44. John Better
Nota y selección por Fadir Delgado Acosta.
Better hierve el pétalo hasta convertirlo en sangre, y el ojal de la camisa hasta hacerla tela cruda. Es como si el escritor quisiera ponernos al frente, el revés del cuerpo y del mundo, a quienes convierte en bailarina de cristal que vomita basura. En este territorio poético de los contrarios, nos encontramos con amarillentos diamantes, con una lluvia de fuego, con un cementerio fresco y moscas rubí.
Nos recuerda lo exquisito de lo miserable y las náuseas que se esconden detrás, lo que podría enmarcar el concepto de la belleza. También se vislumbra el Caribe que se levanta en los ojos de Herazo, poeta que encarna una brújula encendida y seda en llama.
El Caribe de Better es ese que se encuentra en los ojos de quien se atreve a voltear el mar, a verle la espalda.
Cada poema transfigura y pide en voz alta el abrazo. Algo pierde y ofrece, algo en él se rompe y hace silencio.
BASURA QUEMADA
Eres basura quemada
Joyas prestadas a una rubia tonta debutante del
burlesque, ardiendo en la aurora de un espejo quebrado.
La noche
de naipes coronados con amarillentos diamantes
El amanecer de condones usados y decapitadas cabezas
de piñatas con los dientes quebrados
Basura quemada es esa nube que se alza en la distancia
Son esos algodones y esos guantes quirúrgicos donde
hierven disecados pétalos de sangre
Esas calabazas zumbando de moscas rubí
Esos cascarones cuajados de fetos
Esas revistas de pornografía donde ranas trasparentes
babean su gélido orgasmo
Todo es basura quemada
Incluso tus labios donde se hospeda una medusa de fiebre
También tu lengua de filosas espinas plateadas
Todo es basura quemada amor
Incluso Jhune y Kent tan distantes de mí y al otro lado
de la cámara pajeándose sobre un mugroso colchón en
algún escort de Manila
También Koyiro asombrada de ver flotar libélulas en el agua del lavatorio
Todo es basura quemada
Excepto este poema que hasta ahora empieza a arder.
POEMA DE PESARES POR WALT WHITMAN
Yo que no soy Walt Whitman
Comparto mi nata con los huérfanos
Y fumo la hierba y soy inocente
Yo que no soy Walt Whitman
Mañana seré menos joven
Y lo que fue seguirá siendo sin descanso
Nada evitará que la ceniza caiga
Nada evitará que este poema se curve como herradura
Siempre se guardará un pedazo de pan
Siempre la luna y su bronce sonoro
Todo siempre
Nunca esos prados donde mi voz no alcanza
Ahora lento el mundo se abre
Como un ojal de camisa sobre la tela cruda
Reposo mi amor durante días sobre el establo
Celebro cada amanecer con cebada
Y una de mis manos aprieta fuerte el corazón de quien he amado.
Habitual la mañana se despide
Y algo en la distancia, como fuego, presagio o caravana espera.
Este que escribe estas vagas líneas
Y que no es Walt Whitman
Se ha paseado desnudo y hermoso por pensiones y hospitales
Por almacenes hoy ya clausurados
Ha visto ese otro sol
Eso otro Candem de vidrio y ceniza
Se ha roto ante los ojos de su amante
Para que éste le crea
Para que en verso preciso algo también se rompa
Para que en el poema templen el oro y la cura.
Ha dormido
Y en el sueño ha creído ser Walt Whitman.
CHINA WHITE
Mother Mary China White
Tori Amos
El árbol es una lámpara
Un viejo relato de bosques y laderas cercadas de crucifijos
Los criminales son reptiles
Que trepan al árbol en busca de cubos de azúcar
Almendra alcanza un poco de pan y lo moja en la miel
Que es más dulce que la sangre
Una sonrisa empaña el espejo diamante
El curso del tiempo cabe en el nudo de una cuerda
El árbol es una lámpara
Una piedra en el vórtice
Una mano que escarba las zanjas abiertas de otra mano.
POEMA DEL PORQUÉ DE LAS COSAS
¿Por qué? ¿Por qué este árbol que tengo enfrente no me dice nada?
¿Por qué no me habla o le salen ojos?
Grandes ojos que me miren o se echen a llorar un rato
¿O por qué la casa, las cosas (los cuadros, los cuchillos, la mesa) no atentan un día de estos contra mí y me matan?
¿Es que soy tan bueno? ¿Es que sólo el cigarrillo, la cafeína, el alcohol o tu desamor se adjudicarán la lenta y fatal caída de este cuerpo enfermo?
En vano me levanto cada mañana
Preparo el café y lo bebo
Apoyo los codos en la mesa, maltratando las flores dibujadas del mantel
Las moscas vuelan en círculo y comen del polen regado por mi descuido
Sin duda alguna esta es mi casa
Este es mi velorio y mi ruina.
HÉCTOR ROJAS HERAZO
Busco y hallo
El verano, como una herencia prometida por mis mayores
Estos frutos no recogidos de la cosecha
Busco y desentierro
Aun tibios los gangrenados miembros del almirante y el
minúsculo jardín que sobre ellos ha brotado
Busco y hallo
Estas oscuras cosas
Estos viejos documentos donde el tiempo ha asentado su sentencia,
su postrado hueso
Busco y encuentro
Uno y todo
Todo a su tallo erguido
Todo en su abandono acomodado
En su ceniza y su vinagre
Busco y callo
Para que todo madure en su brevedad imposible.
LOS MINUTOS RESTANTES DE PUCK
Fui pumkin
Fui gueto Immer Bosnia
Fui Garçon D’Honneur
Fui Queen Elizabeth
Las cofradías ocultas
Fui stereo MC’s
Fui Robert Zimmerman
La casa encantada de Emily Dickinson
Fui l’eau d’un chapeau
Fui Aurelio Arturo al empezar el día
y ya en la tarde de neón era Gonzalo Arango
pisando el césped con botas de hule.
Fui pumkin
Fui gueto Immer Sarajevo
Fui Bergerec
Fui el hotel Grand Royal
Los restantes minutos de Puck
Fui huîter
Fui Ezra Pound “Un quebrado manojo de espejos”
Fui el Jerarca Brown
China White/Los cantos oscuros de Sioux Vidal
Fui miss Jhonsson de California
Fui el nudo de una corbata
L´irresistible jouet
Fui Jean Cocteau
L’ enfant terrible
Y ya la noche ceñía con encajes mi turbio vestido
de primorosos cantos
Fui Jean Cocteau
Y mientras lo era alguien despertaba del coma con las manos
llenas de nieve
Fui Pumkin
Fui gueto Always pedestal
Fui Huckleberry Finn
Fui Gay Lussac
El nuevo barrio obrero
Fui la pirámide ópera
Un rosal de volcánicas fluorescencias
Fui Silvia Plath y los niños desquiciados del orfanato
Fui una calabaza de grandes ojos destellantes, y el hacha que hirió al roble y la porcelana John Better Armella
Fui your little darling
Una tóxica isla de flamingos
La arquitectura efímera
Las huellas que conducían
a la entrada de un viejo granero
Fui pumkin
Fui gueto
Fui una niña pobremente vestida, deambulando por las calles
de sacramento
Tenía 14 años…
Fui la novia del átomo
Fui y luego llegaron los otros
Fui Go Toba en su silla de lisiado inmóvil ante ese último crepúsculo
Fui el cuerpo de su amado
Dorado plateado en el amanecer de Río de Janeiro
Fui la inexacta geometría
Lo que no alcanzó a hacer luna o espejo
El pálido terciopelo del agua
El cadáver que guardaba los diamantes en su fondo oscuro
Fui y nadie lo fue antes
Nadie puso la sortija a la entrada de la madriguera
No grita la blanca muchacha desde la alta torre
Nada asciende desde el fondo del estante
¡Y cada vez más noche!
PREÁMBULO DE DISCURSO DE SIOUX VIDAL PARA LEERSE EN LOS DÍAS IMPOSIBLES
En esta forma, en este pedazo de cielo.
Imperfectos y llenos de gracia,
nuestra voz hizo eco, agrietó el cristal y
siguió vibrando.
Salimos de un pacífico encierro para entrar
a un ring de amarguras.
Nos llamaron raros, transgenders,
maricones, maricas, freaks de mierda, dejamos la baba celeste
de nuestro andar por bares y calles pavimentadas de miedo,
pero aquí estamos, sonriendo ante las cámaras.
Aquí estamos mirándonos en el reflejo de la limosina que
pasa veloz, en uno de los espejuelos de la bola de la disco.
¡Y sí que somos raros!
Los más raros de todos, tenemos largos
cuellos de jirafas, ceñidas plumas nacaradas, arqueadas
garras de buitres para devorar el cadáver de quienes
nos censuran, aletas y cuernos que traspasan nuestra piel: respiramos
bajo el agua, urdimos bajo la tierra.
Los más raros de la feria ambulante: miren a mi hermana
y sus dos vaginas, una que pare, otra que habla.
Miren mi pene, su punta coronada de espinas,
miren a mi hermano José, muerto hace más de un siglo
y convertido ahora en la medusa
transfigurada, sientan su aliento de cloroformo,
sus eléctricos tentáculos que
piden a gritos un abrazo.
De esta forma nacimos, dando alaridos en las clínicas
clandestinas, todavía con un pedazo de útero en
nuestras bocas, y aunque interrumpimos el llanto,
no hemos dejado de derramar lágrimas cada vez que
uno de los nuestros es perseguido, atado, obligado a revelar
el secreto que nos une.
De esta forma, en este pedazo de cielo, desnudos y
atravesando en hordas el desierto, nosotros, los llamados
a renacer, recibimos gustosos la lluvia de fuego que se
gesta en el horizonte.
JOHN BETTER ARMELLA
Escritor y periodista costeño. Sus textos empezaron a aparecer hace más de diez años en la escena de la cultura local barranquillera. Para 2006 aparece su libro de poemas titulado China White, reeditado en 2011 por la editorial Pluma de Mompox, para la colección “Voces de fuego: memorias del Bicentenario”. En los últimos años Better se ha dedicado a publicar crónicas y relatos en medios locales y, finalmente, los compila en Locas de felicidad, un libro que ha merecido la crítica favorable de autores como el respetado cronista chileno Pedro Lemebel (quien fue su prologuista), Jaime Manrique, Alonso Sánchez Baute y Fernando Vallejo. Es redactor del periódico El Heraldo y otros medios nacionales como Arcadia, Soho, Carrusel.