Las voces de casa
Por Hellman Pardo
Como ondas que armonizan su propia curvatura al chocar contra algún dique, las “Voces de casa”, libro ganador del Premio Internacional de Poesía Paralelo Cero 2015, del joven poeta colombiano Juan Camilo Lee, deambulan de un lado a otro, abren el lenguaje y regresan al lugar donde reposa la poesía, es decir, a la palabra liberada.
En su apartado Fronteras, Lee es el observador. Sus ojos no se limitan a la simple contemplación de un posible exilio. La geometría, el color, los trazos, resultan esenciales en la construcción poética; lo sabemos cuando dice que “Una de dos tiene el venado: o muere / de sí mismo, / o muere / bajo las garras del león. / De la primera / se podría decir que es una muerte abierta, / rodeada de silencio, / la flor azul de su cadáver de venado / es libre / y vuela ya seca bajo el césped, / hacia / todo lo que se puede llamar mundo / o corazón”, o en el sublime poema Peces japoneses, donde la inocencia entrega migas de pan a la esperanza.
En el extenso Poema en la oscuridad, el ritmo asciende por una escalera y crece estribo por estribo para caer en el cuerpo: “quién / querrá llenar su vacío / con estos pedazos de silencio / que están tirados a mi alrededor / como un negro y alto / bosque la noche / su boca su interminable caída su ayer soñado deforme como bestia / agazapada quién / podrá internarse al lado mío perderse junto a mi adentro”.
Sin embargo, son los últimos poemas de “Voces de casa” donde Lee encuentra el sonido fugado. La poesía ahora es un mueble desvencijado donde se acumula el polvo y el olvido. Escribe en un anillo de cualquier corteza y hace que se refleje en las baldosas pálidas de toda casa, en las aldabas, en los postigos que crujen por cada habitación cerrada. Y tal como anuncia el poeta, parece que todo se desvaneciera: “los ecos de lo que alguna vez dijimos en el abismo de lo que será, / el endurecimiento de los días alrededor de lo que pudo o podrá ser: / la potencia de la vida que soporta su propio peso como un árbol torcido, / como un cojo que fortalece hasta la deformación la pierna que lo salva”.
“Voces de casa”, con un tono transparente y lumínico, es un libro que anuncia el regreso afortunado de Juan Camilo Lee a la escena poética colombiana, después de su primer poemario “Ciencias de la mañana”, editado por la Universidad Nacional de Colombia en 2010.