93. Rosaura Mestizo Mayorga
Publicamos una selección de la poeta Rosaura Mestizo Mayorga (Suesca, Cundinamarca). Entre otros reconocimientos, fue Finalista del I Certamen Internacional Toledano «Casco Histórico».
EL SUEÑO DE ALAN KURDY JUGANDO A MORIR
“Desde el borde bravío donde ocurre otra luz distante envuelto/
en mi pronóstico de estrellas/
pido que me devuelvan mis bahías mis golpeantes penínsulas…
-Pedro Mir. Balada del exilio-
Alguien,
deja una historia bajo el agua, una historia con su huella
alguien cada instante sega la frontera.
Su canto, chasquido en la boca de la muerte
consuelo inevitable del dolor y su reflejo.
La muerte conmovida promete una –¡alerta!
Quizás, ya no tenga instancia suficiente
donde se multipliquen refugios
como tantas estrellas impotentes
sobre los brazos del océano,
y tantas tachaduras en sus vientres.
Como un acto de bondad,
paciente te aproxima a nuevos holocaustos.
¿Para qué llegar a algún lugar? ¿A qué lugar preciso?
¿Por qué partir sin llevar en ti, el viento de tu tierra?
¿A qué le huyen las pupilas de tus días?
¿Qué vigila tu sereno por calles despobladas?
¿Cuál es tu límite, los ángulos que alimentan tus venturas?
¿Qué esferas buscas en tus sueños?
¿acaso el tránsito avejentado de tus lágrimas
cuando aún eres criatura?
Hay acaso una voz anticipada a tu vuelo
entre la llanura del océano y el agua acantilada en el puerto
A qué ausencia avanza crédulo tu canto…
Si él, tu canto, es etéreo y nadie más que el amplio espacio
lo condensa.
Para que llevar tu asombro, a qué mañana,
tu pánico a la tarde, tu hambre en el bolsillos
tu tristeza ahí dentro, tu substancia tensa, en la fuerza de tus pasos.
Al lado de tu sombra estoy, y tu vida, tu pequeña vida aún de brazos
puñado intenso de desafíos, también apuesta a mi espera,
pequeña luz, arrastra tus manitas en la arena, en busca de alimento.
Para quién tus horas frágiles, para dónde tus últimos minutos.
¡Silencio!, no cantes, no perturbes a tus miedos
algo transita… son los minutos, lejos del tiempo
los que andan bajo el dominio de las palmas de tus pies
entran ellos a su concha, llevan el eco a esa orilla que no conoces.
Si la logras, sal de nuevo; ahí en tus recuerdos busca los rostros
que te vieron partir, o que simplemente
alcanzaron a decir -buena suerte-
Porque la sombra, a veces hace trampa a la estrella en el espejo,
los astros en tu camino no son quienes giran,
sino tu propio giro, tu aleteo que quiere huir
con tus manos grávidas hacia una playa,
a un refugio de cualquier bandera
–Mira, -repica la muerte-
–Mira la angustia -como una impostora incrustada en tu isla
y creías acercarse la botella del tetero.
Otros también han dejado sus siglos y su cielo en la brea.
Entre la lluvia que hoy cae, camuflaron sus lágrimas
entre arenas movedizas, incertidumbre se incrustaron.
Aquí, en ésta, mi única orilla, también yo he quebrado duelos,
el horror me avergüenza y creo estar en ti, huyendo de mi misma
mientras algo incomprensible me ciega, ¡vete!, ¡vete!
Vete, a esa luz artificial donde todos somos extranjeros.
-Hoy no tengo lugar para tu alma, vuelve luego-
Sabes, cuántos corazones se agitan a un tiempo con el tuyo,
para sentir el apuro de mi música al vacío, y me distraen
mientras voy contando uno a uno la agonía de sus huesos;
los tuyos, aún blandos se agitan y las palmas de tus pies
son alimento para una página inmaculada
en esta hora de locura, que desespera a los astros en tu viaje.
De éste lado, solo un cuenco construido con mis manos
agua dulce y el agite de estos versos.
Quizás, ahuyenten a la muerte.
DIARIO DE UN GATO
Sentado
en el pórtico de la ventana
pasa el tiempo mirando hacia dentro,
labrando con su brillo la sentencia
como si las estrellas de sus ojos
conspiraran al rigor de vigilia
entre las rejas.
Afuera las aves se recrean.
Algo lastimoso avivan los maullidos
en el estricto grafo de su boca.
lame, se enrosca.
Mejor que no entienda de la ciudad
cercada por moles y rejas de metal.
Algo llega y lo libera.
El zumbido de una mosca.
LAS CÚPULAS DE LA CATEDRAL
Convulsionadas volverán mañana
con el grito de las campanas
llamando los ángeles guardianes
a su plaza.
Incertidumbres
sumarán al vuelo de las aves.
Volverán mañana
afligidas para observar el
prócer
escopetado por los pájaros.
Volverán,
las cúpulas sagradas a madrugar mañana
izarán de nuevo el arcángel mudo.
Cúpulas
inertes, intimidadas, soterradas
siempre en el mismo silencio
ante la invasión de sus fronteras, como
fosas
de testigos desaparecidos.
ALGUIEN LLAMADO NADIE
“Ya no es mágico el mundo.
Te han dejado. Ya no compartirás la clara luna
ni los lentos jardines.
-Jorge Luis Borges-
No alcanzó la fumarola de un solo cigarrillo
para hacerle guardia a su amigo
conversarle del día, el trabajo o el patrón;
de la pecosa de la tienda a media cuadra
de las lágrimas que a la madre madrugaban
al sueño
No alcanzó el tiempo.
No alcanzó la fumarola de un solo cigarrillo
la voz, se esfumó con el viento
en una bandera rojo- negra
Rojo para evocar la vida
Negro por el silencio y el misterio
Se quedó sin tiempo, ahí parado
con los dedos entre tiznados
viendo cómo agonizaba el cigarrillo
esperando a su amigo.
Nadie.
Nada importante,
sin historia de hombre insigne,
que dejaron boca abajo
respirando una fosa
Aparece de nuevo.
Nadie.
Esperando a otros amigos,
mientras aquellos siguen justificando
porqué otros, continuarán muriendo.
Hay vuelve a aparecer de pie,
con los dedos entre tiznados
siempre esperando el turno para contar,
de qué color fue su piel
cual el último anuncio para sus huesos,
mientras rodaba aterrado.
ACUARELA
En sólida tarea
agua se derrama
al moretón, la acuarela drena,
El pintor paciente
se sumerge en el cartón
limpia lo impuro
de un soplo recrea el universo.
EN EL LENGUAJE DE LOS PERROS
El perro observa el letargo, el denso sueño de su amo
el semblante habitual y el mismo atuendo de los días
No hay flauta o violín, ni grito del tráfico o golpe al cemento
que le arranque el sudario y la oración
en las horas de su trance.
Solo el paso atolondrado del papel y los desechos
acompañan su ayuno prolongado.
A largo rato, despierta entre sus muertos y bebe
de nuevo bebe,
la misma pócima que lo libera en el espíritu de nadie
Ahí sigue el perro, lamiendo sus heridas
Lame con tal gusto, con tal fuerza
que convierte en bocado el lametazo.
Más tarde,
cuando el hombre regresa de su vértigo
lame también este, el hambre de los dos
y el perro, amoroso lo saluda.
Un hombre pasa, una mujer pasa, un niño pasa
llevan su mascota vestida y perfumada.
Solo ella…
Los saluda.
SUMIDA LA MANO AL PAÑAL INFANTE
despierta el mundo con su llanto
abreva el alimento del seno
suma el hipo a su conciencia,
ahí dentro
donde enhebran los nervios
y queda reclamando el vientre.
EMANCIPACIÓN FRUGAL
Un tomate maduro
sobre la tabla del sacrificio
antes del dolor por la punzada
rasga el vestido, expulsa las semillas
extendido, desangrado
descubre la libertad,
antes de ir al guiso.
ACRÓBATAS
Son las sombras reposadas en las verjas
en los campos de Hefesto, perennes y lapidarias.
Un bosque en la pradera,
siembra un bosque de sombras
El bosque prendido en fuego,
siembra el mismo sus sombras
Sombra, devuelve al aire
el crujido del bosque que ya no es,
devuélvele palabras huérfanas,
arranca la voz al silencio y desahoga su mudez
del escombro en que se esconde,
algún perro guardián
muévete en acrobacia y defiende tu honor
Devuélvele sombra al aire, el quejido de la lluvia
antes que caiga el telón y regreses al inframundo.
OFICIOS MENORES
Desde el ascensor panorámico
se ve la rutina del centro comercial:
los mismos cinturones que vigilan
los mismos driles consumidos
en un aviso “¡peligro!, alta tensión”
Los mismos traperos acicalando las baldosas
Los mismos uniformes
brillando lo brillante
alguien alimenta las plantas.
los mismos tapabocas
moviéndose entre basura y reciclaje.
Siempre a la misma hora.
Desde el panorámico ascensor
se observan
mujeres y hombres alistando el comercio
no son los mismos de ayer, ante-ayer
ni demás ayer-es
y se van, y se van, y se van
como si fueran des- rostrados e invisibles
se van.
OFICIO DEL SILENCIO
Que hace el silencio en la noche,
que no se ve barrer
Qué hace el silencio en la noche,
que no prende la hoguera
Qué hace el silencio en la noche,
en las bragas de la muerte
las sirenas lo acusan en las calles,
de no hacer.
¿Qué hace el silencio en la noche?
Dice del espacio nocturno
En el entrecejo del poeta noctámbulo
con su terca búsqueda
recorre caminos épicos
y por los agujeros negros
busca las palabras
las extrae
si es necesario
a la misma boca muda de la luna.
Rosaura Mestizo Mayorga: Poeta, cuentista, abogada, correctora de estilo. Colaboradora y gestora del Festival Internacional de Poesía de Bogotá, colaboradora de las Jornadas Universitarias de Poesía de Bogotá y de la revista de poesía Ulrika. Ha publicado en colectivo La casa del vino, poesía (2005), Semiótica del silencio, poesía (2007); Finalista del I Certamen Internacional Toledano «Casco Histórico» (poesía; Toledo, España, 2012). Finalista III Concurso Nacional de Historias de amor (relato; Timbío -Cauca, 2012). Ríos paralelos- Antología poética- 7 poetas latinoamericanos contemporáneos (2013). Primer puesto en relato Arteusaquillo (Bogotá- 2013). Finalista, Antología Internacional –Asuntos del sur- prosa poética (Buenos Aires, Argentina, (2013); en-RED-ados, Antología poética (Madrid, España, 2014); Lecturas Urgentes de Poesía, Antología II, (2015), Santiago de Cali, Colombia; La Pacee´in fiamme, (poesía e spunti critici sulla pace), Exosphore PoesíArtEventi, Associaciazione Culturale, (Roma, Italia, 2015), Para no Seguir Callando –(cuadernos de poesía), Editorial Caza de Libros, Ibagué, Tolima, 2017. No lo contó la caoba, poesía, 2021, Ediciones Grainart, Cali, Valle del Cauca. Otras antologías poéticas nacionales e internacionales. Publicada en revistas nacionales, internacionales y digitales, En proceso Cinco voces, mil historias. Antología profesoral: pasos y contrapasos; narrativa en preparación. Invitada a lecturas nacionales e internacionales.