50. Angelikí Sidirá
Traducción y selección de Virginia López Recio
Publicamos una selección de la poeta griega Angelikí Sidirá (Atenas, 1938), inéditos en español y en versión de la traductora española Virginia López Recio. Sidirá colabora con distintas revistas literarias de Grecia y ha publicado 11 libros de poesía. Algunos de sus poemas han sido traducidos al francés, al alemán, al inglés, al turco y al español, siendo incluidos en reconocidas antologías.
LA FOTOGRAFÍA
La fotografía de nuestra boda
tan en blanco y negro.
Pero incluso siendo en color
estaría también en blanco y negro
ya que predominaban
mi largo vestido blanco de novia
y tu esmoquin.
El fotógrafo
ocultó mi angustia
y parecía reírme.
Sin embargo, tenía miedo
ya que desde antes te veía a ti en el negativo
como gigantesco humo blanco
y a mí a tu lado,
como triste sombra negra.
Pero mucho más temía
a los oscuros aros (1)
que nos coronaban la cabeza
como si amenazasen nuestras vidas
desde entonces paralelas.
NÍSYROS
Estas casas en ruinas
viajan cuando la luna está llena.
Sus chimeneas
se parecen a las de barcos encantados
que se avivan y echan
un humo extraño.
Es el aliento de los emigrados
sujeto a las paredes
que se evapora y se eleva
a una muda e impetuosa llamada.
Y aquella cortinita olvidada
como pañuelo de despedida
ondea en el oscuro horizonte.
Cuando la luna está llena
estas casas en ruinas viajan.
Van y anclan
en las almohadas de los emigrados
y sus sueños enloquecen.
Por eso también los emigrantes isleños
saltan muchas veces a su sueño
y luego luchan
por prestar oídos al mar
para poderse dormir de nuevo.
CÓMO APRENDIÓ A LLORAR
Una vez mi sombra
no sabía ni reír
ni sentir dolor.
Sólo me seguía
insoportablemente fiel.
Yo tenía sed y ella bebía agua
Yo tenía sueño y ella dormía
No te quería
pero te abrazaba con pasión.
En la pared del dormitorio
las dos juntas,
con tu propia sombra
cómo os confundíais
con un enorme ovillo oscuro
que cambiaba continuamente de figura
hasta tranquilizarse.
Y, de repente, se dividía en dos
y de nuevo…
Hasta que una vez mi sombra
quedó sola en la pared
sola para siempre.
Y entonces fue
cuando aprendió a llorar.
LAS GAFAS
Mensajes me manda tu sillón
Me incita a cobijarme en su calor
a mezclarme con tu fantasma.
Llevo tu jersey
donde acecha inesperado tu aroma
Abro tu pitillera
y desaparezco en el olor de tu tabaco.
Pero siempre sobrarán tus gafas
que se quedaron trágicamente solas
para marcar tu ausencia definitiva.
VUELTA
Junto a su mesita de noche puse
una imagen lejana en blanco y negro
para que en la noche le arrullara.
El enfermero se pregunta:
¿Quién es esta chiquilla
con esa alegre coleta?
¡Yo! -le contesto, luego titubeo:
¡Eso creo! -corrijo
¿Y este señor erguido
el tierno, el tan protector?
Le indico el pijama a rayas
que ha vestido un olvido,
una abulia únicamente.
Desde la mesita de noche
los ojos de papel del padre
me miran con más viveza
que los de aquí, olvidados en la cama
los ojos de cristal de la senilidad.
Los cipreses en la ventana
reflejan un silencio verde, severo.
Todos en el dormitorio
se han sometido a él
y solo la niña de la fotografía
protesta cada instante
por la vuelta absurda
de los roles y las responsabilidades.
MADRE DE UN DONANTE DE ÓRGANOS
Resucitados tus ojos en rostro extraño,
miran sorprendidos alrededor sin recuerdos
y pasan sobre mí con indiferencia
como si no me hubiesen querido jamás.
Arrítmicos los latidos de tu corazón
en el pecho de alguien desconocido
luchan con frenesí
por reconciliarse con su propia vida.
Hijo mío, ¿por qué así, sin piedad, me has condenado
a través de ti a querer
a todos estos candidatos a muerte?
¿Cuántas veces aún
morirás lentamente junto a ellos
y después
en cuántas tumbas dormirá tu cuerpo?
EL TANGO
El Tango es un pensamiento triste que se baila (2), dijo.
es un amor condenado
un amor prohibido.
Dos pasos adelante
para irte, para escapar.
¿Dudas? Retrocedes uno.
De nuevo decides dos pasos.
¿Nostalgia? ¿Culpabilidades?
Un paso al ayer.
Indeciso oscilas
y así casi nunca llegas
y cada vez sientes dolor y titubeas
cuando bailas tango.
(1) En las bodas ortodoxas se colocan dos coronas blancas sobre las cabezas del novio y de la novia.
(2) Astor Piatsola
La poeta Angelikí Sidirá nace en Atenas en 1938. Colabora con distintas revistas literarias de Grecia. Ha publicado 11 libros de poesía y algunos de sus poemas han sido traducidos al francés, al alemán, al inglés, al turco y al español, siendo incluidos en reconocidas antologías. Ha traducido poemas de la estadounidense Emily Dickinson. En 2010 participó en el Festival Internacional de Poesía de Estambul y recientemente en el Festival de Poesía Internacional Voix Vives (Toledo, 2015).