1. Alto voltaje: poesía y música - Poemas a Janis Joplin
Por Henry Alexander Gómez
Hoy iniciamos en la Revista Latinoamericana de Poesía La Raíz Invertida una sección especial que estará entre las esferas de la poesía y la música. La relación recíproca entre estas dos artes es casi indefinible, los límites en los cuales se entrecruzan son imperceptibles; como artes esenciales en la cultura e historia del hombre rebasan sus cauces empapándose la una con la otra.
Acaso no encontramos en la historia de la literatura compositores excepcionales como E. T. A. Hoffmann, Felisberto Hernández o Vinicius de Moarés; acaso no percibimos los ecos de una escuela musical en la poesía de Nicolás Guillen o de Jorge Luís Borges; acaso, cuando escuchamos las canciones de Bob Dylan, Patti Smith o Víctor Jara, o la ópera de Richard Wagner, no nos topamos ante un buen poema o una gran historia; acaso no hallamos narrativas intensamente perpetradas por los temas o los acordes de un blues, un rock and roll, un jazz, una salsa, en novelas como Rayuela, Que viva la música, Opio en las nubes y muchas otras; acaso no tropezamos con una erótica Salomé en Oscar Wilde, Richard Strauss, Héctor Lavoe, Vargas Vila, El gran combo y Cheo Feliciano.
El matrimonio entre literatura y música es indiscutible.
Para iniciar esta sección presentamos tres poemas escritos a la gran intérprete del blues y rock and roll Janis Joplin (Port Arthur, 1943 – 1970). Los poetas invitados son Alejandra Pizarnik (Avellaneda; 1936 - 1972), Juan Manuel Roca (Medellín; 1946) y Rafael del Castillo (Tunja; 1962).
Alejandra Pizarnik
IN MEMORIAN JANIS JOPLIN
Tus ganas de ladrar
a cantar dulce y a morirse luego.
no:
a ladrar.
Así como duerme la gitana de Rousseau,
así cantás, más las lecciones de terror.
Hay que llorar hasta romperse
para crear o decir una pequeña canción,
gritar tanto para cubrir los agujeros de la ausencia
eso hiciste vos, eso yo.
Me pregunto si eso no aumentó el error.
Hiciste bien en morir,
por eso te hablo,
por eso me confío a una niña monstruo.
Juan Manuel Roca
LA MARQUESINA APAGADA
(4 de octubre de 1970)
La risita de bruja de Janis Joplin
Resuena en un hotel de mierda
Bajo una luna adictiva
Y un largo comercio de abismos.
Nacer en un pueblo tejano
Ajeno al blues y a las voces salvajes
Podría haberla señalado como estrella
En un coro de cuáqueros.
Un pueblo así no imprime siquiera
Un pase de cortesía en la leyenda.
Todo muy correcto,
Como la muerte vestida
De vendedora de seguros,
Como las damas del ejército de salvación
Sirviendo en tazones de peltre
Un ponche de olvidos.
Ahora se apaga su risita de bruja,
Su voz descarriada
Que encontró en el blues
La fuga del viento, la partitura del relámpago.
La muerte, más activista que su banda,
La busca en la tierra prometida,
Una tierra que cambia de sitio
Al momento cuando ella apenas llega.
Una provisión de espejismos
Marca sus brazos
Con agujas que no tejen su regreso.
Es como si la embaucadora
Que se finge una heroína
Dijera entre dientes: apaguen luces,
Quiebren la noche
Rafael del Castillo
SEPULTUREROS
Enterramos botones piedrecillas
pedazos de papel
Biblias rotas
naufragios
Vamos a campo abierto
con todos nuestros muertos en el pecho
con todos nuestros muertos enterrados en el pecho
un niño acuclillado contra un árbol
sepulta cosas muertas en su corazón
mientras el viento le acaricia enternecido la cabeza
Alguien
bajo el silencio
respira hondo nos mira
y entona una canción:
Todos gritamos desde el fondo de su pecho
A Janis Joplin