Trilce en La Galería con los poetas Carlos Contreras y Karen Reyes
Este martes 8 de mayo, Trilce en La Galería tendrá la presentación de los poetas Carlos David Contreras y Karen Reyes. Entrada libre. 7:00 p.m. Aquí, una muestra de su trabajo.
CARLOS DAVID CONTRERAS
(Bogotá, 1985). Magíster en Escrituras Creativas de la Universidad Nacional de Colombia (2016) y Profesional en Estudios Literarios de la Pontificia Universidad Javeriana (2010). Participó en el Taller de Poesía Ciudad de Bogotá Los Impresentables 2013, donde colaboró en el 2015 y 2016. Su poema “Nos deshilvanamos” aparece en De vetustate (2016), antología poética editada por Celedonio Orjuela. Fue poeta invitado en la IX Jornadas Universitarias de Poesía Ciudad de Bogotá (2017), poemas suyos han sido publicados en la revista Ulrika 60. Sobres sin carta (2017) de la editorial Piedra de Toque es su primera obra.
INSOMNIO
La noche cae a gotas
estoy del lado seguro de la ventana
La noche cae
lenta
rítmica de livianas oscuridades
Piensas
dónde estarán los pájaros peregrinos
Quizá
errantes y felices por paisajes diurnos
Mientras llueve
llueve la noche
amarga canción continua
de alféizares al oído
y el sueño no te encuentra
Maúllan de hambre los tejados
y todos los gatos son negros
*
KAREN ANDREA REYES
(1995). Es comunicadora social y periodista. Hizo parte del Taller de Escritores Locales de Idartes en 2016, desde entonces escribe cuentos y poemas que han hecho parte de algunos fanzines universitarios del Politécnico Grancolombiano y la Universidad Autónoma de Colombia; así como del sitio web de Seshat Ediciones. Actualmente, estudia la Maestría en Creación Literaria de la Universidad Central, donde prepara su primer libro de cuentos de ciencia ficción.
VENACIÓN ALAR
A veces olvido que en el mundo existen mariposas negras,
Y que de niña morí asfixiada,
Por las seis patas de un andamio de tornasol.
Ya no recuerdo el hedor transparente de los pacientes,
Y la locura dócil que les hacía ponerse de pie
Sobre un dedo y un muslo recién amputados.
Quisiera volver a los días donde mi cuerpo se hinchaba,
Y chorreaba anestesia por cada bebé que iba a morir,
sin romper el cascarón de su incubadora.
Ignoro que en cada rincón del cuarto
hay una sacerdotisa del asco
Custodiando el flujo de antibióticos a mi columna
Descociendo el abdomen de la niña sin apéndice
Y acallando con sus escamas velludas
Todas las ventanas amarillas del hospital San Rafael.
Ahora, soy realmente débil,
Estoy llena de buena salud,
Ya no firmo contratos para hacerme responsable
De las infecciones y las deformidades,
Ya no despierto con un sistema solar en el vientre,
Y sus órbitas de hematomas.
La palabra morfina, vuelve a ser el mal secreto
En el guión de una película barata.
Y aun así sigo sintiendo el picor
De todas las espiritrompas
De todas las bocas de mariposa
que debieron olvidar en mí
esos malditos médicos de turno.