Revista Latinoemerica de Poesía

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48. Edison Navarro



 

Nota y selección por Jorge Valbuena

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Un diálogo como una larga expedición a sus abismos es la poesía de Edison Navarro (Cotacachi, Ecuador, 1983). De las islas que han quedado poblando los pasados y los desvíos, salen pájaros que sobrevuelan el dolor buscando la ruta donde cruza el viento, la niebla y las raíces. El lenguaje cifra sus hebras astilladas de memoria, reúne retazos de aliento para inundar las vértebras de los días, para fabricar un respiro que lo lleve a alguna orilla de la certeza. Estos versos hablan, delimitan el rumor de sus caminos, siendo un cauce de palabras que no se detiene, dejan un sismo urgente en el silencio.

Aquí una selección de sus poemas:

     

 

 

La Guarida

(De: Perros de Niebla)

  

“Después de todo recuerdo que había un niño de tan redonda ternura como si una lágrima ardiente de plomo hubiera caído en mi mano”

Zbigniew Herbert

      Esta es la guarida, aquí el oro es polvo en la ventana (es decir no vale nada); en esta habitación, la risa  gotea desde el techo y rompe la mesa cada vez que llega el pan, pero ese no es mi dolor, de nada sirve el pan si el frío que entra por esa hendija tiene más dientes que mi boca; mi dolor es otro, nace en la medula de tu dedo encendiendo el tocadiscos; está en la prehistoria, en el polvo de la armónica que suena despertando el tiempo de la carne   Ahora se que querías escapar disculpa padre, en ese momento no entendía  Mr. Tambourine man, rompí tus discos de Bob Dylan y con la misma ternura de un avión que se estrella besaste mi frente, no podías hacer más lo sé porque soy tu plegaria y asistí al entierro de tus brazos donde lloraste el valor que te quedaba   Sabías que el fuego te acosaba y quemaría la piel de tus hijos por eso te sentaste tardes enteras a esconder el carbón a descoser de tus fotos la luz de la hoguera; pero padre, la espiral del árbol se repite, lo sé porque heredé este cuerpo en llamas   Querías escapar mientras durara la aguja sobre el vinilo esconderte en la caverna que encontraste bajo la cama y apuñalar  el retrato de tu padre, que ahora eres tú, que seré yo; querías encerrar en el acero los vestigios de la ira pero la sangre te lo impidió, conociste ahí el animal que te asusta       Padre, Mr. Tambourine man está aquí por nosotros Sabe que no podemos ver el futuro nos robaron la fe que tienen otros hombres para abrazarse, he ahí el  desierto, el desarraigo.   Padre, ponte el abrigo y ven abrazando tu dolor el perfume de la estirpe que es barranco nace hoy en el filo de mi daga y penetra la piel del destino. Los pantalones que cubrieron tu niñez no son tu culpa quien iba a saber que tus piernas jamás crecerían.   Arrástrate padre, piensa por tu bien que has triunfado pide a los hombres que enfrentaron el silencio que canten los colores de la arena, el plantón oscuro que gira, la canción que no suena sino en tu llanto.        

 

 

 

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(De: Des-Habitado)

    … de todos nuestros días, esos que engendramos en el rincón de tus venas, ninguno recuerda el cómo caminar sobre las aguas   se ahogan se mojan nadan han tragado tanta sal que explotan antes de ir a la cama   los días que hemos engendrado son piedras se hunden en la orilla no sirven ni para romper ventanas menos para construir una casa se estrangulan entre sí quieren llenarse de sol y terminan lloviendo; son un anzuelo para pescar zapatos de náufrago son días así nomás así, sin ton ni son ante esta necesidad de vivir   al parecer hemos engendrado perros de niebla bisagras para la puerta de salida un calendario que no tiene pared para asirse al tiempo.      

 

 

 

 

Elefante

(De: Perros de Niebla)

     Mi cráneo Mi cráneo roto Mi cráneo roto no es igual al cráneo de otros elefantes, es una pradera lumínica donde se asienta el paraíso de las algas; en mi cráneo todos lloran al hombre solo que arrastra la botella de sus huesos lo lloran porque piensan: -¿qué difícil será vivir siendo un elefante?- -un elefante nunca olvida-   tengo elefantiasis en las venas y siento cómo un pueblo marítimo arroja su soledad en costales nunca el beso, el primero, siempre el último dolor   mi cráneo de elefante nombra a cada paso una mujer enclavada en la herida declama a la mujer tatuada en su parietal sí, en el parietal, porque nació sin costillas, yo ruedo sobre la piel para llegar al espejo y mirar el ojo de ceniza donde nos crece el amor   Mi cráneo Mi cráneo roto Mi cráneo roto de elefante es otro pueblo cientos de hombre diminutos y sus cráneos gigantes son un bosque, parecen ramas de marfil vistos desde la frontera, pero no son más que un jardín devastado   Todos lloran todos tienen un cráneo roto ¿qué hacen los hombres solos con un cráneo roto de elefante?   Los elefantes no olvidan. 

 

 

 

    

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(De: Des-Habitado)

      Somos la distancia entre desaparecidos esa suma brutal de pájaros inertes donde llueven estacas, o rifles disparando dedos   Abrimos el telón para iniciar este teatro de pulgas, desalojo de cuerpos que no caben en el pecho, somos una fosa común el zumbido de una mosca que devora pupilas, alguna botella de huesos.   Sumamos lo mismo que un enfermo a las filas de esta marcha de encías donde se arrincona un perro   Somos un ábaco de dientes cálculo de cruces para llorar al feto en la ventana     el que ahora SOY.    

 

 

 

 

Piedra al perro

(De: Perros de Niebla)

    Siempre quise decir a mi madre, que todo es su culpa; yo no pedí la noche en este mundo que se repite en la radiografía del espanto, vociferando que debo ser mejor, que todo lo que he leído es mentira, que a la mierda Marx y la lucha sin sentido, porque el capital es mas fuerte que mis manos atrapando el frío. Y  no hay duda, mis manos atrapan el frío y pierdo, mis manos tocan una mujer y es ausente melodía; quizá un topo golpeando un madero es mejor tacto que mis manos. Pero mi madre no tiene la culpa y la dejo en paz, porque soy yo el que rompió la clavícula del viento. Estoy de pié y tambaleando, ebrio, porque solo ebrio puedo ser un ebrio que abraza, porque solo ebrio puedo escribir la condena que merezco por romper ventanas y correr sin una pierna, pensando que es posible escapar.   Nadie escapa, nadie es – capa, nadie escapa.   Soy un hombre bueno, hice siempre las cosas esperando el diluvio, pero llegó el sol a quemar la paja, una rama, un brazo de árbol, un árbol, un pájaro, y no hay quien apague el infierno por que el infierno es la memoria y la memoria no se extingue, porque sobrevive en la lengua de todos los muertos y los muertos no callan, porque callar es para los vivos que temen decir que han llorado cobardemente.   Yo no, yo estoy llorando sobre una piedra.   He vivido tantas veces, he sido el espejo  y no el desierto, por eso se lo que es caer de un caballo y levantarse roto la mandíbula para seguir besando. Siempre tuve valor, pero ante este agujero en la pared no se puede, es un enemigo que no entiendo, me saca de la cama para decirme que siembre sobre el papel y no siembro porque falta semilla. No se si esto es un poema, pero si es la foto de mi infancia. Huele a carbón, el tiempo esta haciendo su trabajo, es locomotora que se pierde sobre la riel inexistente. No hay vuelta atrás, nadie puede vivir dos veces en el mismo molino, mañana vendrá un huracán a buscarme, tomaré mi arma para disparar al cielo y romper toda la arena. En este cataclismo, aprendí andar en bicicleta, vivo de las ruinas donde crece el verano. Hoy charlé con mis huellas, mañana le pediré a mi madre, que lance sin temor la primera piedra  

 

 

 

       

Laberinto

(De: Perros de Niebla)

 

La enredadera de piedra donde habita el minotauro  es para siempre el arquetipo de la soledad, y al mismo tiempo el camino.

      Agarrados de una mochila de acero; igual que en el vientre de una mujer innombrable, metimos la cabeza por el orificio más profundo de la piel deseando extender la luz  y el calor entre las persianas del tiempo. No entendimos jamás que el laberinto no es una línea recta llena de amapolas, que al primer giro seriamos niños solos buscando abrir desde la ventana el candado de la alegría. Éramos dos intentando atrapar con una vara de capulí el filo de ese muro inmenso que erigió el desamor; pero nos faltó el aliento, ......................................una escalera, la silla para alcanzar el frio y descubrir el aguacero.   Al fin y al cabo éramos dos, que nos importaba perdernos en el espejo, íbamos a ser semejantes para siempre: un jarrón roto en la retina, ..........................................una gota de sangre en la pared.   Viéndonos fue que entendimos: qué es perderse.   Dentro de un laberinto hay otro laberinto que nos hace menos humanos; un laberinto que cegó la ternura del viento; dentro de un laberinto hay un millón de aves con la misma estructura del caracol que delata el número de Dios   Sé que lograste salir lleno de miedo y rabia, escribiste en la pared: -De aquí  escapó el minotauro menor para fuera ser vacío en el vacío, el hallado entre tanta mirada perdida, el laberinto-.   Al menos tu aprendiste a vivir, yo sigo pensando en aquel perro que ladra   Doy mil pasos y vuelvo al lugar donde sé estar, la catedral de nuestra infancia de cartón con la que descendimos montañas verdes, mil pasos más y el mar no existe, vuelvo al lugar donde crecí: un patio lleno de maíz desperdigado que debo incrustar a su mazorca. Al fin tomo consciencia , hay un cadáver en la  bisagra la bisagra abre una puerta, una puerta es el arquetipo del escape, otra vez.      

 

 

 

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(De: Des-Habitado)

    Cuando dijiste corre, la  pata de palo de mi armario ..............................................y mis otras piernas sustitutas, ............................................................................................corrieron, dejaron a desnivel el rincón construido en los huesos, la silla de mi niñez ahora tiene tres patas ..............................................................igual que la cama .........................................................................................igual que la mesa y sus migas.   Sin atinar dónde, ..........................corrieron, esperando una zancadilla que las desarmase, para no quemar nuestra casa. Cuando dijiste corre corrí con un fósforo en la mano, hoy soy lo mismo que un patojo en llamas .................................................................una luciérnaga borracha ...................................................................................Nerón en sube y baja

c

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b

a

j

o

       

 

 

 

 

Sentencia

(De: Perros de Niebla)

     Maten al hombre que soy, sepulten mi cráneo junto un árbol fértil porque nada abonará la astilla que ha bebido copiosamente del espanto.   Maten al hombre que soy y dejen hablar al impostor él dirá la verdad, sabe cómo trizar un hueso con los dientes cómo partir de un tajo la ternura columna vertebral de un niño que juega en la arena; él les dirá que he matado mil veces y deberán créelo, fue testigo del pie que rompí jugando a ser pluma sabe dónde oculté la bufanda horrible que tejió mi madre para abrigar la tristeza   (el iceberg será victima del infierno y no de la piel de un bisonte)   No crean de mi una sola palabra podría decir que soy feliz sobre mi bicicleta y no caerían en cuanta que hace 30 años tengo la piel enredada en la cadena desgarrando el equilibrio de esta bocanada de aire. Voy a caer con los ojos abiertos sobre el cristal vomitaré en sus manos la miseria de un dios abyecto y ni aun así crean que esas vísceras son mías, son doscientos seis animales los que forman mi cuerpo.   Que hable al impostor que nombre a todas las hormigas en ellas está la carcajada, una estampida de rinocerontes ebrios fantasmas del amor , mecánica inútil de un rifle sonriente   Dejen que hable mi pierna derecha conoce más que mi sombra el peso de la hoguera, entenderán entonces a los pájaros que escapan del fuego sobreviviendo al dolor de las cenizas.   He llorado cascadas frente a mi cuerpo, los cadáveres que me dieron alegría no podrán quejarse empeñe el fémur de mi hijo para construir esta casa sobre la amenaza del tiempo.   Duermo feliz entre los perros que nacieron ayer, griten, vociferen, maten al hombre que soy antes  que despierte y encienda la luz.        

 

 

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(De: Des-Habitado)

  Quizá está escrito: la casa se hará polvo y florecerán cuervos sobre tu boca,   ....................!!no te alarmes!!   si saben volar .........................se irán conmigo

 

   

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  EDISON NAVARRO CANSINO - (Cotacachi – Ecuador, 1983). Escritor y Comunicador Social. Ha publicado los libros “Umbilikal” (Casa de la Cultura Ecuatoriana Núcleo de Imbabura 2011), DES-HABITADO (Jaguar Editorial 2012). Textos suyos aparecen en revistas, antologías y selecciones poéticas dentro y fuera del país. Mantiene el Blog de poesía www.umbilicalmundo.blogspot.com Actualmente trabaja en su libro “Perros de Niebla” próximo a publicarse.



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