Poesía francesa del siglo XX # 4 - PAUL ELUARD
Nota y selección de Alejandro Cortés González
Haber estado en Suiza durante la Primera Guerra Mundial trabajando como enfermero de un sanatorio, le permitió acercarse al dadaísmo, movimiento en cuya estética se enmarcaron sus primeros poemas. Posteriormente, viajó a París para unirse a Breton y Aragon e impulsar el movimiento surrealista, el cual marcó su segunda y más conocida etapa estética. Finalmente, durante la ocupación alemana a Francia, militó en el comunismo y se unió a la resistencia desde su territorio: la poesía. Razón por la cual fue perseguido por la Gestapo.
La poesía da la posibilidad paradójica de alejarse de sí para encontrarse; de apartarse del mundo para sentir su real afectación. Estas tres etapas de Europa fueron también las etapas poéticas de Eluard, un poeta que primero quiso revertir la realidad, luego ir más allá de ella y, finalmente, combatirla.
Lo que la mano ha tomado ni siquiera se digna tomar la forma
de la mano,
Lo que ha sido comprendido ya no existe,
El pájaro se ha confundido con el viento,
El cielo con su verdad,
El hombre con su realidad.
ETAPA DADAÍSTA
De Las desdichas de los inmortales, 1922
Les malheurs des immortels
Para vivir aquí
Yo hice un fuego, el azur me había abandonado,
un fuego para ser su amigo,
un fuego para introducirme en la noche invernal,
un fuego para vivir mejor;
Yo le di aquello que el día me había dado:
los bosques, las zarzas, los campos de trigo, las viñas,
los nidos y sus pájaros, las casas y sus llaves,
los insectos, las flores, las hormigas, las fiestas.
Yo viví al solo ruido de sus llamas crepitantes,
al perfume de su calor;
yo era como un barco navegando en un agua cerrada,
como un muerto yo no tenía más que un único elemento.
El éxtasis
Estoy ante este paisaje femenino
Como un niño ante el fuego
Sonriendo vagamente con lágrimas en los ojos
Ante este paisaje en que todo me emociona
Donde espejos se empañan donde espejos se limpian
Reflejando dos cuerpos desnudos estación a estación
Tengo tantas razones para perderme
En esta tierra sin caminos bajo este cielo sin horizonte
Hermosas razones que ayer ignoraba
Y que ya nunca olvidaré
Hermosas llaves de miradas claves hijas de sí mismas
Ante este paisaje donde la naturaleza es mía
Ante el fuego el primer fuego
Buena razón maestra
Estrella identificada
Y en la tierra y bajo el cielo fuera de mi corazón y en él
Segundo brote primera hoja verde
Que el mar cubre con sus alas
Y el sol al fondo de todo que viene de nosotros
Estoy ante este paisaje femenino
Como rama en el fuego.
ETAPA SURREALISTA
De Morir de no morir, 1924
Mourir de ne pas mourir
Jamás soñé con noche tan bella
Jamás soñé con noche tan bella
Las mujeres del jardín tratan de besarme
Sostenes del cielo, los árboles inmóviles
Abrazan fuertemente la sombra que los sostiene.
Una mujer de corazón pálido
Guarda la noche en sus vestidos
El amor ha descubierto la noche
Sobre sus senos impalpables.
¿Cómo poder gozar de todo?
Mejor borrarlo todo.
El hombre de la movilidad total
Del sacrificio total, de la conquista total
Duerme. Duerme, duerme, duerme.
Borra con sus suspiros la noche minúscula, invisible.
No sufre ni frío ni calor.
Su prisionero se ha evadido para dormir
No está muerto, duerme.
Mientras dormía
Todo lo asombraba,
Jugaba ardorosamente,
Miraba,
Oía.
Su última palabra:
"Si volviera a empezar, te encontraría sin buscarte".
Él duerme, duerme, duerme.
En vano el alba alza la cabeza,
Él duerme.
De Capital del dolor, 1926
Capitale de la douleur
El espejo de un momento
Disipa el día,
Muestra a los hombres las imágenes desligadas de la apariencia,
Quita a los hombres la posibilidad de distraerse,
Es duro como la piedra,
La piedra informe,
La piedra del movimiento y de la vista,
Y tiene tal resplandor que todas las armaduras y todas las máscaras
quedan falseadas.
Lo que la mano ha tomado ni siquiera se digna tomar la forma
de la mano,
Lo que ha sido comprendido ya no existe,
El pájaro se ha confundido con el viento,
El cielo con su verdad,
El hombre con su realidad.
De El amor la poesía, 1929
6
Tú la unica y escucho las hierbas de tu risa
A ti te arrebata tu cabeza
Y desde lo alto de los peligros de la muerte
Bajo los globos enmarañados por la lluvia de los valles
Bajo la pesada luz bajo el cielo de la tierra
Tú engendras la caída.
Los pájaros ya no son refugio suficiente
Ni la pereza ni la fatiga
El recuerdo de los bosques y de los arroyos frágiles
En la mañana de los caprichos
En la mañana de las caricias visibles
En la clara mañana de la ausencia la caída.
Las barcas de tus ojos se extravían
En el encaje de las desapariciones
El abismo es revelado que los otros lo extingan
Las sombras que tú creas no tienen derecho a la noche.
20
Al alba te amo tengo toda la noche en las venas
Toda la noche te he contemplado
Tengo que adivinarlo todo me siento seguro en las tinieblas
Ellas me conceden el poder
De envolverte
De sacudirte deseo de vivir
En el seno de mi inmovilidad
El poder de revelarte
De liberarte de perderte
Llama invisible de día.
Si te vas la puerta se abre hacia el día
Si te vas la puerta se abre hacia mí mismo.
28
Roja enamorada
Para compartir tu placer
Yo me tiño de dolor
Yo he vivido tú cierras los ojos
Te encierras en mí
Acepta entonces vivir.
Todo lo que se repite es incomprensible
Tú naces en un espejo
Delante de mi antigua imagen.
29
Sería preciso que un sólo rostro
Respondiera por todos los nombres del mundo.
De Defensa del saber, 1932
Défense de savoir
La aventura pende del cuello de su rival...
La aventura pende del cuello de su rival
El amor cuya mirada se encuentra o se extravía
En los espacios de los ojos desiertos o poblados.
Todas las aventuras del rostro humano
Gritos sin eco signos de tiempos muertos que nadie recuerda
Tantos rostros hermosos tan hermosos
Ocultos por las lágrimas
Tantos ojos tan seguros de sus noches
Como amantes que mueren juntos
Tantos besos al abrigo de la roca y tanta agua sin nubes
Apariciones surgidas de ausencias eternas
Todo era digno de ser amado
Los tesoros son paredes con sombra ciega
Y el amor está en el mundo para olvidar al mundo.
La enamorada
Ella vive de pie sobre mis párpados
Sus cabellos están entre los míos
Tiene la forma exacta de mis manos
Y el color de mis ojos que la miran
Ella se hunde entre mi propia sombra
Como una piedra en el azul del cielo.
Ella tiene los ojos siempre abiertos
Y me impide dormir con su mirada
A plena luz sus sueños luminosos
Hacen evaporar todos los soles
Sus sueños me hacen sollozar reír
Y hablar sin tener nada que decir...
Te amo
Te amo por todas las mujeres que no he conocido.
Te amo por todos los tiempos que no he vivido.
Por el olor del mar inmenso y el olor del pan caliente.
Por la nieve que se funde por las primeras flores.
Por los animales puros que el hombre no persigue.
Te amo por amar.
Te amo por todas las mujeres que no amo.
Quién me refleja sino tú misma me veo tan poco
sin ti no veo más que una planicie desierta.
Entre antes y ahora
están todas estas muertes que he sorteado sobre paja.
No he podido atravesar el muro de mi espejo.
Tuve que aprender la vida como se olvida
palabra por palabra
Te amo por tu sabiduría que no me pertenece.
Te amo contra todo lo que no es más que ilusión.
Por el corazón inmortal que no poseo
crees ser la duda y no eres sino razón.
Eres el sol que me sube a la cabeza
cuando estoy seguro de mí.
ETAPA COMUNISTA
De Poesía y verdad, 1942
Poésie et vérité
Libertad
Sobre mis cuadernos de colegial
Sobre el pupitre y los árboles
Sobre la arena sobre la nieve
Escribo tu nombre
Sobre todas las páginas leídas
Sobre todas las páginas en blanco
Piedra, sangre, papel o ceniza
Escribo tu nombre
Sobre las imágenes doradas
Sobre las armas de los belicosos
Sobre la corona de reyes
Escribo tu nombre
Sobre la selva y el desierto
Sobre los nidos sobre las retamas
Sobre el eco de mi infancia
Escribo tu nombre
Sobre las maravillas de las noches
Sobre el pan blanco de los días
Sobre las temporadas desposadas
Escribo tu nombre
Sobre todos mis trapos de azul
Sobre el estanque sol enmohecido
Sobre el lago luna viva
Escribo tu nombre
Sobre los campos sobre el horizonte
Sobre las alas de los pájaros
Y sobre el molino de las sombras
Escribo tu nombre
Sobre cada soplo de aurora
Sobre el mar en los barcos
Sobre la montaña lunática
Escribo tu nombre
Sobre la espuma de las nubes
Sobre los sudores de la tormenta
Sobre la lluvia gruesa e insípida
Escribo tu nombre
Sobre las formas que centellean
Sobre las campanas de los colores
Sobre la verdad física
Escribo tu nombre
Sobre las sendas despertadas
Sobre las carreteras desplegadas
Sobre los lugares que desbordan
Escribo tu nombre
Sobre la lámpara que se enciende
Sobre la lámpara que se apaga
Sobre mis casas reunidas
Escribo tu nombre
Sobre el fruto cortado en dos
Espejo y mi habitación
Sobre mi cama vacía
Escribo tu nombre
Sobre mi perro codicioso y tierno
Sobre sus orejas elaboradas
Sobre su pierna torpe
Escribo tu nombre
Sobre el trampolín de mi puerta
Sobre los objetos familiares
Sobre el mar del fuego bendito
Escribo tu nombre
Sobre toda carne concedida
Sobre la frente de mis amigos
Sobre cada mano que se tiende
Escribo tu nombre
Sobre el cristal de las sorpresas
Sobre los labios atentos
Bien sobre el silencio
Escribo tu nombre
Sobre mis refugios destruidos
Sobre mis faros aplastados
Sobre las paredes de mi problema
Escribo tu nombre
Sobre la ausencia sin deseos
Sobre la soledad desnuda
Sobre las marchas de la muerte
Escribo tu nombre
Sobre la salud vuelta de nuevo
Sobre el riesgo desaparecido
Sobre la esperanza sin recuerdos
Escribo tu nombre
Y por el poder de una palabra
Reinicio mi vida
Nací para conocerte
Para nombrarte
Libertad
De Poemas políticos, 1948
Poèmes politiques
En abril de 1944, París todavía respiraba
Descendíamos hacia el río fiel: ni su ola ni nuestros ojos habían
abandonado a París.
No pequeña ciudad, sino ciudad infantil y maternal.
Ciudad que todo lo atraviesa, como un sendero de verano,
lleno de flores y de pájaros, como un beso profundo, lleno también
de niños sonrientes, y de madres frágiles.
No una ciudad en ruinas, sino una ciudad compleja, marcada por
su desnudez.
Ciudad entre nuestras muñecas como una atadura rota, entre nuestros
ojos como un ojo ya visto, ciudad repetida indefinidamente como un
Ciudad siempre semejante a sí misma.
Vieja ciudad... Entre la ciudad y el hombre no había ni siquiera el espesor
de un muro.
Ciudad de la transparencia, ciudad inocente.
Entre el hombre abandonado y la ciudad desierta, había más que
el espesor de un espejo.
Sólo había una ciudad que presentaba los colores del hombre, tierra
y carne, sangre y savia.
El día que juguetea en el agua, la noche que muere sobre la tierra.
El ritmo del aire puro es más fuerte que la guerra.
Ciudad con la mano tendida, y, entonces, todo mundo ríe y todo mundo
goza. Ciudad ejemplar.
Nadie pudo saltar los puentes que nos conducían al sueño y del sueño
a nuestros sueños y de nuestros sueños a la eternidad.
Ciudad perdurable, donde viví un día nuestra victoria sobre la muerte.
PAUL ELUARD
Seudónimo de Eugène Émile Paul Grindel, nació en Saint-Denis, Francia, el 14 de diciembre de 1895. Hijo del contable Clément Grindel y de la modista Jeanne Grindel. El apellido Éluard lo adoptó de su abuela materna.
En la Primera Guerra Mundial fue enfermero del sanatorio de Davos, Suiza, donde conoció a Elena Ivanovna Diakonova (Gala), su primera esposa y posterior pareja de Salvador Dalí. En Davos comenzó a escribir sus primeros poemas de corte dadaísta y conoció a Tristan Tzara. Luego ingresó al grupo dadaísta en Toulon.
En 1918 conoció a André Breton y Louis Aragon, con quienes impulsó el movimiento surrealista, del cual fue uno de los más importantes exponentes. Durante la ocupación alemana a Francia militó en el comunismo y se alejó del surrealismo, debido a que Breton no simpatizó con la idea de que Eluard apoyara a Stalin. Desde entonces se convirtió en uno de los escritores fundamentales de la resistencia.
Murió en Charenton-le-Pont, Francia, el 18 de noviembre de 1952, por infarto agudo de miocardio. Su cuerpo fue enterrado en el Cementerio del Père-Lachaise, París.
Obras
Etapa dadaísta
1913 : Premiers poèmes
1917 : Le Devoir et l’Inquiétude
1920 : Les Animaux et leurs hommes, les hommes et leurs animaux
1922: Les malheurs des immortels
Etapa surrealista
1923 : L’Amoureuse
1924 : La courbe de tes yeux
1924 : Mourir de ne pas mourir
1925 : Au défaut du silence
1926 : La Dame de carreau
1926 : Capitale de la douleur
1926 : Les Dessous d’une vie ou la Pyramide humaine
1929 : L’Amour la Poésie
1930 : Ralentir travaux
1930 : L’immaculée conception. Escrito en colaboración con André Breton, es un libro de poemas en prosa en el que imitan varias enfermedades mentales, en la vena del método paranoico-crítico de Dalí.
1932 : Défense de savoir
1932 : La Vie immédiate
1935 : La Rose publique
1935 : Facile
1936 : Les Yeux fertiles
1937 : Quelques-uns des mots qui jusqu’ici m’étaient mystérieusement interdits,
1938 : Cours naturel
1938 : La victoire de Guernica
1939 : Donner à voir
1939 :Je ne suis pas seul
1941 : Le Livre ouvert
Etapa comunista
1942 : Poésie et vérité 1942
1942 : Liberté
1943 : Avis
1943 : Courage
1943 : Les Sept poèmes d’amour en guerre
1944 : Au rendez-vous allemand
1946 : Poésie ininterrompue
1947 : Le Cinquième Poème visible
1947 : Notre vie
1947 : À l’intérieur de la vue
1947 : La Courbe de tes yeux
1947 : Le temps déborde
1948 : Poèmes politiques
1951 : Le Phénix