Poema del Viernes # 90
El Poema del Viernes regresa a La Raíz Invertida. En esta ocasión, el poeta mexicano Luis Armenta Malpica.
SANCTUS / BENEDICTUS
El ángel está hecho a imagen de los pájaros.
Se parece a mi madre —o mejor:
es mi abuela.
Ella es irrepetible.
Tal vez desde la muerte
no regresa, como vuelven los pájaros —ángeles terrenales
de tibia cera y nubes,
pero, quizá por eso, Dios inventó a los ángeles.
El ángel es exacto:
cuando la luz escurre, humedece su cuerpo.
Quien lo ama no está solo. Sonríe
a los otros ángeles.
Pero mi abuela ha muerto.
Zarabanda: retumba su tambor sobre tu tumba.
Es el desconocido, el
vulnerado.
Ángel ebrio de Dios, caído —un par de veces; el ángel
amoroso
cuyo vuelo guardó bajo la nuca —le decían
«contrahecho»
nomás por jorobarlo.
Por el mismo desierto de la vida, sin más agua en su boca
que sus manos, también se fue mi abuela
con el fardo de Dios
sobre su espalda.
Mírame ahora, mírame Tú con los ojos de animal de los ángeles.
Márcame para siempre entre los hombros.
Hunde mi cicatriz como señal de vuelo.
Morir es solamente tener un punto negro en la mirada.
Yo sé que moriré, pero no
ahora que estoy en vida de tocar las alas de los ángeles.
Mi vuelo ya no será inconcluso: estoy ebrio de Dios
para igualar los pasos de mi abuela.
Mírame, Dios, cómo me vuelvo un ángel:
semejanza e imagen de tus pájaros.
Desde casa, mis padres
me custodian.
Zarabanda: retumba su mirar sobre mis ojos.
Luis Armenta Malpica