Breve tratado de la melancolía
INTRODUCCIÓN A LA FRAGILIDAD
Mis párpados se llenan de sangre,
asisto a mi nacimiento como si fuera mi madre,
me siento sobre mis piernas
y empujo.
A veces quisiera cortarme para huir más rápido,
esta fragilidad es bella,
este desequilibrio es bello,
lo que vomitan mis huesos está vivo,
me abro de piernas
y empujo.
La ciudad convulsiona con sus luces,
mi saliva es púrpura como un muro,
pero cierro los ojos y ahí sigue la sangre,
el lenguaje crece en este cuerpo desmembrándome.
Poco a poco
saco los dedos de mi casa
donde nunca deja de llover
y toco las grietas de mi boca.
¿Estoy callada o estoy muerta?
Acudo a mi primera luz.
MODELO PARA DESALMAR
Lo imposible, la casi angustia de verme aquí
en estas paredes cubriendo mi cabeza
como una caverna al fondo de la tierra
con mi rotulo de adulta
—hecha en Colombia,
modelo para desalmar, material desperfecto,
no hay garantías sobre este objeto,
úsese del modo más adecuado, no se aceptan devoluciones—;
sin contar que en mis gestos más primitivos se revela
que soy un animal que cayó de las estrellas,
estas paredes que van creciendo
donde mi alma se fragmenta y se busca
en la melancolía de emborracharse sola
sola fingiendo que con ello supura su horrible herida,
perdiéndose en la ensoñación de la selva
con la noche sobre ella como una pecera de luces;
este peso heredado que me metieron por la boca
cuando apenas nacía
sin que importara que mi sueño profundo
es estar desnuda entre los cultivos de mora
con mi cuerpo purísimo y verdadero,
pues no creo que el mundo se compone de este lenguaje
que rebana mi carne y me pone en venta,
sólo me escucharon decir que dolía y después nada,
después los años,
—modelo para desalmar, no viene con instrucciones,
no viene con accesorios, no se consiguen las piezas faltantes,
modelo único, producción: 10.000 unidades—;
después el tiempo empolvando mi corazón al fondo de mí,
y él oculto, esperando el momento a explotar,
llevando con sumo cuidado la ceremonia
donde purga todo lo que ama
y lo convierte en flores, en peces,
en seres invisibles de otra dimensión,
esperando a que estas paredes cedan y caigan
sobre este planeta destrozándo todo.
AVE DE AGUA SALADA
Yo soy el guardián del hielo.
JOSÉ WATANABE
¿Has metido las manos en hielo
veinticinco segundos,
veinticinco horas,
veinticinco días?
Veinticinco años con una grieta que crece desde mis garras
hasta el borde de aquello que soy cuando estoy sola.
El cosmos cae como una borrasca de nieve.
Acurruco las patas para cubrir
lo que nace de mí en su cascarón.
Vivo en las plumas húmedas de mi alma,
en el opio azul que se congela,
en el desamor con sus cuchillas.
Está bien, no voy a huir, tengo aletas muy cortas,
me deslizo sobre el agua escarchada,
está bien, abro el pico, sonrío y luego me trago.
Aquí estoy con la membrana enferma,
con mi reino breve en el aire.
LA MUJER QUE AMÓ A LOS HOMBRES
Cuántas veces en tu lecho
no te recogiste entre las manos
tendiendo el cuerpo ante un hombre
preciso y solitario
con la boca llena de sal y pantano,
metiendo los dedos en sus cabellos
deslizando las piernas, el vientre, lo que era tuyo,
sus huesos, su vaho tembloroso sobre ti,
sintiendo el sudor del verano, de los truenos.
Un hombre que llegaba a la puerta de tu casa,
siempre uno a la vez a cualquier hora del día,
rodeado por tus brazos.
Qué importa que este hombre tenga tantos cuerpos
y que se llame de mil formas,
siempre será el mismo frente al nacimiento,
con las uñas en tu carne sensual
de serpiente, de gasolina, con olor a leche.
Qué importa que te pida de madrugada
que seas su hogar, que cultiven una huerta,
que tengan hijos hermosos, dicen todos ellos a la vez.
Después de esta ventisca, ¿qué hogar puedo ser para los otros?
¿Qué hogar puedo tener dentro del pecho?
Si son este hombre o ninguno,
no pueden decir que no los amé
como si fueran especies en peligro
o países en la guerra.
Stefhany Rojas Wagner (Bogotá, 1994). Es poeta, novelista, artista collage y gestora cultural. Profesional en Estudios Literarios de la Universidad Autónoma de Colombia y egresada del preparatorio de Artes Plásticas y Visuales de la Academia Superior de Artes de Bogotá. Es co-fundadora y directora de Abisinia Editorial y de la revista argentina Abisinia Review. Creó en 2016 de forma independiente el Proyecto Cultural El Pornógrafo. Breve tratado de la melancolía es su primer libro de poesía, el cual fue uno de los ganadores VIII Premio Nacional de Poesía Obra Inédita 2020.