Revista Latinoemerica de Poesía

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Jueves de poesía en Trilce



Jueves de poesía en Trilce, evento apoyado por el Ministerio de Cultura – Programa Nacional de Concertación Cultural, presenta el próximo 11 de agosto a los poetas Luz Helena Cordero (Bucaramanga) y Gabriel Jaime Franco (Medellín). Acompáñennos desde las siete p.m. Entrada libre.

 

 

LUZ HELENA CORDERO VILLAMIZAR (Bucaramanga)

 

Psicóloga, Magistra en Literatura. Su obra incluye poesía, narrativa y ensayos literarios. Libros publicados: Postal de la memoria (antología personal). Ibagué: Caza de Libros, 2010; Por arte de palabras. Bogotá: Universidad Externado de Colombia, 2009; Cielo ausente. Bogotá: Ediciones Sociedad de la Imaginación 2001; El puente está quebrado. Bogotá: Editorial Magisterio, 1998; Canción para matar el miedo. Bogotá: Editorial Magisterio, 1997; Óyeme con los ojos. Ciudad de México: Verdehalago, 1996 y Bogotá: Editorial Trilce, 1996.
Sus poemas se han traducido al inglés, al portugués y al alemán. Su obra se incluye en diversas antologías, algunas de ellas son: Poesía colombiana del Siglo XX escrita por mujeres, Bogotá, Apidama Ediciones, 2014; Um País que sonha. Cem anos de poesia colombiana, Assírio & Alvim Lisboa, 2012; Silencio… en el jardín de la poesía., Bucaramanga, UIS, 2012; República del viento. Antología de poetas colombianos nacidos en los años sesenta, Universidad de Antioquia, Bogotá, 2012; Antología de la poesía colombiana (1958-2008), Fundación Editorial el perro y la rana, Caracas, 2008; Trilogía poética de las mujeres en Hispanoamérica, México:, 2004; Quién es quién en la poesía colombiana, Bogotá, 1997; Antología de poesía colombiana, Bogotá:, 1997; Tambor en la sombra, México, 1996. Mención de Honor Premio Mundial de Literatura José Martí, San José de Costa Rica, 1997. Primera Mención Primer Concurso de Poesía Fernando Mejía Mejía, Manizales, 1992.

 

 

PROYECTO DE UN LIBRO DE POESÍA

 

Ha de ser vasto como el amor
Debe tener los folios salados
para devorarlo de un bocado
Tiene que ser suave y ofensivo
ancho y lleno de sustancia
Debe venderse por las calles
como los dulces o el agua
para que viaje en maletas escolares
y salga de paseo con los perros
Ha de tener ojos para ciegos
y espinas en las hojas
Debe reciclarse en los muladares
y pescarse en las cloacas
Imagino un libro como cirio en aquelarre
hecho canto o insulto
conejo en la levita de los magos
impertinente y súbito
volando por habitaciones estrechas
riéndose de los libros que yacen
en las estanterías del tedio
Un libro que suplante a Dios
en sus siete días de génesis
Para qué otro delirio pueden servir las palabras.

 

***

 

GABRIEL JAIME FRANCO URIBE

 

Medellín, Colombia. Publicaciones: En la Ruta del Día. Ediciones Otras Palabras, Colección “Cuadernos”, 1989. La Tierra de la Sal. Colección de Poesía PROMETEO, Serie Hipnos, número 2, 1993. Reaprendizaje del Alfabeto, Premio Nacional de Poesía Fuego en las Palabras, 1996. La tierra memorable, Universidad Nacional de Colombia, 2006. Diario del Incierto, Ediciones Tambor arlequín, 2009. La tierra memorable, Antología personal, editorial Caza de libros, 2010. Diario del Incierto, Antología personal, Editorial Universidad de Costa Rica, marzo de 2011. En 1998 gana la Beca Nacional de Colcultura, con el proyecto Las Voces Escindidas. En 2005 gana el concurso de apoyos a la creación de la Alcaldía de Medellín, con el proyecto “Diario del Incierto”.
Ha sido parcialmente traducido al inglés, francés y sueco. Miembro del Consejo de Redacción de la revista Prometeo. Miembro del Comité de Dirección del Festival Internacional de Poesía de Medellín, del cual es cofundador y del que es Coordinador General desde el año 1996.

 

VOY A MORIRME UN DÍA, Y SIN EMBARGO ESCRIBO
Acecho no sé qué.

¿La belleza?

¿Y qué me dice que ésta, sea ella lo que fuere,
puede ser alcanzada con palabras?

Y qué agregarían al mundo con ello.

La belleza siempre estaba antes,
en el ardor que se enciende en el lenguaje,
en el asombro de quien mira el cielo nocturno y puede
agradecer, con lágrimas y en soledad, la consagración del
doloroso milagro de vivir, la opresiva certeza de no tener
palabras para hacer transferible una experiencia de dolorosa
alegría, de indecible servidumbre al ojo que, libre, establece
un nexo entre el corazón abismado y la conciencia
insatisfecha.



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