7. “Trazo en sesgo la noche” de Luisa Fernanda Trujillo Amaya
Por Jenny Bernal
La espera es una estación cómoda para quien confía en su pulso, la poeta bogotana, ensayista y docente universitaria Luisa Fernanda Trujillo Amaya tras algunos años de silencio, nos sorprende con un interesante compendio de 66 poemas, recopilados en la antología Trazo en sesgo la noche publicada en el año 2012 en la colección un libro por centavos de la Universidad Externado de Colombia; quizá actualmente la colección de poesía con mayor difusión y acogida en Colombia.
Trazo en sesgo la noche es una ruta poética que lleva al lector por distintos parajes en donde sobresale el canto a la memoria y la añoranza, desde un campo cercado por el lenguaje y la imagen que a su vez exalta las formas misteriosas del amor. Permitirse transitar por los parajes que ofrece su lectura, es recobrar estaciones de otros tiempos “sobre una noche líquida de estrellas / barcos de papel resguardan la infancia” y alentar la inmunidad de ciertos recuerdos “aserrado el viento empuño mis alas / libre de relojes que midan el tiempo”.
En cada poema Luisa Fernanda revela una verdad que puede estar disfrazada para el transeúnte común pero que es evidente a la mirada del poeta, desde esta confesión abre los senderos de su universo y nos hace partícipe en ese encuentro con las formas naturales de la palabra poética.
INMUNE
aserrado el viento empuño mis alas
libre de relojes que midan el tiempo
a la tierra inmune dejo mis ojos
los deseos de otras veces en que me creí vuelo
en ella siembro palabras
silencios ocultos entre los maderos
a ella mi memoria
suma interminable
de posibles
ahoras
CONGOJA
hace frío
la ausencia de su cuerpo me desvela
la falta de su aliento me acongoja
en poca ropa y sin tapujos
la piel revela el deseo de reencuentro
las arrugas de las sábanas pliegan las nostalgias
que a contraluz
el amanecer ha tornado envejecidas
BITÁCORA
sobre una noche líquida de estrellas
barcos de papel resguardan la infancia
rezan a las manos que plegaron
la imaginación
sobreviniendo naufragios
llevan palabras
frases sueltas en tinta negra
con noticias de lejos
en sus pliegues las fórmulas secretas para viajar
sin bitácora
sin oponerse al viento
sin preguntar
por el próximo
crepúsculo
DESALIENTO
desprende tinta el pentagrama
callan el silencio los arpegios
a ritmo de desesperanza
las voces
se vuelcan
sobre la tierra
INOCENCIA
si cuando observé el mundo por primera vez
lo hubiera hecho en cuclillas
desde su horizontal
sosteniendo la fuerza primera de la vida
en el pensamiento
en la mirada
si el asombro ante su desvarío
no se hubiera convertido en el uniforme
camuflado del miedo
su alumbramiento no cegaría mis ojos
hasta hacerme comprender
por qué unos párpados los cubren
su peso no doblegaría mis rodillas
ni rastrearía por el suelo
el significado de la humildad
No serían mis palabras
un arrullo de clemencia
SOSLAYO
hace rato
recorro de ida y vuelta
esos trazos que oculta
como límites de sí mismo
de tanto recorrerlos
desempolvé viejas fisuras
resultaron no ser suyas
sino marcas de andantes
mal formados
no quise ser fisura
no quise hacer fisuras
quise de soslayo
deslizarme por entre ellas
CLAROSCURO
viuda está la mesa
sola, entre las viandas
y el vino
se han dispuesto rosas en ella
un pan de miga recién
horneado
se ha brindado en la ausencia
sellado el silencio con miles de encuentros
una única partida
sola la mesa viuda entre las viandas y el vino
arropa la añoranza
con un mantel de lino
(A Ignacio Abello Trujillo en su partida)