Poema del Viernes # 77
DEDICATORIA
Ustedes, a quienes no pude salvar,
escúchenme.
Prueben estas simples palabras, ya que de otras me avergonzaría.
Les juro que en ellas no hay hechicería.
Les hablo en silencio como una nube, como un árbol.
Aquello que me fortaleció a mí, para ustedes fue mortal.
Confundieron el adiós a una época, con el advenimiento de una nueva
-Odio confabulado de belleza lírica.
Fuerza ciega de forma completa.
He aquí un valle polaco de ríos anémicos. Y un inmenso puente
perdiéndose en la niebla. He aquí una ciudad vencida,
y el viento arroja alaridos de gaviotas sobre sus tumbas
mientras hablo.
¿Qué clase de poesía es aquella que no salva
naciones o pueblos?
Una conspiración de mentiras oficiales.
Una tonadilla de borrachos cuyas gargantas serán cortadas de inmediato,
una conferencia para señoritas.
He deseado la buena poesía sin saberlo,
he descubierto, ya tarde, su saludable objetivo.
En ella y sólo en ella, encuentro salvación.
Se solía esparcir millo o alpiste sobre las tumbas
para alimentar a los muertos que volvían disfrazados de pájaros.
Czeslaw Milosz