Revista "ocho:treinta"
ocho:treinta 2020
En el 2019, diez personas de diferentes partes de Colombia fueron seleccionadas por el Concejo Británico en Colombia para hacer parte del programa Elipsis, que lleva años formando escritores y editores de mesa en el país. Este grupo, conformado por estudiantes de carreras y programas relacionados con la escritura creativa, además de seguir las actividades propias del programa, decidió reunir un grupo de textos de los participantes, revisarlos y sugerir cambios de manera colectiva, todo para publicarlos en una revista digital. De este esfuerzo nació el primer número de la revista ocho:treinta. A inicios de este año, las cohortes del año pasado y del 2020 se conocieron y decidieron continuar creando en grupo y de manera colaborativa: así comenzó el proceso que llevaría a la planeación y producción de la segunda edición.
El nombre de la revista nace de la hora a la que debían verse los participantes de Elipsis durante los días que participaron en una serie de talleres y charlas en el Hay Festival Cartagena 2019. El nombre evoca la reunión de un grupo de personas para trabajar sin jerarquías en procesos creativos. Karina Lopera, coordinadora editorial del proyecto, señala que “todas las personas están involucradas en las distintas partes del proceso, ya sea como creadores, editores, diseñadores o coordinadores de la difusión de la revista”. Karina, quien siempre busca cómo generar un sentido de pertenencia en todos los participantes del proyecto, afirma: “más allá de organizar un grupo de trabajo, yo me siento coordinando un parche de gente que disfruta escribiendo y leyéndose entre sí”. Esta actitud, compartida por los demás participantes en la revista, ha logrado hacer que después de un año el proyecto haya ganado solidez en su propuesta de creación colectiva y horizontal.
El proceso creativo es el siguiente: se propone un tema y se definen los roles, algunas personas deciden escribir, algunas revisar los textos y otras optan por ocupar ambas posiciones. El tema del 2020 fue la frase “¡Dejen dormir!”, a partir de la cual se podía proponer cualquier aproximación literaria. Andrés Londoño, ilustrador y diseñador de la revista, señala: “Me sorprendió el acercamiento que tuvo cada uno en sus textos y de qué manera lograron expresar lo que para ellos significa una frase tan sencilla”. Cada una de las personas que decide escribir propone una primera versión de su texto. A esta propuesta le siguen dos revisiones hechas por personas asignadas por la coordinación editorial, al final del proceso se tiene un texto leído, comentado y revisado por varias personas con diferentes perspectivas. Antonio Hernández, uno de los escritores de esta edición explica el proceso de revisión: “más que críticas que llegan desde afuera, es un diálogo cuyo tema es el texto que uno está escribiendo. Todos los comentarios te ponen a pensar y te revelan otras formas de ver la vida”. De la orilla de la edición se tiene una visión similar, Rocío Cely, editora en la edición más reciente de la revista señala que “es un trabajo mucho más completo ya que se puede complementar la visión del otro y así entregarle al autor una visión más profunda de su escritura”.
En la revista no solo se publican los textos en sus versiones finales, además se presentan fragmentos de las primeras versiones y los comentarios que las editoras y los editores realizaron a estas. Esto hace parte de una de las principales convicciones de los miembros de la propuesta: la escritura no tiene por qué ser un proceso solitario. En contra del mito del genio individual, se presenta la evidencia de un trabajo colectivo en el cual todas las personas involucradas en el proceso tienen una voz acerca de las maneras de escribir y proponer visiones del mundo desde la literatura. Este ejercicio busca también dejar en evidencia la diversidad de voces que pueden encontrarse y colaborar para darle forma a una revista literaria. Además, se busca rescatar la figura de la editora y el editor que ayudan a darle forma a una propuesta literaria para que esta pueda pasar a circular en diversos circuitos. Rescatar los diferentes pasos que dan forma a un texto literario hasta que llega al lector es resaltar las labores que hacen parte de una cadena de oficios y profesiones articuladas en la cadena del libro o de las publicaciones periódicas, las cuales logran crear espacios y generar visibilidad para nuevos discursos literarios.