Marcela Sepúlveda, Premio Nacional de Poesía Álvaro Miranda
El jurado del I Premio Nacional de Poesía Álvaro Miranda, conformado por Eduardo Bechara Navratilova, Hellman Pardo y Stefhany Rojas Wagner, decidió otorgar por unanimidad el premio al poemario Educación sentimental de Marcela Sepúlveda Rueda.
A propósito del libro el jurado señala: “Queremos destacar en esta obra la potencia e intensidad que, poema a poema, se manifiestan en el dolor de la mujer y se dirimen en la belleza de una voz poética bien lograda. La mujer como sujeto central y la voz femenina pueden llegar a caer en el lugar común dada la coyuntura del cambio estructural que nos ofrece el feminismo, sin embargo, la ejecución de la escritura sale bien librada fuera de lo explicativo, expositivo e informativo. Hay un entramado fuerte, la voz poética palpa la herida sin caer en el sufrimiento ni en el llanto fácil, hay búsqueda”.
Publicamos una selección del poema ganador:
EDUCACIÓN SENTIMENTAL
La educación sentimental sólo tiene una divisa: no sufrir.
Roberto Bolaño
Según la costumbre
un hombre no lloraría jamás
y menos por amor
pero ahí está llorando
luego de desollarla
Según la costumbre
las puertas se abren hacia adentro
Guardamos el remordimiento en bolsas
de basura
que hacemos desaparecer
por cualquier caño
Estaba en sus días
se atrevió a reclamar
o estaba loca
Según la costumbre
lo que a bien tengan ellos
para ser felices
MEDEA
Perdí la cordura y terminé en la calle San Miguel
Mi buen arcángel así lo quiso
Tuve a mi hijo sola
a orillas del Tunjuelo
y lo dejé ir
aguas abajo
HOLA, PAPÁ
1.
Hoy fui a comprar vísceras
y me acordé de ti
¿Qué va a llevar?
¿Hígado?
Muy pesado
y la bilis está regada.
Tomo en mis manos un corazón
lo abro
pura pared adelgazada
cuatro grandes cavidades
mamá y los tres hijos.
2.
Corteza y nada más
roble carcomido
por sus propias plagas
Los árboles del patio están mudando sus hojas
y deberías venir a barrer
y a decirle a mamá que le debes una vida
o una disculpa al menos
o un gracias cincelado aquí
en mi clavícula
nunca más
adentro
JULIA
Mi madre supo silenciar las carencias
Se aseguró de acallar sus errores y los nuestros
de alivianar el peso de nuestra guarnición de pobres
soportó tres libertades
tres esquejes cortados de su alma
INTERVENCIÓN EN CRISIS: DUCHAMP
Echar mano del arte para enterrar los gritos y las marcas violáceas que encendieron mi cara, que abultaron mis pómulos antes perfectos, mis muslos todavía perfectos, mis nalgas insignificantes. ¿Qué somos sino cuerpos? Nos define un modelo de formas perfectas. Duchamp concibe su Gran vidrio. Étant donnés germina en mi cabeza. Variaciones sobre un tema. Tú eres el tema: mala hija, mala hermana; mala, muy mala esposa. Buena madre de mis perros y gatos. ¿El amor?
Una incesante
restauración
del vidrio
roto
TERAPIA DE OCUPACIÓN 2
Para pintar hay que entender la luz
Hopper relampaguea
en mi cabeza
inacabable
Las mujeres bajan la mirada
Nubes oscuras y apretadas
a la espera de un trueno que las rasgue
sobre campos desiertos
sobre una casa de muñecas
UN CORAZÓN HORRIBLEMENTE VIVO
Manos que pasean, buscan, menguan. Un desconocido. Nadie. Delirante corazón. Yo sentada en la orilla de un camino mientras alguien cambia la rueda reventada. No me gusta el lugar de donde vengo. Te acuerdas de las noches cansadas y sin tregua. No me gusta el lugar a donde voy. Escenas sin amor y sin excusas regresan con desgano, en ruindades que mienten. Ojos ávidos devoran la película de tus antepasadas. ¿Por qué miro el cambio de rueda con impaciencia?
EL PRIMER temblor
de un ave desvalida
remueve el velo negro
me recuerda
que soy hija
de mí misma
Marcela Sepúlveda Rueda (Bucaramanga, 1974) Literata de la Universidad de Los Andes y Magíster en Escrituras Creativas de la Universidad Nacional de Colombia en la línea de poesía. Médica especialista en medicina del deporte de las universidades Industrial de Santander y El Bosque, respectivamente. Inédita. Ganadora del Premio Nacional de Poesía Álvaro Miranda en 2022 con el libro Educación sentimental.