Santiago López Triana
Presentación y selección de Juan Camilo Lee Penagos
Pequeños poemas en su mayoría, susurros, relatos íntimos, reflexiones germinales ancladas al paisaje y al cuerpo. Una búsqueda a ratos casi metafísica, en donde se pueden unir la sensación, la memoria y la intuición mística. Hay una intención evidente de construir versos, de trabajar sobre el lenguaje, no ya como forma o recipiente, sino manifestando en el propio juego de la música, la sintaxis o las expresiones coloquiales, una expresión de la curiosidad sobre la propia vida: somos lenguaje, y moldearlo y/o buscarle sus aristas es excavar en nuestro propio cuerpo, en nuestro propio asombro ante el mundo: el lenguaje es también material y paisaje. Palabras humanas que intentan no separar a quien las pronuncia del silencio elemental, del viento o los aguacatales. Palabras que tiran sus raíces hacia lo que el poeta ve, y lo (nos) reconectan con el mundo. En esa conexión el yo se destruye, por supuesto, y las palabras entonces parecen fundirse con la luz solar, con el aroma de la lluvia o el tacto de una piel en la noche. Hay, entonces, una nostalgia de sí mismo, una constante pérdida, una constante apertura. Versos sobre un vacío que llena, versos que nombran el paisaje como parte de una lejanía que también es nuestro cuerpo, versos que muestran el juego con el lenguaje como expresión de preguntas íntimas y esenciales. Pero entonces la experiencia mística es imposible: el lenguaje siempre será un ancla al mundo y un recuerdo de lo que somos: una tristeza que bien llevada es, en últimas, suficiente para amar la vida: “bastaría un solo golpe/ para cubrir el suelo de naranjas”. (Tendón. Editorial Pie de Monte. Bogotá 2018).
forzosamente mía la distancia
en esta tarde blanca
cuando aún no existe y es una ligera brisa
lo que define los contornos
-la ceiba no puede contenerla-
asistir cantar
las diminutas ceremonias del olvido
en el sombrío de este atardecer
yo poblaré
las horas largas
como hendiendo los dedos en la tierra
perseguiré los nombres afines al verano
esto que vive aquí
en esta cercanía
para alejar el íntimo dolor de los huesitos
en tan pequeños gestos vas quedando
como si para vivir tuvieras
que ir sembrando tu vida entre nosotros
ahora no renuevas lo que fuiste
lo distribuyes por el mundo como polvo
a fuerza de morir te multiplicas
desde mi íntimo penar
ay mis hermanitos
esta tristura del dieciséis así
que vino a desmadrarme
hasta las hendiduras
vagarán mis pies por su consuelo
y haréme hijo nuevamente
entero en mi dolor
repoblaré su ausencia
la hornacina
el fuego
las derrotas
como palabras sin significado
sin relación ninguna con las cosas
se han transformado en elucubración o heroísmo en el
/lenguaje
para traerlas a donde no estarían
digo fuego alguna noche
conjurando el espanto
queriendo que arda la ciudad que habito
o que una diminuta llama me acompañe solo
con mis muertos
y se extinga suave y lenta en la hornacina
digo hornacina cuando no queda ya ni el espacio para
albergarla
y no hay continente o contenido
ni sagrado
sólo el fuego
que en la palabra podría alguna vez morir
en ella
decir derrota como anticipación tan necesaria
como conjuro si la luz se agota
y el fuego
lo sagrado
la hornacina
despierto a la gloria fecunda
florida
de otra tarde
el frío es sobre las palmas al viento
y los inquietos precisos platanares
el maíz también como cuchillo
despoblar
por un momento
el aire
*
el aguacate es sombra u oquedad
confirmación vehemente de tantos años juntos
entre nosotros
aguacate y yo
hay sólo diferencia de intensidad
al habitar el aire
la distancia es potencia de abrirte campo adentro
la intensidad del mundo nos disloca
y en los alcances de la piel
sitiada
la totalidad del otro
nos confirma
*
a tal velocidad vaciarse de sonidos
a esta intimidad sólo
puede seguirle la distancia
abierta
como un murmullo
o farallón inmenso
escribo desde aquí
la muerte es una constante en su velocidad inaccesible
no bastan las ganas de morirse
no bastan los límites para la piel o los ponientes
hay un tenue transcurrir de ti en las formas
que alejan de la palabra y la memoria
entredicho cuerpo en la memoria
sin desdecir su sombra o su candor me habitas
pesas
levísima sobre mi estar nocturno
y mi roer las horas
mientras incólume en mis nervios
sobre mi sexo oscura húmeda
entera en el latir
extensa
sobre la piel en el sudor
que me recorre y puebla
huelo
ya un poco más a ti que yo
y espero
vuelvo por tu espalda
donde quieren juntarse tantas pecas
ascender para bajar de nuevo
entrar
como el silencio
y destejer la noche
urdirla hasta que caiga
hasta que asiente
en la proximidad de ti en mi cuerpo
que se me abisma y por demás
me sobrevive
es casi la hora del brillo sobre nuestras cabezas
y ya la tarde pesa en el sonido del río
en el alambre de púas cuelgan
la ropa mojada
las maletas
no elegimos la memoria
me digo
solo y vuelvo a salir del río
para mirarte
todavía mojada sobre la hierba
cómo decir que espero
como un niño aterrado
del amor con el que ama
desmemoriada muerte de los vivos
que no es sino miseria de la errancia
sin encontrar jamás
lo suficiente
claman las horas
buscan su inmensa noche
sus claridades todas
ya sombra entre los días
es siempre simple la imagen de la muerte
no cesa de decirlo el día
el peso o el sabor aquí en la boca
*
mentido el silencio bajo la piel
en la impostura
en este estar aquí gregario
tan sólido y rotundo
la tristeza le roe los huesos a la ausencia
hemos dejado ya de aproximarnos
a los rostros la voz los pasos
que fueron o quisimos nuestros
todo un simulacro del silencio
ni una soledad siquiera exenta de significado
ni la milpa el plátano o los rosales
la maravilla bajo la sombra informe
del lechero hecho cerco
*
bastaría un solo golpe
para cubrir el suelo de naranjas
Santiago López Triana (Bogotá, 1994). Edita entre 2011 y 2013 la revista Aneurisma, de circulación gratuita y convocatoria abierta (9 ediciones). En el 2012 publica Cuántos bombillos nos durará el relámpago independientemente, con portadas originales de varios artistas bogotanos. En el 2013 publica Hálito y rumbo (Senderos editores). Funda y realiza actividades varias en la editorial Pie de monte (2016), cuya propuesta es publicar obras poéticas inéditas principalmente latinoamericanas y ensayos de teoría crítica de tendencia libertaria. Publica con ella El día entero en Abril de 2017 y Tendón, a principios de este año. Han sido publicados poemas suyos en varias revistas colombianas de poesía como Ulrika y Otro Páramo. Participa en varios procesos culturales autogestionados como la Feria del Libro Independiente y A (FLIA).