Revista Latinoemerica de Poesía

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Natalia Perhi



Compartimos tres poemas inéditos de la poetisa costarricense Natalia Pérez Hidalgo (Natalia Perhi), 1986.


I

Hoy hablo de melancolía, de la mía
esa que parece dama sola y elegante
que camina entre los pueblos y ciudades
tejidos como una especie de geografía para el dolor

¿qué se supone que haga con ella?

Podría ser su homicida

Enterraría sus restos en una selva remota, donde la humedad de este trópico la
Desapareciera, enredada en las ramas, raíces y bejucos de un árbol que quiso ser cómplice
(los árboles comprenden mejor al humano, aunque no compartan sus razones)

Si una pudiera, en secreto, morir
morir de una dosis alta de desamor o de decepción, pero así, sin dejar rastros a los cercanos, sin dejar sospechas ni siquiera en los gusanos hambrientos de carne descompuesta

Hoy me apetece quitarme la venda de la cara, para poder respirar desde una mirada autocompasiva

Quisiera que el tatuaje que llevo en la cadera me cuente ese cuento de cómo una mujer gruñe y despedaza las amenazas de los días y los deja llenos de mordiscos y arañazos y sobrevive,
las mujeres tienen esa fuerza licántropa intrínseca y orgánica

hoy no puedo respirar profundo
poco puedo
porque el alma se me enferma de una gripe de ocho días

cobijaré este lenguaje
con todo mi enojo

si digo melancolía, si nombro la esperanza,
si pronuncio el poema
con seguridad
el universo se echará al suelo
haciendo una reverencia al dios de la palabra

y entonces obtendré
consuelo
como bolsa de tela
que guardará hasta nuevo aviso
mis ventrículos heridos


II

El vicio de mirarte a los ojos y saber callar las ganas,
De apoyar las palmas y el calor te dejé la piel adoquinada de verano

Besos, pescados al vuelo por un alcatraz fornido, entregado al viento,
en elegante encuentro de ráfagas saladas

Sos esa mala costumbre que tengo de repetir carnavales,
de andar los caminos viejos y seguir saboreando el aroma de tu pelo

El vicio de la calle oscura que murmura tus pasos cuando no estás,
que colecciona plantitas de mala hierba entre las aceras de los pueblos de piedra

El reloj no detiene nunca el paso, ni aún cansado de memorias y siglos
y aunque somos nada en la línea del universo, yo sigo atada a esta selva de miradas y
fuegos, de risas sinceras, de esto que es solo nuestro:
el vicio de mirarte a los ojos, saberte auténtico y perderme en vos.


III

Se dice mañana
la esperanza etérea
la secuencia viva de un latido
el golpe de la gota en la lámina del cielo
Se dice eterna
la palabra inmensa que galopa libre
y atraviesa el labio, carne y alma
Me digo perpetua,
en mi legado de letras firmes,
en la venganza que traman los olivos cuando escarcha la madrugada
siglo tras siglo


Natalia Pérez Hidalgo nació el 20 de febrero de 1986, en San José de Costa Rica. Estudió Filología Española en la Universidad de Costa Rica y, posteriormente, obtuvo su título de Maestría en Lengua y Literatura Hispánica en la Universitat Autonòma de Barcelona, gracias a una beca de estudios de la Unión Europea.
Su pasión por las letras se remite a su niñez, desde muy pequeña escribe versos y poemas. Ha escrito ensayos, compilados de poesía y cuentos. Sus publicaciones más recientes son Capitán de pies pequeños 2024 (Casa Garabato, Costa Rica) y Estación Chevron 2024 (Abecedaria Editoras & Estudios Culturales).



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