Jorge Andrés Garavito Cárdenas
A continuación presentamos una selección de poemas de JORGE ANDRÉS GARAVITO CÁRDENAS (Bucaramanga, Colombia, 1987). Casi historiador, graduado de Estudios Literarios de la Universidad Nacional. Escritor, editor, librero y gestor cultural. Miembro fundador de varios proyectos literarios como Cinismo sin ismos, Semanario PAN, Cínica editorial, PANKFLETO y la librería CINICOTECA. Ha publicado en varios medios impresos y digitales reseñas, entrevistas, ensayos, poemas, artículos, y relatos, aparte de un par de novelas cortas y algunas plaquettes. Es autor de Los odontólogos del horror (Escarabajo editorial, 2021).
En el sonido del fusil
(del plaquette Cianuro presidencial)
Yo veía poesía en el sonido del fusil
Rompiendo el silencio del ignorante enemigo escondido en la rivera;
Hoy veo poesía en su ausencia.
El silencio de estos valles
Trae temor y descanso
Como si así definiéramos la muerte.
Pero yo la conozco
Y es escandalosa,
Hasta algunos la llaman la llorona
Y sé que su ruido no es el mismo
De los pasos
O los árboles
O los llantos.
No.
Su ruido se emparenta
Con el del miedo en la mañana
Ese que no deja descansar
Porque algo siempre acecha.
De los pasos
O los árboles
O los llantos.
Eso lo aprendimos en el monte
Eso, y que la muerte no tiene distingo
Pero los vivos se engañan y dicen que sí.
Hace ya un tiempo que estamos en poesía.
Hace ya un tiempo que tenemos este paraíso de silencio
Pero seguimos escuchando el escándalo de la muerte.
Yo nunca pensé, y lo digo en serio,
Llegar a hablar de poesía algún día.
Siempre me dije que el fusil
Hablaba en voz alta por mí,
Porque así lo hizo papá, mi abuelo y su padre.
Desde los pasos
Los árboles
O los llantos.
Pero aquí estoy, y no sé cómo sentirlo.
Ahora me entero de que la poesía es más famosa por hablar de la
guerra
Es decir que yo venía haciéndola sin darme cuenta,
Y así se hace la verdadera poesía, me dijo el maestro,
Pero yo veía la poesía antes, como lo dije ahora,
En el sonido del fusil cruzando la rivera
Como si así fuera el canto del gallo
Que nos trajera el sol rojo que anhelamos.
Ahora sé que la poesía está más cercana al silencio,
Porque la cosas que tenemos que decir
Están en otra forma
Que ya no le cabe a este lenguaje,
Ni tal vez a ningún otro
Y por eso el silencio
Que ahora llamo poesía
Ese que da miedo en el valle
Puede ser el germen, la semilla
Del nuevo lenguaje con el que hablemos
Los del canto del gallo y el sol rojo,
Los de la nueva mañana,
Porque los poetas siempre han sido guerreros.
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No te preocupes
para Google todos tenemos cáncer.
(del plaquette El ataque de los adolescentes cosmonautas del espacio interior)
He organizado una buena playlist
con ella tú podrás subir tan alto
tan alto
tan alto
cuanto quieras
y yo de aquí no me moveré.
Hay una chica que me pregunta
¿Cuánto te quedarás?
y yo siempre le respondo
“Tranquila nena, tu sube todo lo alto que quieras que yo de aquí no me moveré”.
Ella es una chica a la que siempre le respondo.
“No te preocupes.
He dejado tan bien puestas las canciones que hacen que el cielo y el infierno entonen la misma melodía.”
Y ella sube
sube tan alto que pienso
Ella es una chica capaz de subir tan alto que nunca la alcanzaré.
Pero tu sube,
sube tan alto
tan alto
y tranquila que yo de aquí no me moveré.
He organizado una muy buena playlist
en serio
que hace que esa chica suba tan alto -tan alto- que ya no la alcanza el perfume de la mierda que nos rodea.
No te preocupes
yo buscaré en Google una teoría de conspiración en donde todo esto sea mentira; sufrir así no puede ser natural.
Hay una chica que me pregunta
¿Nos volveremos a ver?
Y yo siempre le respondo
“Tranquila cariño, todos llegaremos al mar. No hay río, por más dulce, delgado y lento que sea, que pueda escapar de él.”
Ella es una chica que me pregunta ¿Cuándo baje nos volveremos a ver?
y yo siempre le respondo
“Confía nena
he organizado una muy buena playlist
en serio
Tan buena que podrás reír, llorar
sin límites
todo cuanto quieras
Confía nena
yo de aquí no me moveré.
Tú sube tranquila
tan alto
hasta donde nadie te alcance
donde nadie te haga daño
donde nadie quiera decirte cómo debes vivir.
He organizado una muy buena playlist
Están tan bien enlazadas las canciones que parecen un solo coro
ya lo sabes
cuando están bien puestas
todas las canciones suenan igual.
No te preocupes
-ya lo sé-
estoy viralizando un meme que haga que el amor no duela y que al subir no tengamos que bajar.
Sí, te escuche:
Ella es una mujer que sabe que todos nacimos de una mujer. Pasas toda tu vida queriendo volver, me dice, estar dentro, volver al vientre: como si no quisieras haber nacido, me dice.
Ella es una mujer que me hace notar lo parecido que es el amor a la muerte.
Y yo siempre le respondo
“No te preocupes
ya lo sé
Pero al bajar
prométeme que no llorarás cuando nos encontremos en el mar”.
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Es culpa del lenguaje
(del plaquette Los espejos sangrantes)
La mirada detrás de lo que veo quiere que le
entienda, pero cómo me vuelvo sin dejar de
ver al frente?
Es culpa de la luz
y del nitrato de plata que no se puede
poner a las gafas
porque no son para eso Jorge,
ya lo sabes.
La voz detrás de lo que digo quiere que le
entienda, pero qué significa ese montón de
palomas que suelta desde su boca?
Es culpa del sonido
y de los comerciales de crema de dientes,
ahora con cristales de frescura.
Estos ojos detrás de lo que escribo quieren
entenderme, pero qué significa su intraducible
vida a esta experiencia ajena que soy?
Es culpa del lenguaje
y de todos estos malditos libros,
siempre con promesas de
transcribir lo que sentimos.
SOBRE ROMPER
ESPEJOS
(del plaquette Los espejos sangrantes)
Lo bueno de romper espejos es que los multiplicas, y aumenta tu punto de vista, o eso te hacen creer. Cuando te lavas los dientes puede ser útil, pero peligroso cuando extrañas a alguien: no, multiplicar tu imagen no te hace sentir menos solo. Un espejo roto te puede hacer creer que es como el fuego, multiplicable hasta el infinito- sabes que no es así, tiene un límite y casi siempre al saltarlo caerás al charco de tu sangre.
Te lo dije, ya no más,
no me muestres tu lado flaco.
Ya no más, que siempre que lo he visto,
he sido yo el que ha salido famélico.
Es que lo sabes, no me gustan los espejos;
son tan arrogantes
siempre con tanta pedante razón.
Diciendo que por más que me esfuerce
resulto siempre reflejo.
Y mi juicio, esforzado también por
encontrar un lugar, allá en ti, o en
cualquier otro otro, resbalará, atópico,
algunas veces más engañado que en otras,
por entre los lisos fragmentos de este
cristal, que esta mañana resulté siendo.
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ESTANTERÍAS
(del plaquette HAMBRE: prohíban el hambre, es alucinógena)
Yo quiero construir estanterías.
Son otros los que se encargan de construir
objetos que las llenan.
¿Esto podría ser explicado?
El alimento del alma
contrario al alimento del cuerpo
es el que te da hambre.
¿Quién puede explicarlo?
Solo los que lo vivimos
-entenderán entendidos-
Son otros los que se encargan de construir
objetos que las llenan.
Yo quiero construir estanterías
Cajones vacíos
y ensanchar mi alma como una gran bodega.
Me importa más encontrar lo que me da hambre
que lo que me sacia.
MANIFIESTO
(del libro Los Odontólogos del Horror)
El ratón Pérez y el hada de los dientes son dos multinacionales más, dedicadas al comercio del marfil y a la explotación infantil. Han conseguido toda una industria con sus nombres. Por supuesto comparten acciones con otras corporaciones: dulces, bebidas azucaradas, toda la odontología del mundo; los deportes y la industria cultural. Sí, la odontología les pertenece. Son su rama más macabra. Todos los odontólogos del mundo son su ejército privado. Asesinos a sueldo escondidos en las trincheras de la salud. Tú no lo sabes, porque compraron la industria cultural. Tal vez el 99% de la basura audiovisual que te metes está contaminada por ellos. Nosotros lo descubrimos y hemos iniciado una lucha. El nombre Las Caries lo puso la prensa, no nosotros. La prensa, parte de la superestructura que sostiene ideológicamente a los odontólogos. ¿Has notado que todos los presentadores tienen sonrisas bonitas? Desconfiamos de todas las sonrisas bonitas. Sus alientos frescos son la fachada que cubre la tortura a la que son sometidos esos pobres zombis. Nos llaman caries porque somos el puño que destruye esas falsas sonrisas blancas. Somos el aliento podrido de las mañanas en las que despertamos con los sueños muertos. Nos inventamos nuevos sueños. Desmueletados, pero peligrosos. Somos el sarro de toda su hipócrita corrección política. Somos el tinto hirviendo en la garganta, la lucha contra la censura. La guerrilla sin frenos. Violentos fumadores de hielo regados por las sombras, riéndonos a carcajadas, enfrentándonos a bala contra los odontólogos del horror. Tenemos placas esperando, donde colgaremos la cabeza estúpida del hada de los dientes y de esa rata de Pérez. Somos gritos hilarantes. Pondremos bombas en todos los consultorios. Liberaremos las sonrisas sedadas. Puños rompe muelas en todas las sonrisas perfectas. Infectaremos todas las bocas asépticas. Acabaremos las censuras. Haremos todas las bocas ingobernables. Nos hemos atrevido. Declaramos guerra contra los odontólogos del horror.