147. Estefanía Angueyra
Fotografía: Lina Téllez
Publicamos una selección de Estefanía Angueyra (Bogotá, 1992). Es egresada de la carrera de Estudios Literarios de la Universidad Javeriana y en la actualidad se dedica a la traducción.
YARUMO
Untad el dintel y los dos postes con la sangre que estará en el lebrillo;
y ninguno de vosotros salga de las puertas de su casa hasta la mañana.
Éxodo 12:22
La tinta roja se alcanza a distinguir
en las puertas de madera
recuerda no salir
después de las ocho
esconder los libros
hacer silencio
hacer silencio
así se escuche
cómo patean cómo rompen
cómo abren la casa del vecino
cinco días de ver
en cuántas partes
se puede segmentar un cuerpo
de ver
cuántas piedras caben
en el estómago de un municipio
Aquí los árboles son perenes
y esos cinco días
siguieron creciendo
en la tierra seca
en el calor confuso
TIE A YELLOW RIBBON
Cuando el amado llegaba de la guerra
las norteamericanas ataban ribetes amarillos
alrededor de los robles
pensaban «la promesa sigue intacta»
Pero nosotros no somos Estados Unidos
aquí escasean las historias de amor
no existen esos árboles exuberantes
y en la única cinta amarilla que tenemos
se lee «peligro, no pase»
EUCALIPTO
Para ser luz erguida y veloz
el fuego siempre debe lamer algo
Debajo suyo algún cuerpo
una hoja un tronco
se deja doblegar
brinda su espalda desnuda
y lo alza
el viento está encendido
y el pueblo huele a bálsamo
o a brujería
LA HUERTA
A Marosa di Giorgio
Unas alas
dolorosamente amarillas
nacarean por los senderos
cruzan los pastos
y entran a la casa
Las diminutas mariposas
como de fuego
como de miel
besan los ojos de la niña
confunden sus párpados
con orquídeas
con bailarinas ligeras
Pero la niña despierta
y ellas huyen
salen aterradas
Se van por el mismo sendero
blanquísimo pálido
espolvoreado de azúcar
o de veneno
La niña intenta perseguirlas
y ya en la ventana
y desde los espejos
entiende que no hay camino
algo extraño pegajoso
rocía las coles
y los pensamientos
La huerta brilla como nunca
OCASO
A Billie Holiday
Estoy preocupada, Billie, por tu futuro.
No hay manera de que sepas esto, así que te explico:
Desde que nací existe la tecnología
y avanza a una velocidad de miedo.
Hoy, por ejemplo, escribo este poema en mi celular.
Lo que quiero decir, antes de que desvaríe
es que cuando vuelven a aparecer ante mí
mis videojuegos de infancia
apenas si los reconozco.
Lo que antes fue nitidez absoluta
una paleta de mil colores
se ha vuelto, para mis ojos del siglo veintiuno,
un cuadro de máximo tres píxeles
(los pixeles son los puntos más pequeños
que conforman una imagen ahora, Billie
algo así como los quarks de las pantallas.
Pero tampoco sabrías qué son los quarks
porque los encontraron casi diez años
después de tu muerte).
Volviendo al punto: temo por tu destino.
No puedo negar que me cuesta ya escucharte
es difícil encontrar tu voz
entre la maraña de ruidos de una antigua
grabación de los años cincuenta.
Y si es así para mí, ¡imagínate lo que vendrá!
Toda tu tristeza, alguna luna azul,
las frutas que cuelgan del álamo,
y los veranos y las tormentas
comprimidas en un pixel,
en una partícula subatómica
en un zumbido como de mosquito.
SAL
Dentro de la fosa
los cristales brotan
en racimos
roca
para bendecir
o para lamer
(con violencia)
llegar al mar
su espuma como una sábana
en mi pie
arder los ojos
arder las manos
derretirse
VALENTINA
En los recreos
Valentina escarba las grietas
entre la tierra y los ladrillos
hasta encontrar una camada
de bichos diminutos
siempre logra tomar algún chanchito
posarlo en su mano
le gusta mirar
cómo se enrolla
e intenta de defenderse
cómo luego de un tiempo
se adapta vuelve a caminar
y su nueva tierra es la mano
pero Valentina
lo pincha con su lápiz
lo obliga a someterse una vez más
a su forma redonda
podría hacer esto por horas
pero suena la campana
LAS PROFESORAS
Es como si Dios no hubiera dibujado la realidad con un
trazo firme, y se hubiera limitado a una leve línea de puntos.
—Carlo Rovelli
De pequeña tuve que enfrentarme
a la terrible raza de profesoras monjas
nos volvían locas con sus
exámenes sermones interrogatorios
por quién se sacrificó Jesús
cuántos ave maría hay que rezar en la semana
cómo se saca un factorial
qué es un lente convergente
cuál es el mejor método anticonceptivo
qué se debe hacer después de ir al baño
a quién pertenece la Iglesia
y es que nosotras preferíamos
salir por los pastos de octubre
a ver los cucarrones volar
pero no, tocaba ojearlos por las ventanas
mientras en el tablero escribían
quién inventó el Cántico al hermano sol
qué significa kyrie eleison
qué es el Temor de Dios
nombre tres cualidades de las plantas
cómo murió Nietzche
qué mató a Foucault
dónde vive el diablo
existen o no existen las brujas
existen o no existen las quemas de brujas
veinte minutos de recreo
no eran suficientes para arrancar
todos los estambres de las veraneras
y convertirlos en aretes
o talismanes que volvieran trizas
nuestros oídos para dejar de escuchar
cuántos milagros realizó Juan Pablo II
quienes merecen el castigo de Dios
por qué los franceses y los alemanes se odian
cuándo debe hacer silencio una mujer
es primero la confesión o la hostia
qué ocurre si te besas con una compañera
cuantas briznas de pasto hay en el mundo
cuántos granos de arena hay en el mundo
todo se trataba de ganar una estrella
o una falla o un castigo o un regaño
porque las profesoras monjas
son como los campos gravitacionales
arquean encorvan doblan
todo lo que tienen cerca
y cada vez que su energía
o maldad o exceso son mayores
el retorcimiento también crece
pero jamás pudieron quebrarnos
porque siempre fuimos más elásticas
porque siempre hay algo
que separa al dedo de aquello que toca
a la regla de aquello que golpea
a la risa de aquello que burla
Estefanía Angueyra (Bogotá, 1992). Es egresada de la carrera de Estudios Literarios de la Universidad Javeriana y actualmente se dedica a la traducción; algunas muestras de su trabajo aparecen publicadas en las revistas Otro Páramo, Círculo de Poesía y La Caída. Ha participado en distintos talleres artísticos y literarios.