando latidos en oro
el fuego lo cuece y el alma también,
y la espera en sí mismo.
II
Aún suspiran en los espejos
los rostros ennegrecidos
por el lamento del aire
y una esperanza en el bar de la esquina.
Los mercantes
también venden sus manos
por copas que aún tengan un poco de vino,
aquel de los días anidados
entre rumores de antaño,
de la madera fresca y el camino de un latido.
Del poemario Cantar bajo el vidrio
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Lauri García Dueñas (San Salvador, 1980). Escritora y periodista residente en México desde 2006. Sus poemarios publicados: La primavera se amotina, Sucias palabras de amor, Del mar es el ahogo y El tiempo es un texto indescifrable. Ha participado en lecturas en voz alta en Kenia, Francia, Colombia, México y El Salvador. Algunos de sus poemas han sido traducidos al catalán, inglés y recientemente al alemán. Co-autora de Tribus Urbanas en El Salvador y El asesinato de Roque Dalton. Mapa de un largo silencio. En teatro: Mientras más se grita menos se mata. En 2010, fue beneficiaria del Programa de Residencias Artísticas para Creadores de Iberoamérica y Haití en México del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA)- Agencia Española de la Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) por su proyecto de novela, taller y video instalación Ella no solas.
SAKYAMUNI Y UNA MUCHACHA
He vuelto a verte, Sakya
años después y he pensado en el río.
Cedí la imagen de una mujer de hilos apretados en los muslos y la mirada en alguna parte
hace cien años
quizás en Acapulco.
La mujer se fue en su actitud sobrepuesta al paisaje.
Años de densidad profusa después
he vuelto a verte intacto de soles y cielos grandilocuentes
la latitud de orientes marca la mancha de esta escritura a medias
mandalas/ colores de auras más manchas/ irrumpen
Sakya, coronado de dragones
silencioso por estar plano
dos hombres te cuidan para que me mires
y yo te mire.
Aún no sé qué me dices, Sakyamuni,
pero escucho tu silencio.
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Roberto Deras (San Salvador, 1982). Estudió Filosofía Iberoamericana en la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” UCA. Pertenece a la junta directiva de la Fundación Metáfora de El Salvador. Fue miembro del equipo coordinador del Suplemento Cultural Tres Mil de Diario Colatino (2006-2009). Perteneció al taller literario “El perro muerto”. Ha publicado el libro El luto es la única certeza (Proyecto Editorial La Chifurnia, 2011). Premio único en los XVIII Juegos Florales de La Unión en el género de poesía. Certamen Nacional, 2013.
Soy un hombre árbol que tiene escaleras en forma de caracol.
Con flores espirales que cuelgan y que se engarrotan en tus dedos.
Soy un árbol con extensas ramas
y un corazón que es hábitat de miel.
Soy un árbol laboratorio de insectos
y mis brazos ramas pellizcadas
ramas mordidas.
Y hay insectos que me buscan
que muerden y su líquido tarda en calar.
Vuelvo a ser hombre
y tengo la pócima en mi sangre
su efecto es ver el amor en otra dimensión
lejos de árboles y de los hombres.
Y no sé de antídotos, sólo placebo.
Y todo continúa:
el corazón se hace herbario mientras espero
vos estás con las manos atadas mientras yo enfrento
la maldición del desterrado.
Soy un árbol tropical lleno de escarcha.
Un niño solo que ve al amor viajar largas distancias.
Escucho como las termitas que te acompañan devoran mi tórax.
Entonces despierto y regresa la angustia
porque ya no podré regresar al sueño.
Tiemblo porque ya no serás más insecto, ni yo estaré plantado en un bosque.
Mi cuerpo está destruido
Y qué hago con los pedazos del cuerpo.
Vuelvo a temblar
ya no puedo acercarte a mis labios
y tengo un mordisco de la única mantis dulce
y recuerdo como se prendió su trompa
y quiero ser ostentoso como en el sueño,
pero soy frágil, vulnerable y me desmayo
y estás lejos y no puedo albergarte
sólo fragmento de otro bosque donde no existe migración.
No soy ni bosque
ni árbol
Soy un hombre cansado que se enamoró de un insecto que cuelga en su hombro.
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Alberto López Serrano(Colón, La Libertad, 1983). Es miembro de la Fundación Cultural Alkimia y desde enero de 2008 es coordinador de los “Miércoles de Poesía” en la peña cultural de Alkimia y Los Tacos de Paco, donde a la fecha van casi diez años de promoción cultural. Ha participado con lecturas en El Salvador, Nicaragua, Guatemala, Costa Rica, Bolivia y Perú. En enero de 2013 fue nombrado Autor del Mes por parte del Plan Nacional de Lectura y la Red Nacional de Bibliotecas Públicas. Su primer libro publicado fue La nave que falta (2007), seguido de Cien sonetos de Alberto (2009). Más tarde, salió de la imprenta el poemario que lleva por título Yqué imposible no llamarte ingle (2009; segunda edición, 2011). Su más reciente publicación es Montaña y otros poemas (2010).
DIONISOS NO
No me abrases, Dionisos.
No tienes en tu voz la trampa de los días.
Quisiera reinventar el calendario.
Morder los meses, masticar relojes de arena.
Quizás conjeturar un nuevo siglo de abandonos.
Mejor sería que la noche fuera para siempre.
Su estrellado arrullo nos vuelve siempre primitivos.
El ruido lácteo de las cosas nos reclama y nos arroba.
No haces falta, Dionisos, para el salto.
No tienes en tu voz la trampa de los días.
Déjame vaciar las cráteras de las horas,
perseguir de nuevo las agujas y los números,
vaciar los ojos y correr a tientas, Dionisos,
perseguir las manos que me van halando hacia el desierto,
vaciar las manos de palabras resecas,
perseguir onagros dorados por los desiertos arenosos.
Mejor tomaré el vino del acto de la oscuridad
o al menos cantaré el poder del perro.
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Miroslava Rosales (San Salvador, 1985). Profesora de la Universidad de El Salvador. Forma parte de la Dirección Nacional de Investigaciones en Cultura y Arte y del comité editorial de la revista ARS. Su trabajo aparece en la antologíaNuevas voces femeninas de El Salvador (2009), del escritor Manlio Argueta, publicada por la Editorial de la Universidad de El Salvador; en Una madrugada del siglo XXI (2010), selección, prólogo y notas por Vladimir Amaya; y en Las perlas de la mañana siguiente (2012), antología del taller literario El Perro Muerto.
esta ciudad de abril
hablo de la ciudad construida por los muertos,
habitada por sus tercos fantasmas, regida por su
despótica memoria
Octavio Paz, en Árbol adentro
America when will you be angelic?
When will you take off your clothes?
Allen Ginsberg, en Howl and other poems
muchacho
esta ciudad de abril
la raíz más amarga entre mis dientes
puñal entre mis piernas
la venerada virgen en los altares de la política
la digerimos lentamente en la mañana con el tráfico y el smog y la bachata y el chillido
la vomitamos luego de cada borrachera cerca de la lotería o por el parque san josé o la zona real
el jolgorio con pílseners y mujeres con lentejuelas y pirotecnia en los corazones
la sorbemos en el añejo bella nápoles
es la pradera el río más caudaloso para las agencias de seguridad
un cuerpo canceroso cuyas vértebras se van fracturando
la pega para los hambrientos
la cárcel para los que buscan la detonación de las palabras más inconformes y desarticuladas
estoy sola
y soy un cedro en este infierno
un cocodrilo me podría degollar en la esquina más inesperada
en la estación de autobuses inservibles
a la salida de un centro comercial
así
mi nombre pararía en un cementerio clandestino
junto a miles de desaparecidos
los que una vez cantaron el himno con orgullo en las escuelas parecidas a las ratoneras
y que elevaron plegarias en las iglesias hoy clausuradas por los terremotos de la lujuria
la ciudad no es piadosa
con el recién nacido abandonado
ni con la joven atropellada frente a las cámaras de televisión
ni con los vagabundos y las prostitutas que colman su pequeño vientre
como fetos enfermos
ni con los drogadictos de las aceras que se acumulan como basura
las manos a cualquiera podrían cortarles en esta ciudad
luego venderlas en las carnicerías
o servirlas en los banquetes de los pobres
(bien en un orfanato)
o disparar al corazón más necesitado de armonía
al más necesitado de bailes y frutos
al más necesitado de caricias de violines y delfines
es normal encontrar cabezas colgando de las lámparas
o de los árboles
o rodando en los parques como pelotas de fútbol
(un deporte muy divertido)
en esos parques los columpios ya no albergan las risas
ni el encanto acaricia su grama que una vez sirvió a los enamorados
sabes muchacho
los habitantes de esta ciudad
bajo el techo de un abril excremento
devoran las mujeres con fiebre y alcohol
y en las alcantarillas vierten la sangre
la pequeña ciudad de púas
el cadáver que todos los días cargamos en silencio
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Vladimir Amaya (San Salvador, 1985). Estudió Letras en la Universidad de El Salvador. Ha publicado los poemarios: Los ángeles anémicos (Editorial EquiZZero, 2010), Agua inhóspita (Colección Revuelta, 2010), La ceremonia de estar solo (Ediciones Leyes de Fuga, 2013) y El entierro de todas las novias (Editorial Universitaria, 2013). Además tiene las antologías Una madrugada del siglo XXI: poesía joven salvadoreña (San Salvador, 2010) y Perdidos y delirantes: 36-34 poetas salvadoreños olvidados (Zeugma Editores, San Salvador, 2012). Fue miembro fundador del taller literario El Perro Muerto.
LO EXTRAÑABLE
a Osvaldo
Mi corazón es un perro de tres patas enloquecido por el insomnio.
Deambula en la sed de la noche.
Recorre la vida a clavo entero.
Él sabe que la música nace opaca en este lado de la flauta.
Sabe que otros perros-corazones se han orinado sobre él.
Sabe también
que hubiese sido eclipse de rosas
si no hubiera nacido corazón.
Pero no alcanzan las vigilias para entender eso
ni todo el arrepentimiento para ser santo.
Recorro la noche a clavo entero,
como monje manco al final de su vida.
Amigos, hermanos:
Ustedes a quienes dije amar,
sólo han llevado mis heridas en los ojos.
Yo, que fui todo mausoleo, corona de arrepentidos
los amalgamé con mis brazos,
los estrangulé con mis lágrimas.
¡Cuánto daría por llorar una vez más!
Sólo una vez más,
y saber que esto de mi muerte
me conmueve tanto.
Del La ceremonia de estar solo, 2013
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* Luis Alvarenga (San Salvador, 1969). Formó parte, en la década de los 80, del Taller Literario Xibalbá. Ha publicado los libros de poesía Otras guerras (1990), Libro del sábado (2000), Dante (2011) y Hotel Central (2011). Es autor de El ciervo perseguido, biografía de Roque Dalton.Ha publicado antologías y estudios de la obra de Claribel Alegría, Hugo Lindo, Miguel Ángel Espino y Roberto Armijo. Roque Dalton: La radicalización de las vanguardias, publicado en 2010, es un estudio sobre las relaciones entre estética y política en la obra del autor salvadoreño.
Poetas del Nuevo Milenio es un proyecto que convoca a 20 países de lengua española y lenguas romance. Busca explorar en las tendencias y temáticas que trabajan los nuevos autores del siglo XXI. El principal criterio de estas antologías virtuales es reunir a autores nacidos a partir de 1970 en adelante que, por lo menos, hayan publicado un libro de poesía y aporten con la calidad de su trabajo al panorama de la poesía actual de sus países. Poetas del Nuevo Milenio es coordinado por el poeta Fredy Yezzed y nace como un proyecto de investigación liderado por estudiantes de la Universidad de Buenos Aires sobre la nueva poesía latinoamericana.
Fredy Yezzed. Bogotá, Colombia, 1979. Como investigador literario escribió el estudio Párrafos de aire: Primera antología del poema en prosa colombiano (Editorial de la Universidad de Antioquia, Medellín, 2010). Tiene publicado los libros de poesía: La sal de la locura, (Premio Nacional de Poesía Macedonio Fernández, Buenos Aires, 2010) y El diario inédito del filósofo vienés Ludwig Wittgenstein (Ediciones Del Dock, Buenos Aires, 2012). Actualmente está radicado en Buenos Aires, Argentina.
Los contenidos y las ideas expresadas, lo mismo que su escritura, son de exclusiva responsabilidad del autor de la selección y no compromete a la Universidad de Buenos Aires, ni al coordinador del proyecto, ni a la orientación de la revista La Raíz Invertida.