La tierra que se tragó el cuerpo
La tierra que se tragó el cuerpo
de Fadir Delgado Acosta
Por Pedro Arturo Estrada
Es ya un hecho conocido que las voces más frescas y reveladoras de los últimos años en la poesía colombiana provienen de las poetas que vienen realizando un trabajo más arriesgado y sostenido. Voces como las de Andrea Cote, Clemencia Sánchez, Luz Elena Cordero, Lucía Estrada, María Gómez Lara, Carolina Dávila, Yenny León, Tania Ganintski, Sandra Uribe, Ela Cuavas y un largo etcétera de jóvenes que comienzan a publicar sus primeros libros. Fadir Delgado es, entre ellas, una voz realmente firme y clara, cuya poética oscila entre lo experimental y lo lírico con gran originalidad y belleza. No son gratuitos los reconocimientos alcanzados en los últimos diez años, y sus poemas han ganado el respeto, la acogida que merecen.
Esta antología recientemente editada en el sello Amargord, sello de los más prestigiosos de España, recoge quizá lo mejor de sus libros hasta hoy, y nos entrega una visión muy amplia, muy sólida, además, desde sus primeros a los últimos títulos publicados.
Es la suya una voz que rompe formalmente con la sintaxis cómoda tradicional del poema previsible para entregarnos sorprendentes hallazgos expresivos que brillan por sí mismos en cada poema, que alumbran y señalan un fondo inquietante y por momentos doloroso del propio ser y una realidad difícil, una cotidianidad que a menudo se nos quiebra contra los ojos como un espejo: “Una raíz de vidrio que le corta los párpados / No es nada más / Sólo un montón de miedo /.../ La luz tiene espinas / Espinas que le hieren los ojos” (...)
El espejo, el armario, la infancia, la casa, el mar, los peces, las hormigas, el patio, el amor, la cama, los enigmas del tiempo, las calles de su Barranquilla natal, el laberinto del pensar y sus contradicciones, las preguntas irresueltas, conforman una red de visiones que abren y desnudan allí otros reflejos, otras historias, otras miradas, otras imágenes, otras heridas y otras ruinas: “Debajo de la lengua tengo palabras heridas en combate / Hospitales con sus gasas ahogando la herida / Debajo de mi lengua tengo una legión de escombros (...) Lo que diga está lleno de polvo / De ciudades en ruinas / Lo que diga tiembla como punto de luz en el agua” (...)
Hay en estos poemas un mundo en emergencia continua pero asimismo una belleza urgente relampagueando a cada instante, una luz que señala y desnuda finalmente el lado trágico que hay al fondo de todo: “Cuerpos atravesados / Son puñales / Se hieren / Se curan / juegan a lo inmortal / La luz en espera / (...) Esos cuerpos son abismos / Son países extraños /.../ Serán olvido / No hablarán / No tienen nombres /.../ Ya son muerte”
Es una poética extraña la de Fadir Delgado, aunque por momentos parezca tan transparente y directa. Una poética sorpresiva, lacerante incluso, pero siempre en lo alto del destello. Sus solas imágenes nos conectan con nuevas maneras de ver y decir la “realidad” y derriban toda presunción, además, toda falsa seguridad: “Tendrías que haber sabido que desde la finitud de las sábanas / no se vería el pos tiempo / que desde afuera sólo era desarraigo / incertidumbre / relámpago / absurdo / que el cuerpo reclamaría /.../ para que la habitación se alojara adentro / con todo el horror de su blancura / con toda la miseria de sus horas (...) Tendrías que haber sabido de la guerra / De lo que ya no volverá / Del antiguo dolor / De ese puerto invisible que yace a mi costado / De sus barcos / Del agua y su sed / .../ Tendrías que haber sabido que ya no hay nada para saber” (...)
Porque sin duda, más allá de su propuesta formal novedosa, esta antología poética nos confronta, nos abre muchas más preguntas, nos obliga a salir de esa zona gris del lenguaje y de la vida que aún es posible reinventar desde las palabras que no se resignan, que no se limitan a reafirmar lo sabido, lo ordinario.
*Pedro Arturo Estrada – Colombia -1956. Ha publicado Poemas en blanco y negro (Editorial Universidad de Antioquia,1994); Fatum (Colección Autores Antioqueños 2000); Oscura edad y otros poemas (Universidad Nacional de Colombia, 2006); Suma del tiempo (Universidad Externado de Colombia, 2009); Des/historias (2012); Poemas de Otra/parte (2012); Locus Solus (Sílaba editores, 2013); Blanco y Negro, nueva selección de textos (NY, 2014) y Monodia (NY, 2015). Es premio nacional Ciro Mendía en 2004, Sueños de Luciano Pulgar en 2007, Beca de creación Alcaldía de Medellín, 2012 y Casa Silva, 2013, entre otros. También ha participado en distintos festivales y encuentros de poesía en Colombia y E.U. Sus textos se recogen en algunas antologías nacionales y del exterior, con traducciones al inglés, rumano, portugués y francés, entre otros
Textos de libro:
MANIFESTACIÓN DE LA LUZ
Está en una cueva
Hay una luz que titila
Una raíz de vidrio que le corta los párpados
No es nada más
Sólo un montón de miedo
Un sudor de lodo
Un terrible ruido
La luz tiene espinas
Espinas que le hieren los ojos
El temblor de sus muslos espanta las hormigas sobre el cuerpo
La luz protesta
Es humo
Humo que le arde en los huesos
Cierra los ojos
pero la luz en huelga no se va hasta que los abra
Alguien suelta unos perros rabiosos
El exceso de luz le impide verlos por completo
Tienen colmillos con las puntas brillantes
No sabe adónde huir
La baba de los perros inunda el lugar
Cree que los perros tienen luciérnagas en la lengua
La baba de rabia se le mete en el cuerpo
La luz protesta con un niño en el centro
Un niño cubierto de agujas que se lo arrojan a la cara
Quisiera saber quién está detrás de todo esto
¿Por qué la luz protesta?
¿Quién convoca las marchas?
¿Quién es el líder?
Se quiere arrancar la piel y entregársela a los perros
Un desierto le nace de la boca
Bebe la rabia de los perros
y se hace hambre
me hago hambre
Tengo un desierto en la boca
Una luz tierra que se mete en los dientes
Un niño de agujas cortándome los ojos.
LO QUE DIGA ESTÁ LLENO DE POLVO
Debajo de la lengua tengo palabras heridas en combate
Hospitales con sus gasas ahogando la herida
Debajo de mi lengua tengo una legión de escombros
Me he partido los labios por quitar esos restos de piedras pegados a los dientes
Lo que diga está lleno de polvo
De ciudades en ruinas
Lo que diga tiembla como punto de luz en el agua
será siempre un grito encalambrado
Siempre el domingo apuntándome con su escopeta
Siempre los perros abriendo la tierra para mostrarme sus huesos
Siempre la palabra que se escucha como la explosión de un tiro
Esa misma palabra que cava su tumba dentro de mi boca.
EXTERMINIO
Tendrías que haber sabido que desde la finitud de las sábanas no se vería el
pos-tiempo
que desde afuera sólo se era desarraigo
incertidumbre
relámpago
absurdo
que el cuerpo reclamaría
se cubriría el destierro con los escándalos del teléfono
que no necesitó ser espejo para que la habitación se le alojara adentro con todo el horror de su blancura
con toda la miseria de sus medias horas
Tendrías que haber sabido que los cristales del amor se tienen que barrer a dos manos
Que jamás a una sola piel se le deja batalla tan inabarcable
Tan poco vacío para cubrirse
que el deseo se deshace cuando se nombra
Que lo indecible estaba al alcance de nuestros ojos
Que la soledad no necesita de nadie para ser soledad
Que el juego de las puertas
era tan cierto como el exterminio
tan cierto como la mentira y sus leves
y dolorosas hojas de trigo
Tendrías que haber sabido que la escritura llevaba nombre
Que hubiera bastado una palabra para regresar el mar
Que ocultarse es la forma perfecta de ser visto
Tendrías que haber sabido de la guerra
De lo que ya no volverá
Del antiguo dolor
De ese puerto invisible que yace a mi costado
De sus barcos
Del agua y su sed
Tendrías que haber sabido que la sombra moriría de fiebre
que se dibujaría como hormiga en alguna esquina del desamparo
que la intemperie curaría las últimas heridas de la carne
Tendrías que haber sabido que ya no habría nada para saber
Que no habría nada para contar
que perdimos el pos-tiempo
el tiempo
que perdimos el pos-tiempo
sin juego
sin guerra
sin haber muerto.
que perdimos el pos-tiempo
sin juego
sin guerra
sin haber muerto.
PROXIMIDAD
Cuerpos atravesados
Son puñales
Se hieren
Se curan
Juegan a lo inmortal
La luz es espesa
y se hace humo entre los infinitos de la puerta
Esos cuerpos son abismos
Son países extraños
Son olvido
Serán olvido
No hablarán
No tienen nombres
Hablar significa morir
De repente han envejecido
Ya son muerte
Diré que envejecieron en el mismo momento de la proximidad
Diré que el aire les dibujó grietas
Líneas encorvadas y brutales
Diré que el tiempo los escribirá en una escritura muerta
Se escribirán con el horror
No lo saben
Son mentiras
No tienen nombres
En medio de la guerra
Ellos se los jugaron
Los perdieron
No lo sabrán
En medio de la guerra
El filo de la luz los cortará igual que frutas secas
Se reirán
Se lamerán las heridas como perros
No se salvarán
Son ruinas
Se curan
No existirán
Ya no existen
Se jugaron en medio de la guerra
y se comerán su muerte a pedazos
Ya no existen
Se arrastran
Son mentira
No lo saben
No lo sabrán
No tendrán nombres
No tienen nombres.
Fadir Delgado Acosta: Escritora de Colombia, residente en Costa Rica. Autora de los libros: La Casa de Hierro, El último gesto del pez, Lo que diga está lleno de polvo (Ecuador), Sangre seca en el espejo (Costa Rica), La tierra que se tragó el cuerpo (España) Tiene un libro de cuentos publicado en Colombia titulado: No es el agua que hierve. Premio Distrital de poesía del Portafolio de Estimulo de Barranquilla (2017). Premio Distrital de Cuento (2018). Ganadora de la Beca de Circulación Internacional para creadores (2019) que otorga el Ministerio de Cultura de Colombia. Premio en Poesía del Concurso Internacional de literatura de la Universidad de Buenaventura (Colombia). 2014. Ganadora de la Residencia Artística en Montreal por parte del Ministerio de Cultura de Colombia y el Consejo de Artes y Letras de Quebec, en el área de literatura. 2013. Ganadora de la convocatoria internacional de la Oficina de la Juventud de Québec para participar en un intercambio literario en esta Provincia. 2010. Su libro El Último gesto del pez fue traducido y publicado al francés por la editorial Encre Vive de Paris en el 2015. Profesional en Comunicación social. Magister en Creación literaria. Sus textos han sido publicados en diferentes revistas literarias nacionales e internacionales. Invitada a distintos festivales y encuentros culturales en Europa, Latinoamérica, Canadá y Egipto. Sus textos han sido traducidos parcialmente al inglés, al árabe, al francés, al italiano y portugués. Se desempeña como tallerista literaria y es coordinadora de la Fundación Artística Casa de Hierro de Barranquilla.