Revista Latinoemerica de Poesía

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Mariano Shifman: “La resurrección del soneto”



 

Nota y selección: Piero De Vicari

 

 

Si bien el origen del soneto es italiano y encontró su veta de esplendor desde 1240 en adelante con autores como Guinizzelli, Cavalcanti y Dante Alighieri, España no le fue en zaga y muchos son los poetas ibéricos (desde el siglo de oro hasta los representantes de la generación del 27) que han descollado en esta forma tan particular de poetizar la vida. Forma que también, y por umbilical herencia con el idioma, reconoció sus grandes adeptos en nuestro continente con el poeta Rubén Darío a la cabeza.

Desde la imposición del verso libre o verso blanco, todo lo que se emparentara con la métrica y la rima fue demostrando su franca decadencia, pero siempre (como un faro duro de doblegar) la luz de un soneto brilló por entre tantas maneras de querer renovar el verso.

En pleno siglo XXI, no son pocos los cultores del soneto en Latinoamérica y en ediciones que revitalizan su esencia, los libros se multiplican dándole larga vida a esta secular forma lírica.

El poeta Mariano Shifman (Lomas de Zamora, Buenos Aires, Argentina, 1969), es uno de ellos y en dos de sus libros publicados: “CUESTIÓN DE TIEMPO” (Colectivo Editor Latinoamericano Poemanía, 2016) y “LA ILUSION DEL MOVIMIENTO” (Yaguaron Ediciones, 2020) nos demuestra que el soneto no solo está vivo, sino que está acostumbrado a resucitar permanentemente en aquellos que buscan en su precisión, esa exquisita cadencia que disfrutan hasta los dioses.

La reconocida escritora española Rosa Montero ha destacado la poética de Shifman al decir: “Tus sonetos me resultan maravillosos. Me parecen estupendos, poderosos y sutiles al mismo tiempo”. Otros poetas argentinos como Oscar Corbacho y Rafael Felipe Oteriño también han ratificado las excelentes condiciones de este poeta para el manejo del soneto.

Estos textos de Mariano Shifman que preparamos para LA RAIZ INVERTIDA, nos acercan a una opción poética que, lejos de considerarse como pieza de museo, sigue estando entre nosotros y no debemos desconocer.

 

 

 

BIG BANG

 

Hubo un tiempo en que el tiempo no existía,

minuto cero del abismo, nada;

un vacío sin cuándo: me anonada

el oscuro esplendor de esa aporía.

 

¿Nada había, siquiera la alegría

de iluminar la noche más cerrada?

¿Tampoco la conciencia atribulada

de dar a luz materia y agonía?

 

Soy apenas un hombre estupefacto:

por Dios o por azar es increíble

que no hubiese universo y que lo haya…

 

Sólo un hecho me causa más impacto

-cuestión ora gozosa, ora terrible-:

que todo siga cuando yo me vaya.

 

 

 

TIPOS

               

                Es más fácil variar el curso de un río

                que el carácter de un hombre.  Proverbio chino

 

 

Para mí, comenzar es un dilema;

hay quien ama la causa y cada efecto.

Yo me culpo al hollar algún insecto,

un líder borra pueblos por sistema.

 

Cualquier patán domina al circunspecto,

ceñido a los marasmos de su flema.

La decisión que al tímido le quema,

para el vívido es chispa de un proyecto.

 

¿Cuánto pesa la gracia de un linaje

o una cuna plantada en la miseria?

Aunque admito que hay centro y periferia,

 

estímulos, ambiente, aprendizaje,

sé observar por detrás de un sucio traje:

también hay Napoleones en la feria.

 

                          (Los dos sonetos precedentes forman parte de Cuestión de Tiempo).

 

 

 

LAS DOS SOMBRAS

 

Oscuro, elástico, bien tenso el pecho,

el gato es cumbre de la medianera.

Él me observa y yo a él; no sé qué espera

para ir al yuyal o alzarse al techo.

 

Miro en calma, es mi módico derecho:

no podría atacarme, aunque quisiera;

y sin embargo, noto la pantera

que estuvo allí -lo muestra en el acecho-.

 

Busco ver hacia un punto al que no alcanza

el ojo terrenal: aquel pasado

que se vuelve hoy de golpe y se abalanza.

 

Pienso, mientras se pierde en el tejado,

en qué rincón quedó la vieja lanza

que aquel que ya no soy no le ha arrojado.

 

 

 

 

CÉSAR VALLEJO

 

                                              Me moriré en París con aguacero...

                                               Tal vez un jueves, como es hoy de otoño...  C.V.

                                              

Entre Perú y París, medio beodo

por tanta lucidez amontonada,

doblemente me aflijo hurgando en todo

(toda mirada mía es demasiada).

 

Ya lo que sobra falta, y cada modo

de ser y de no ser sin fin me horada.

Ciudadano del cielo, aunque de lodo;

apenado de cieno, llanto y nada.

 

Siempre mi cáliz sabe tan sediento

-ayer con gusto a Chuco y hoy a España-

pues mi destino es rojo y polvoriento.

 

¿Jueves o viernes? ¿Cuál será mi día?

Me lloverá París; la fiel guadaña

habrá de urdir mi última elegía.

 

                   (Los dos sonetos precedentes forman parte de La Ilusión del Movimiento)

 

 

 

UN DIOS DE A DOS

 

El amor comenzó en una caverna

alguna tarde de furtiva caza

Quién sabe cómo un grito de amenaza

se convertía en una mano tierna.

 

Aunque el deseo hervía en la entrepierna,

una caricia atemperó la brasa.

Eran los padres de una nueva raza,

los precursores de una fe moderna.

 

El dios que desde entonces se venera

exige sacrificios sin medida:

no son raros el pasmo y la ceguera

 

-hay quien ofrece en el altar la vida-.

El amor no es un dios para cualquiera:

sin gracia, la pasión se hace caída.

 

 

 

ALAS, ALAS

 

 Del alfa hasta la omega todo cabe,

 y cada letra a sí se contraría:

 delta de Dios y duda; noche y día,

 la aguda luz junto a la bruma grave.

 

 ¿De qué me sirve que en la mente excave

 una pregunta que no encuentra guía?

 ¿Acaso una ración de teología

 es más celeste que el perfil de un ave?

 

 Si hay mil respuestas, ¿hay una respuesta?

 Si el sol jamás se pone en el poniente,

 ¿qué significa “la verdad es ésta?”

 

 Clama el profeta: “sólo hay un camino”,

 y sin embargo el cielo lo desmiente:

 cada pájaro vuela con su trino.

 

                                               (Los dos últimos sonetos son inéditos)

                                                              

 

***

 

MARIANO SHIFMAN - Nació en Lomas de Zamora, provincia de Buenos Aires, el 23 de noviembre de 1969.  Abogado y Licenciado en Letras. Es autor de los libros de poesía Punto Rojo (Primer Premio del XI Certamen Nacional de Poesía, Editorial de los Cuatro Vientos, año 2005); Material de Interiores, (Proa Ediciones, año 2010), Cuestión de Tiempo (Poemanía, colección de Yaguarón Ediciones, año 2016) y está en proceso de edición La Ilusión del Movimiento (Yaguarón Ediciones, año 2020).Una selección de sus poemas integra el Tomo I, Parte vigésimo cuarta, Poesía Argentina Contemporánea, editado por la Fundación Argentina para la Poesía, año 2018. Ha participado en el V Festival Internacional de Poesía de la ciudad de San Nicolás de los Arroyos, año 2015 y en el VI Festival Internacional de Poesía de la provincia de Mendoza, año 2018.Diversos poemas, relatos y ensayos de su autoría han sido incluidos en publicaciones de la Argentina, como asimismo de Brasil, Estados Unidos de América, Francia, España, Chile, Bélgica y Holanda. Su obra fue parcialmente traducida al portugués, inglés, francés, neerlandés y catalán.

 



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