TESTIMONIO DIECISÉIS: El silencio
La segunda Guerra Mundial (1939-1945), un hecho histórico que marcó la vida de Paul Celan, nacido en 1920 en Czernowitz, en la Región de Bucovina (hoy perteneciente a Ucrania). Su padre, Leon Antschel- Teitler y su madre, Friederike Schrager, ambos procedentes de familias judías, fueron deportados por el ejercito alemán a un campo de concentración a orillas del río Buc en 1942, en donde fallecieron, su padre de tifus y su madre de un disparo en la nuca.
Estos acontecimientos y, en general, la persecución y el holocausto judío impregnaron la poesía de Celan, quien “concedía a toda palabra una profundidad, un peso insólito” (Ortega, 1999), por su puesto el silencio no fue la excepción.
AL -QUÍMICO*
Silencio, cocido como oro, en
carbonizadas
manos.
Grande, gris
figura de hermana, cercana
como todo lo perdido:
todos los nombres, todos los
nombres
quemados al par. Tanta
ceniza para bendecir. Tanta
tierra ganada
sobre
los ligeros, tan ligeros
anillos
de almas.
Grande. Gris. Sin
escoria.
Tú, entonces.
Tú con el pálido,
mordido capullo.
Tú en el flujo de vino.
(¿Verdad, a nosotros
también nos despidió este reloj?
Bien,
bien, que tu palabra muriera aquí al pasar.)
Silencio, como oro cocido, en
carbonizadas, carbonizadas
manos.
Dedos, finos como humo. Como coronas, coronas de aire
alrededor – –
Grande. Gris. Sin
rastro.
Re-
al.
Paul Celan
Traducción de José Luis Reina Palazón
Poema pertenenciente al libro La rosa de Nadie (1963).
Pintura: Poste de policy Wilna (police position Wilna, 1914) de Marianne von Werefkin
*Nota del traductor: Chymisch, [el título del poema en idioma original], es una forma antigua que se refiere tanto a la disciplina cientifica como a la alquimia.